El 28 de septiembre se realizaron en Europa las primeras acciones masivas contra la guerra.
En Roma alrededor de 50.000 manifestantes repudiaron al gobierno de Bush y a su aliado, Berlusconi.
En Londres, más de 300.000 personas provenientes de todos los rincones de Gran Bretaña se movilizaron contra la amenaza de guerra a Irak. Esta movilización antiguerra, la más grande en la historia del país, fue convocada por la coalición Stop the War (formada por seccionales sindicales, grupos antiglobalización, partidos de izquierda entre otros), la Asociación de Musulmanes de Gran Bretaña, sindicatos, parlamentarios laboristas, periodistas e intelectuales. La cita coincidió con el segundo aniversario de la segunda intifada, lo que atrajo una gran cantidad de miembros de la comunidad musulmana, quienes incorporaron la consigna “Por la libertad de Palestina.”
La marcha superó ampliamente los 20.000 participantes de las marchas del año pasado contra los bombardeos a Afganistán. Los dos puentes cercanos al lugar de la cita que unen ambas riberas del Támesis estaban completamente bloqueados por manifestantes. Desde ellos se podía apreciar la magnitud de la marcha: mientras la cabeza llegaba a Hyde Park, que era el punto de llegada, el final de la marcha empezaba a dejar el lugar de inicio de la marcha.
El alineamiento incondicional y servil de Tony Blair con el gobierno de Bush provocó la oposición de gran parte de su propio partido y de la central sindical, TUC, que convocó a la movilización. Esto hizo que entre los oradores se incluyan dirigentes laboristas opositores a Blair como el alcanlde de Londres Ken Livingstone e incluso el ex inspector de armas Scott Ritter de la ONU.
El 31 de octubre la coalición Stop the War ha convocado a un día de acción por “No al ataque a Irak”, llamando a ocupaciones de facultades, clases públicas, reuniones en los lugares de trabajo y medidas de acción directa pacíficas en todo el país. Esta debe ser una gran oportunidad para diferenciarnos de sectores que avalan el consenso de las Naciones Unidas y construir un movimiento contra la guerra que se proponga enfrentar hasta el final al gobierno imperialista de Blair, boicotear activamente la maquinaria militar y desarrollar la unidad con los trabajadores y los jóvenes que sufren y resisten la explotación imperialista.