Las 400 familias, que la multinacional donnelley dejó en la calle de un día para otro con una quiebra fraudulenta, estamos peleando por mantener los puestos de trabajo, porque para la mayoría es nuestro único sostén económico. Si bien los gráficos de Donnelley estamos trabajando y produciendo, el juez Santiccia y los síndicos Riso y Plastina, retienen los cheques de los principales clientes, como de la editorial Atlántida y no nos dejan cobrar, no sabemos por cuanto tiempo más.

Queremos que se expropie la planta y se estatice bajo nuestra administración, queremos ponerla al servicio de la comunidad, imprimir manuales escolares, libros, revistas para la salud, educación, materiales académicos, etc., buscando llegar a los sectores más humildes que hoy no tienen acceso a la cultura.

Mientras peleamos por cobrar nuestro salario y una salida de fondo para mantener la fuente de trabajo, necesitamos la solidaridad efectiva de la toda la comunidad, por eso estamos diciendo “UN alimento por Donnelley” para que esta lucha no sea quebrada por el hambre.

Llamamos a la solidaridad de toda la comunidad con un alimento no perecedero o artículos de higiene, que es lo que nos ayuda a dar de comer y sostener a los más de 1200 niños que son nuestros hijos.

Llamamos a rodear de solidaridad a todos los trabajadores en lucha contra los despidos y suspensiones como en Lear, que luchan por la reincorporación de los despedidos y en defensa de su legitima comisión interna, perseguida por el SMATA, pero que fue elegida por el 70% de los trabajadores. A cada organización solidaria de
trabajadores y sindicales, estudiantiles y de derechos humanos, de mujeres y organizaciones políticas, les pedimos que organicen esta campaña de donaciones en cada lugar de trabajo y de estudio. Necesitamos de tu colaboración para ganar esta lucha.

Familias en la calle nunca más.