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NACIONAL

Caso Nisman: ni con Moyano ni con Pignanelli

La muerte del fiscal Nisman ha obligado, también, al pronunciamiento de las cúpulas sindicales.

Raúl Godoy

26 de febrero 2015

La muerte del fiscal Nisman ha obligado, también, al pronunciamiento de las cúpulas sindicales.

Julio Piumato y referentes de la CGT de Moyano y Barrionuevo fueron a la marcha del 18F, con Macri, Massa y la corporación judicial, detrás de fiscales que encubrieron la causa AMIA y acostumbran a impulsar causas contra movilizaciones populares.

Ricardo Pignanelli, el patotero empleado de las multinacionales automotrices, dijo que; “la Presidenta no tiene nada que ver con todo esto” y apoyó la “reforma” de la SIDE. El sindicalismo clasista tiene que tener una posición independiente.

Cuando la inflación y el impuesto al salario afectan el salario obrero, cuando millones de trabajadores siguen precarizados y hay conflictos por despidos, los jefes de las centrales sindicales sólo hablan de movilizarse detrás del gobierno y la oposición. No hay que sorprenderse. La burocracia, que hoy está desprestigiada pero todavía tiene poder político y económico, siempre ha sido un sostén fundamental en las crisis más álgidas que se han vivido en nuestro país.

Y ante una crisis en la que está cuestionada la autoridad estatal, no quieren ni podrían ir a fondo contra las fuerzas represivas y de inteligencia porque sería como dispararse en un pie. Ellos mismos actúan como informantes, como la policía dentro de las fábricas para perseguir trabajadores activistas, y a quienes se rebelen o reclamen. Un ejemplo muy notable del “rol policial” de la burocracia en las fábricas es el caso de Lear. Pignanelli y su patota de la Verde han sido los que vienen “marcando” a los opositores, con especial saña a los militantes de izquierda.

Por eso, los trabajadores tenemos mucho que decir en esta crisis. La denuncia de Proyecto X, surgió nada menos que del conflicto de Kraft Terrabusi. Los delegados y sus abogados mostraron cómo el gobierno, a través de la Gendarmería, infiltraba marchas, cortes y asambleas. Continuó con la lucha de Lear, cuando denunciamos el accionar el gendarme infiltrado Galeano y el “Carancho” Torales, para armar causas judiciales.

Por eso, en esta crisis, los trabajadores y la izquierda tenemos que denunciar todo el aparato de espionaje, y denunciar a los partidos patronales y a la propia burocracia sindical, que más allá de sus disputas coinciden en mantener el aparato represivo del Estado capitalista.

La actitud de Moyano, Pignanelli y la burocracia sindical ante la “crisis de los servicios”, nos dan otro motivo para continuar nuestra lucha por recuperar los sindicatos y ponerlos al servicio de los intereses del pueblo trabajador.

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