El 1° de octubre terminó el Congreso Extraordinario de CTERA, su carácter burocrático limitó la expresión de las minorías (se necesitaba un 20% de los delegados para hacer despacho por minoría) y previamente no hubo un debate colectivo entre los trabajadores de la educación. La mayoría de los congresales fueron sin mandato y se limitaron a aprobar (con mínimas correcciones) el documento que elaboró la Junta Ejecutiva de CTERA, y llegó al colmo de rechazar que el documento se pronunciara por la eliminación de los subsidios a la educación privada y la garantía de un salario mínimo de acuerdo a la canasta familiar.
Se vuelve a evidenciar que la burocracia de CTERA no sólo apuesta a la conciliación con el gobierno sino que se apresta a cogobernar con Kirchner y Filmus, la campaña por la Ley de Financiamiento es un claro ejemplo. La burocracia es sin lugar a dudas un freno objetivo para nuestras luchas y la perspectiva de articular un Plan de Lucha Nacional Unificado.
Necesitamos una oposición que coordine la lucha por salario y por la defensa de la educación pública
Es necesario que la oposición empiece a transitar un camino en común a los efectos de poder dar peleas más contundentes y coordinadas contra la burocracia traidora. En ese sentido, muchos apreciaron que era un error que no estuviera toda la oposición en el Congreso (concurrieron solo delegados de Neuquén, Mendoza, y Bahía Blanca) porque consideraban que también en el plano de lo superestructural se deben dejar claramente sentadas las posiciones.
Es fundamental que este proceso de reagrupamiento de la oposición de CTERA se consolide y seamos capaces de construir un Encuentro Nacional que debata abiertamente en la perspectiva de construir una corriente docente clasista y antiburocrática, que sea alternativa a la burocracia sindical.