Según un informe, del Ministerio de Trabajo1, el 46% de los convenios firmados en el 1° semestre de 2005, fijaron para los básicos iniciales un valor inferior al salario mínimo vital y móvil ($630). Ahora si consideramos el límite de pobreza ($780) que fija el INDEC, encontramos que el 70% de los convenios fijan un valor inferior. La realidad es peor, ya que la mayoría de los nuevos convenios incorporaron la suma no remunerativa otorgada por el gobierno, y hay que descontarles los aportes, que oscilan entre el 15 y el 20% según los distintos casos.
El Ministerio se excusa para presentar como buenos estos acuerdos, afirmando que a estos básicos hay que sumarles los adicionales que se pagan, ocultando que dichos adicionales, por ejemplo presentismo o productividad, significan un aumento de la productividad del trabajador, herencia de la flexibilización laboral menemista.
Además, en numerosos casos se pactaron subas escalonadas, que en la UOM, además de pactar un miserable 17% de aumento, recién se terminará de cobrar en enero del próximo año.
Demás esta decir que en todos los casos se acordaron cláusulas de “paz social”, para impedir que los trabajadores puedan pelear contra estos pactos.

La puja intersindical

En este marco, viene siendo noticia la puja entre los camioneros y los mercantiles por el encuadramiento de los choferes de supermercados y otros sectores. También hay una disputa sobre el encuadramiento de los empleados de los call centers, hoy enrolados en Comercio, pero que realizan tareas de telefonistas. Estas pujas, centralmente entre Cavallieri y Moyano, han sido uno de los argumentos centrales para justificar la división de la CGT.
Moyano explica esta disputa afirmando que los trabajadores de su gremio ganan más que los mercantiles, de esta manera busca aparecer defendiendo a los trabajadores.
Pero nada dice de los convenios miserables que se están firmando, y en particular en el gremio de Cavallieri, donde además de salarios miserables, este burócrata firmó una cláusula que le permite a distintas cámaras denunciar el convenio, para no otorgar los aumentos pactados.
Pero Moyano también oculta con su accionar un aval a la flexibilización laboral de Menem y luego de De la Rúa. Es que ésta permitía a los empresarios encuadrar a sus trabajadores en el gremio que les otorga más ventajas, se podía llegar al extremo de que en una misma planta hubiesen trabajadores de distintos sindicatos, así a la par de abaratar costos, debilitaban la fuerza de los trabajadores.
La única alternativa para evitar estos abusos patronales, es una lucha nacional para anular estas leyes, algo que los burócratas de uno u otro pelaje están muy lejos de pensar.

El pago

“En una buena cantidad de convenios de trabajo firmados en los últimos meses los empresarios acordaron con los sindicatos hacer contribuciones temporarias o permanentes a los sindicatos. Y también pactaron que se descuente un porcentaje del sueldo de los trabajadores alcanzados por esos convenios a favor del sindicato”2
Además se mantiene el descuento compulsivo de las cuotas sindicales, éste es el verdadero motivo de la riña interburocrática, a lo que debemos sumar los aportes para la obra social.
Un párrafo aparte merece el dirigente camionero. Es que además de dichas prebendas, recibió un recurso adicional por “sus buenos servicios” al gobierno, se aprobó una ley de que sube el impuesto al gasoil, que destina “entre 14 y 15 millones de pesos anuales –unos US$ 5 millones– a un fondo para capacitación de choferes del transporte de cargas, del sindicato de camioneros que lidera Hugo Moyano”3
Este es el pago que reciben los burócratas por la traición a los trabajadores.

1 “El Estado de la Negociación Colectiva” del 2° trimestre de 2005.
2 Clarín 05/07/2005.
3 Clarín 03/06/2005.