Miles de cordobeses se sienten estafados. El escandaloso escrutinio del domingo 2, que duró más de 16 horas, con todo tipo de irregularidades, vuelve a mostrar la verdadera cara del régimen político actual.

Este repudio se expresó en la gran movilización del jueves 6, donde más de 30 mil personas marcharon exigiendo el recuento “voto x voto”. Se expresa a diario en cada lugar de trabajo y de estudio, donde todos discuten acerca del fraude. El “voto por voto” se ha convertido en un reclamo masivo.
De la Sota y Schiaretti defienden su “triunfo”, con el apoyo de Kirchner y Cristina Fernández. La Justicia ya hizo público que votará en contra del pedido del recuento total de los votos.

Todos quieren cerrar esta enorme crisis política, burlando el reclamo masivo de la población. La Iglesia, las cámaras empresarias, los dirigentes de los partidos patronales, los periodistas y jueces. Todos piden “serenidad” y que la crisis “no se dirima en las calles”. Lo que está al desnudo es un régimen político y social ampliamente repudiado. El de la legislatura de la “mayoría automática delasotista” para aprobar proyectos a favor de las grandes empresas, como el contrato de Aguas Cordobesas.
El régimen de una Justicia repudiada, como se vio en el “Perejilazo” en Río Cuarto o la pueblada en Corral de Bustos que quemó la sede de los tribunales.

El régimen donde los empresarios financian las campañas de los partidos mayoritarios, como se vio en lujosas cenas, donde llegan a pagar hasta $10.000 por cubierto. El régimen de la sumatoria de votos, donde la población engañada, termina votando (sin quererlo) a desconocidos que buscan un lugar en el poder para hacer carrera política.

Este régimen es el que garantiza los negociados de las grandes empresas, los subsidios millonarios, las exenciones impositivas, los bajos salarios. Es por eso que la Bolsa de Comercio, la UIC y la Sociedad Rural entre otros, salieron a apoyar “lo que decida la Justicia”, es decir lo que decida De la Sota.

La impotencia del juecismo

Juez ya demostró no estar dispuesto a pelear seriamente contra este fraude. Ha dicho que “ya no desea ser gobernador”. La amenaza de Giacomino de no asumir su cargo ya es cosa del pasado. Incluso ha convocado una movilización para este martes en reclamo de “transparencia” en el escrutinio definitivo. Es decir, acepta el conteo que se realiza actualmente, donde sólo se revisan las actas y no se abren las urnas. Lejos de convocar a movilizarse ampliamente, centra su política en expresar la bronca de manera pasiva a través del voto en blanco en las elecciones nacionales de Octubre.

De esta forma ha permitido que el fraude se asiente. El PJ y Schiaretti pagan un costo político por asumir en estas condiciones, pero retendrán el poder. El enorme rechazo que se expresó en las calles este jueves 6 ha sido llevado a la nada por la estrategia de Juez.

Para derrotar este fraude hubiera hecho falta una gran pelea, movilizando al conjunto de la población, llamando a los trabajadores a intervenir activamente con sus propios métodos de lucha, como el paro. Pero los sindicatos que apoyaron a Juez brillaron por su ausencia en esta crisis. Si los trabajadores se movilizaban, esto hubiera chocado con los intereses de los sectores empresarios que brindaron su apoyo a Juez en esta campaña, como la Cámara de Industriales Metalúrgicos, responsable de miles de puestos en negro, de trabajo precario y de bajos salarios en el sector autopartista. Si Juez y los dirigentes sindicales hubieran llamado a la clase trabajadora a enfrentar el fraude, ésta probablemente hubiera arreglado cuentas con sus explotadores de todos los días. A esto le temía Juez y sus aliados empresarios. Por eso han limitado la lucha a medidas legales, que han resultado impotentes.

Sólo la movilización independiente de los trabajadores y el pueblo pobre podrá derrotar este fraude e imponer la medida mínima elemental del recuento “voto a voto”. Pero para eso es necesario que sindicatos como la UEPC, Luz y Fuerza y la UOM rompan con la política cobarde de Juez y lancen un plan de lucha independiente.

Hay que barrer el régimen del fraude permanente: luchemos por
imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana

Hay que terminar con este régimen podrido que se halla al servicio de los grandes empresarios, barriendo con la casta de jueces y políticos patronales que son parte del mismo. Hay que luchar por imponer que cualquier legislador o funcionario gane lo mismo que gana una maestra provincial y sea revocable por sus propios electorales. Hay que terminar con esta Justicia repudiada, donde todavía existen jueces que provienen de la dictadura, imponiendo la elección por sufragio universal de los Jueces, terminando con los fueros y sueldos vitalicios, privilegios de una casta, cuyo interés está con el gobierno de turno. Estas medidas transicionales tienen que ser un puente hacia la instancia más democrática que puede ofrecer este régimen democrático: una Asamblea Constituyente realmente libre y soberana, donde se discutan todos los problemas de la población trabajadora cordobesa.

Los socialistas revolucionarios del PTS peleamos por un gobierno obrero y popular mil veces más democrático que el actual régimen, al cuál, consideramos una forma de dominación de la clase capitalista, más allá de la forma que adopte.

Pero esta perspectiva no es compartida aún por las decenas de miles de personas que ven hoy como, incluso el mínimo derecho al voto, es burlado abiertamente. A ellos los llamamos entonces a luchar por imponer una Asamblea Constituyente, donde se discuta como terminar con las limitaciones de este régimen antidemocrático y como liquidar el trabajo precario, la desocupación y la pobreza existentes así como la falta de servicios básicos que sufre una parte importante de la población laboriosa, entre otros problemas.

Una Asamblea de este tipo sólo podrá ser impuesta con la movilización abierta de los trabajadores y el pueblo pobre; y sobre la caída definitiva de este régimen que muestra su carácter putrefacto. No será una concesión de los políticos que han gobernado y gobiernan para la clase empresaria desde hace décadas, bajo dictadura o democracia.

Por un gran partido de la clase trabajadora

La cobardía política del juecismo muestra que toda variante que se proponga representar los intereses de sectores patronales, es incapaz de enfrentar seriamente este régimen político y de dar una solución a los problemas profundos de la población trabajadora de Córdoba. Esto plantea la necesidad de que los trabajadores pongan de pie su propio partido político donde, con un programa propio que dé salida a los problemas antes señalados, pueda terminar con la dominación capitalista sobre la sociedad.

Desde el PTS hemos venido difundiendo esta idea. Lo seguiremos haciendo en esta campaña electoral nacional, desde el frente que hemos conformado junto a Izquierda Socialista y el MAS, y llamando a los trabajadores a organizarse en cada lugar por esta perspectiva.

PTS - Regional Córdoba

11/09/07