DEBATE MIJD - PTS
Los compañeros del MIJD respondieron fraternalmente al artículo publicado en LVO 131. Han hecho uso de nuestro llamado a abrir las páginas de las prensas partidarias para desarrollar el debate entre las organizaciones de izquierda y los movimientos de lucha. Saludamos esta iniciativa y esperamos que esta respuesta sea publicada en la prensa del MIJD.
Este debate se da en el marco de un ataque del gobierno a los movimientos de lucha en general, y a Castells en particular, ataque que llamamos a derrotar mediante la movilización activa.
Con altura y respeto, el PTS inició una polémica política con el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados que lidera Raúl Castells, ofreciendo con generosidad las páginas de su periódico La Verdad Obrera para desarrollar el debate.
Algunos dirigentes del MIJD les responden también con la misma altura y respeto con que se mueven los compañeros del PTS. La nota con la que polemizamos apareció en La Verdad Obrera del 29/12/2003.
¿Pobres versus clase obrera?
"Castells intenta ubicarse como expresión política de los pobres...Este sería el nuevo eje del conflicto social y político. La clase obrera como sujeto de la lucha de clases quedaría borrada del horizonte"
El obrero, el trabajador tiene tres momentos en su vida: de desocupado suele pasar a ser un trabajador ocupado y de ocupado a desocupado. Y finalmente, si tienen suerte, termina siendo un jubilado.
Debido a la crisis económica del capitalismo, la desocupación viene creciendo en el país y en el mundo. El problema no se puede solucionar bajo este sistema. Nunca más volveremos a ver las miles de grandes fábricas y empresas con sus miles de trabajadores. Al contrario, la tendencia económica a nivel mundial es al incremento de la desocupación y a la caída permanente del trabajo genuino. Pero ocupada, desocupada o empobrecida, no deja de ser clase obrera y como tal creemos que es la única clase que está destinada a producir la revolución social en Argentina y en todo el mundo. Oponer los empobrecidos a la clase obrera es algo que sólo se le ocurre a los dirigentes del PTS, ya que para el MIJD es la misma cosa.
"...la fuerza de los asalariados... concentra... el poder social decisivo, la capacidad de paralizar la producción..."
El PTS copia al pie de la letra los dichos de Carlos Marx, el gran maestro de la clase obrera del siglo 19. Pero pasaron 150 años y se olvida que más que la capacidad de paralizar la producción, según Marx, lo que hacía apta a la clase obrera para la lucha por el cambio revolucionario, era su pobreza. Era la clase que no tenía nada que perder y todo por ganar. No se olvide el PTS que la clase obrera nació pobre y ahora cada vez se empobrece más, incluso los que tienen trabajo.
La capacidad de paralizar la producción se relativizó por completo, en la medida en que los que la paralizan son los patrones, los empresarios, el capitalismo, con los despidos masivos y los cierres de las empresas. Muchas veces las huelgas favorecen a los patrones que no pueden vender la producción. No es casual que cada vez se vean menos huelgas y que las que se realizan sean totalmente defensivas y tienen muchos menos repercusión que en el pasado.
A pesar de esta situación, el MIJD le da fundamental importancia a los trabajadores ocupados y nuestro movimiento tiene en su seno una rama de trabajadores activos. Además, somos fundadores de la Asamblea Nacional de Trabajadores donde se organizan cada vez más trabajadores ocupados.
Pero no nos quedamos allí. Ante la incapacidad del capitalismo y del gobierno en crear trabajo genuino, nuestro movimiento está desarrollando sus propios emprendimientos productivos donde los compañeros se llevan un salario a sus casas. Por supuesto que esto es totalmente insuficiente.
¿NO a los planes de empleo?
"...un programa que plantee el gobierno de los trabajadores y el trabajo genuino no actúa como una guía para la acción de los movimientos de lucha..." sino como una "presión sobre el Estado".
"El reemplazo de la lucha por trabajo genuino, por la sola demanda de los planes de empleo, dificulta la tarea de superar la brecha entre ocupados y desocupados"
O sea que para "superar la brecha" entre ocupados y desocupados hay que dejar de reclamar los planes de empleo actuales y concretos por un futuro e incierto trabajo genuino, que cada vez se aleja más, y que por otra parte, los movimientos de desocupados nunca dejaron de reclamar aunque hasta ahora sin ningún resultado.
Si siguiéramos los consejos del PTS, muchísimos trabajadores desocupados ya se habrían muerto de hambre y no por eso los que quedaran vivos, habrían conseguido trabajo genuino. Y por otro lado, el gobierno, ¡agradecido!.
Precisamente debido a esta situación es que el MIJD hace el centro de su accionar en la lucha política, por terminar con este sistema capitalista y por imponer el gobierno y el poder de los trabajadores y el pueblo, en lugar de quedar añorando un tipo de clase obrera que ya no existe y que ya no puede volver.
Allí está nuestra prédica permanente por el poder obrero y popular, allí está nuestro programa de diez puntos, que el PTS debería conocer para poder escribir sobre el MIJD con mayor seriedad y con una mejor documentación y en fin, allí está nuestro llamado a la construcción de un frente político de oposición al gobierno y por el gobierno de los trabajadores y el pueblo.
Y a pesar del nulo resultado concreto, el MIJD sigue presionando al gobierno por trabajo genuino. Le informamos al PTS que el 28 de mayo del 2003 apenas tres días después de haber asumido Kirchner, nuestro movimiento realizó una gran movilización con las herramientas al hombro y dejamos en la casa rosada una lista de 30.000 compañeros dispuestos a trabajar desde ese mismo momento. De ellos, ninguno consiguió trabajo genuino.
El reclamo no lo hicimos para crear falsas ilusiones en el gobierno y en el capitalismo, sino para desenmascararlo ante nuestros propios compañeros y ante los trabajadores argentinos en general.
¿El PTS contra el levantamiento popular de 1945?
"Esta fecha es el emblema histórico de la constitución del "pueblo peronista" "de huelga general obrera (se pasó) a movimiento de apoyo a un líder burgués nacionalista"
Se refiere a Perón. Oponerse al levantamiento obrero y popular de 1945 significa ponerse abiertamente del lado de los "gorilas", o sea de la más rancia oligarquía y el imperialismo yanqui, que se les oponían al pueblo y a Perón.
Significa despreciar los aumentos de las fuentes de trabajo, los aumentos salariales, la protección al trabajador de la ciudad y el campo, el aguinaldo, las vacaciones, las jubilaciones, la vivienda digna, los hospitales públicos bien equipados, la educación, etc.
El MIJD reivindica esa fecha sin crear ninguna ilusión en Perón ni en el peronismo. Al contrario, somos los más consecuentes oponentes del justicialismo y no de palabras, sino de hecho. Al actual gobierno peronista lo enfrentamos en las calles en forma permanente, hasta tal punto que nos hemos convertido en un verdadero dolor de cabeza para Kirchner y todo su gabinete.
El PTS, con el pretexto de que los dirigentes frenan la lucha, cosa que muchas veces es cierto, desprecia las movilización antiimperialista de los pueblos.
Así actúa ante la lucha del pueblo Venezolano encabezado por Hugo Chávez o la rebelión popular dirigida por Felipe Quispe entre otros dirigentes, que volteó a Sánchez de Lozada en Bolivia.
¿Construir una alternativa política sectaria?
El PTS nos propone "conformar una fuerza política - social de la clase trabajadora antagónica al capital, que teja... una alianza de clases explotada capaz de derrotar a la burguesía y su estado"
Y como desgraciadamente la clase trabajadora en la Argentina en su absoluta mayoría no es antagónica al capital, y en su mayoría vota al peronismo que les propone una vida en armonía "entre el capital y el trabajo" y sólo una absoluta minoría organizada en los minoritarios partidos de izquierda, tienen conciencia anticapitalista, lo que nos propone el PTS es una alianza entre el MIJD y los minoritarios partidos de la izquierda argentina.
Afuera quedaría la inmensa mayoría de los trabajadores y sus organizaciones, los sectores de la clase media que junto al resto de la población volteó a De La Rúa con sus cacerolas, los afectados por el corralito, los deudores hipotecarios a quienes se les está rematando sus viviendas, y hasta los docentes, empleados públicos y campesinos.
No, compañeros del PTS. No queremos hacer una alianza pequeña y sectaria.
Queremos un gran frente opositor masivo, que tenga una verdadera vocación de lucha por poner el poder en manos de los trabajadores y el pueblo. No queremos un frente solamente del trotskismo ni solamente piquetero.
Queremos un frente que no se conforme con llegar a los umbrales de la puerta de la Casa Rosada y voltee al gobierno. Queremos un frente que tenga la suficiente fuerza como para entrar e instalarse allí.
Si aceptáramos la política sectaria del PTS estaríamos condenados al fracaso, a la derrota y a perder la oportunidad única que tienen los trabajadores y el pueblo de llegar al poder en la Argentina en un plazo no lejano.
 
 
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Nuevamente sobre populismo y clasismo
Facundo Aguirre
El MIJD parece darnos la razón cuando asegura que clase obrera "es la única (...) que esta destinada a producir la revolución social en Argentina y en el mundo". Pero agregan que "nunca más volveremos a ver las miles de grandes fábricas y empresas con sus miles de trabajadores" y que, en consecuencia, "la capacidad de paralizar la producción (de los trabajadores) se relativizó por completo". No es una discusión menor: si esta es la situación, la huelga como método y las insurrecciones basadas en la huelga general política, ya no tienen sentido. Y por otro lado la lucha por la independencia de clase es una pretensión "sectaria". Sobre esta visión el MIJD plantea su idea de movimiento de "las clases más pobres".
La realidad de la clase trabajadora
El análisis del MIJD es parcial y no describe la realidad1. En el mundo, el trabajo asalariado es hegemónico en la sociedad. Un cálculo situaba en «2.474 millones de personas, la fuerza de trabajo global no doméstica a mediados de los ’90. De ellos alrededor de un quinto, 379 millones de personas, trabajaban en la industria, 800 millones en servicios, y 1.074 millones en la agricultura»2. En Argentina se calcula que existen –en los centros urbanos- un total de 8.753.138 asalariados, de los cuales 3.947.665 están en negro3. Registrados en ART hay: en la industria 770.708 trabajadores; 688.678 en el comercio; 351.644 en el transporte; 254.000 trabajadores agrícolas, etc4. Más de 3 millones están desocupados.
La extensión global del trabajo asalariado es el resultado de la relocalización de la producción por parte del capital, en busca de ventajas competitivas –menor costo de producción y mayor productividad- y mayores ganancias. Hay un debate creciente sobre la "exportación" de trabajo. Una nota señala: "Gigantes como India o China producen ingenieros tan buenos o mejores que los norteamericanos o europeos, pero dispuestos a trabajar durante más de medio año por lo que estos ganan en un mes (...) El cuartel central de la empresa podrá permanecer en Occidente, pero da trabajo en Oriente. Por eso algunos dicen que es mentira que el actual crecimiento económico estadounidense no genere empleo: lo genera, pero en otra parte"5.
Junto a este fenómeno, la clase obrera está dualizada entre un sector de alta calificación e ingresos y una masa de trabajadores precarios y de baja calificación. La desocupación es usada para atacar las condiciones de empleo. La tendencia general del capital es a homogeneizar hacia abajo, fragmentando y flexibilizando la fuerza laboral.
¿El fin de las grandes empresas?
En nuestro país, a la vez que se cerraron establecimientos, emergieron grupos y empresas con mayor poder económico y grandes cantidades de asalariados. El MIJD se equivoca al señalar que ya no hay grandes empresas porque no da cuenta de la concentración del capital. Tomemos un parámetro de empresas con más de 500 empleados: en la industria 172 firmas tienen 189.183 trabajadores; en el comercio, 60 firmas agrupan 131.794 trabajadores; en el transporte, 75 firmas tienen 112.134 empleados6. El grupo "nacional" Techint, dueño de las grandes acerías Siderca y Siderar, tiene casi 40.000 empleados, dentro y fuera del país. El grupo Arcor 12.800. El grupo Telefónica 14.000 en el país, 161.000 en el mundo; Repsol/YPF 3.300, TBA 3.075. Los compañeros del MIJD viajaron a Mar del Plata por Ferrobaires que tiene más de 4000 empleados y si comieron galletitas Terrabusi las mismas la producen 1.600 trabajadores. En los hipermercados -que los compañeros del MIJD deben tener muy presentes, pues son los que denunciaron al compañero Castells cuando estuvo preso- Coto tiene18.000 empleados (es el principal empleador en el país) junto a otros como Wal Mart, Disco o Carrefour con otros tantos miles.
Mientras el MIJD no ve como real la existencia de grandes concentraciones de trabajadores, burócratas y patrones, con más instinto, disputan su control. Basta ver la pelea entre Cavallieri y Moyano por la afiliación de los trabajadores de carga (1.000 empleados) de Carrefour.
¿Una recesión permanente?
Pareciera ser que para el MIJD el cierre masivo de empresas es una realidad presente y las condiciones de recesión de la crisis se generalizan al día de hoy. No ven que producto de la devaluación (que implicó un brutal mazazo al salario), los patrones hacen grandes ganancias, aumentan la producción y los ritmos de explotación. Incluso algunos se animan a invertir, como Cargill y Molinos Río de la Plata que abrieron nuevas plantas en Puerto San Martín7. Firestone, que acaba de despedir obreros, produce casi al 100% de su capacidad. En esta situación, la lucha obrera tiene mayor poder y puede triunfar sobre los capitalistas. Se abren condiciones para que los ocupados rompan el quietismo que la crisis y la burocracia impusieron.
Fuerza obrera y burocracia sindical
El MIJD identifica pobre y pobreza con cambio revolucionario. Dicen que "según Marx, lo que hacía apta a la clase obrera para la lucha por el cambio revolucionario, era su pobreza". No es así. Marx y Engels consideraban a la miseria como una condición necesaria en cuanto fermento de la rebelión. Pero para ellos la clase obrera es potencialmente revolucionaria por ser la principal fuerza productiva de la sociedad; y su explotación, la apropiación privada de su producto social, es la característica esencial que aún hoy mueve al capitalismo.
Esto último se pierde de vista porque -derrotas mediante- la imposición del neoliberalismo dejó a la defensiva y debilitada a la clase obrera mundial. Así, una legión de izquierdistas predica un escepticismo pasmoso sobre las posibilidades de recuperación de los trabajadores. La posición del MIJD es similar, confundiendo situación defensiva con pérdida de fuerza social. Peor aún, en toda su respuesta no nombran a los responsables principales de las derrotas que sufrió la clase obrera: las direcciones reformistas y la burocracia sindical. No es casual. El MIJD apoyó el bochornoso acto de Moyano (a mediados del 2002) cuando este venía de levantar un paro por lluvia, como parte de sus fluidas relaciones con el moyanismo.
Por otra parte, los compañeros "olvidan" los colosales paros generales del 2000 y 2001, cuando los sindicatos estaban en la oposición, que confluyeron con los piqueteros, dejando a punto de K.O. a De la Rúa.
Además, luego de diciembre del 2001, la fuerza social de los trabajadores se manifestó en germen con el movimiento de ocupación de fábricas -del cual Zanon y Brukman fueron abanderadas- que atacó directamente la propiedad privada y la legalidad burguesa. Allí la clase obrera mostró capacidad de lucha y autoorganización y también que puede poner la producción en marcha y proyectarla en un sentido social. En Zanon, crearon puestos de trabajo, ocupando militantes de los movimientos piqueteros, con un salario igual ($800) al del resto de los compañeros. De esta experiencia de clase, el MIJD no dice nada.
Presión sobre el estado
Los compañeros del MIJD intentan oponer la lucha por trabajo genuino al reclamo de los planes. Presentan -de manera irrespetuosa en este punto- al PTS como partidario de que los desocupados se mueran de hambre. El MIJD sabe que es falso8. Su afirmación es un fuego de artificio, que responde a su necesidad de justificar que sólo se puede luchar por pedir planes de empleo y hacer microemprendimientos. ¡Precisamente ésta es la política de Kirchner y el peronismo para sacar a los piqueteros de las calles!
El peronismo
El MIJD extiende la reivindicación del 17 de octubre del ’45 a la defensa del nacionalismo burgués tipo Chávez (Venezuela) o el reformismo estilo Quispe (Bolivia).
Rescatan el primer peronismo, que fue un gobierno que resistió relativamente al imperialismo yanqui y que otorgó importantes conquistas sociales. Pero olvidan que lo hizo liquidando la independencia política de la clase obrera, estatizando sus organizaciones y terminó capitulando frente al imperialismo.
La idea de otro 17 de octubre del MIJD, recrea la ilusión de un nuevo liderazgo burgués en quien confiar la lucha antiimperialista. Nuestro combate político, por el contrario, es por transformar a la clase obrera en una fuerza política y social independiente que acaudille a nación oprimida.
¿Alternativa de clase o populismo?
El MIJD impulsa un "gran frente opositor masivo" con "una verdadera vocación de lucha por poner el poder en manos de los trabajadores y el pueblo" y no una "alternativa sectaria" como califican nuestra propuesta de movimiento político de los trabajadores.
En Mar del Plata, votaron participar de las próximas elecciones como Frente de los Trabajadores y el Pueblo. Si –según el MIJD- los trabajadores y el pueblo pobre son lo mismo ¿a quiénes convocan bajo el nombre de "pueblo"? El MIJD, en varias oportunidades, manifestó junto a empresarios pequeños como Fedecámaras o, recientemente, Nito Artaza. En su congreso se aclaró "ni frente de centroizquierda ni frente trotskista", sin presentar ninguna delimitación de clase.
La única Internacional revolucionaria de masas que dio la historia del movimiento obrero9 consideraba que la clase trabajadora debía conquistar su independencia política para postularse como dirigente de la nación oprimida. Si la clase obrera, sus batallones industriales, del transporte, las comunicaciones, los bancos, la educación, el comercio, la salud, los puertos, los trabajadores rurales, etc., puede autoorganizarse y conquistar su independencia política, estará en condiciones de levantar un programa que responda a las necesidades de las clases medias urbanas y rurales, los pequeños comerciantes, los estudiantes y el pueblo pobre en la perspectiva de derrotar a la burguesía y el imperialismo.
En sentido inverso, el MIJD disuelve la estrategia de independencia de clase y transforma la unidad de acción con otras clases, en ocasiones necesaria para luchar, en alianza política policlasista. Poco aprendió del 2002 cuando la alianza enormemente progresiva del "piquete y cacerola", llevó a algunos a pensar que bastaba para derrotar al estado burgués. La ausencia de hegemonía obrera, permitió que los intereses corporativos de la pequeña burguesía se impusieran por sobre el interés conjunto de los trabajadores y el pueblo pobre. Así la devolución de los depósitos a los ahorristas significó compensar a los bancos por las pérdidas, lo que resultó en un aumento del endeudamiento nacional en varios miles de millones y en más penurias para el pueblo. Los dirigentes de los ahorristas a su vez recurrieron a cualquier medio para imponer su demanda, como la defensa de la Corte menemista. Hoy un sector de esa clase media es la base de la campaña antipiquetera.
La política del MIJD deja abierta la puerta a los Manusovich y los Artaza, es decir a la conciliación de clases. En este marco, el llamado al gobierno de los trabajadores del MIJD es un contrasentido con su práctica, o una declamación para presentar más "extrema" su política de "frente opositor".
La propuesta de movimiento político de los trabajadores que hacemos al conjunto de los movimientos de lucha, a las organizaciones obreras combativas y de la izquierda, es para disputar al peronismo y la burocracia la influencia sobre millones de asalariados y desocupados, poniendo en pie una expresión política independiente del estado y los patrones, de sus partidos y sus figurones, para luchar efectivamente por una revolución social y el gobierno de los trabajadores.
 
1 Si nos extendemos en datos, no es por pretensiosos sino porque consideramos –como enseñaba Marx- que el autoconocimiento de la clase obrera es un elemento fundamental de la conciencia de clase.
2 Chris Harman; Los trabajadores del mundo.
3 Cálculos nuestros según estadísticas del INDEC. (Mayo 2003)
4 Superintendencia de Riesgos de Trabajo. www.srt.gov.ar
5 Julio Nudler. Pagina/12. 17/01/04.
6 Superintendencia de Riesgos de Trabajo. Nótese que nos referimos a empleos registrados.
7 Ver página 6 sobre las inversiones en la provincia de Santa Fe.
8 Más aún conociendo nuestra tradición de defensa –más allá de las diferencias- de los compañeros perseguidos -en la calle y frente a la justicia burguesa- como a Castells, junto a nuestros compañeros en el Ceprodh.
9La Tercera Internacional de Lenin, a la que difícilmente se pueda tildar de sectaria.
 
 
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Polémica con PO
 
En su periódico del 26 de febrero, PO responde ofuscado con una serie de epítetos y afirmaciones sin fundamento, a nuestro artículo "La encrucijada del movimiento piquetero" de LVO 133, evitando pronunciarse sobre la propuesta que formulamos para los movimientos de desocupados. En el próximo número de LVO responderemos el artículo de PO porque allí se refleja un profundo escepticismo en la clase obrera ocupada, cuestión extendida en amplios sectores de la izquierda. Por lo pronto, en la página 4 de esta edición, puede verse en el pequeño ejemplo de la UTD de Berisso y Ensenada cómo es posible un nuevo rumbo para el movimiento piquetero.