Estudiantes universitarios de distintas carreras se hicieron presentes en la casa cultural donde se llevó a cabo el Ciclo de Cine sobre la “Revolución Rusa” que tiene a las películas de Sergei M. Einsestein como principales referentes. Eisenstein expresa su adhesión a la causa revolucionaria proclamando su interés por el “protagonismo colectivo de las masas”.
El primer día, con el “Acorazado Potemkin” se conoció lo que fue el “ensayo general” de la revolución de 1917. La película refleja a la perfección la atmósfera de descontento y revuelta existente en Rusia a comienzos de siglo XX.
En el segundo día se vio “Octubre”, basada en el libro «Diez días que estremecieron al mundo», de John Reed, una reconstrucción de los acontecimientos de 1917, un relato detallado de la Revolución de Octubre donde los bolcheviques a la cabeza de los obreros y soldados –con la alianza del campesinado- se apoderaron del poder del estado y lo pusieron en manos de los Soviets.
Después de la película hubo diferentes intervenciones que marcaron la importancia de un genuino partido revolucionario, dirigido por el proletariado, con un programa que garantice que el poder arrancado a la monarquía zarista no quede en manos de las clases poseedoras (como querían los mencheviques y los socialrevolucionarios, quienes cedían ante el gobierno provisional burgués de Kerensky, con la excusa de que Rusia no estaba madura para la revolución social) y que todos los intereses de las clases explotadas sean resueltas.
Luego se señaló que en la actualidad un partido con las mismas características (un partido de trabajadores) es el único que puede buscar las soluciones para los problemas de la sociedad.
Se aclaró que pese a que no estamos atravesando una situación como la de Rusia en esos años (guerras, crisis económicas agudas, etc.) la estrategia del PTS es que surjan organismos de democracia directa, con libertad de tendencias, como fueron los Soviets, en lugares donde se concentran los trabajadores y estudiantes. Y que en Jujuy –a diferencia del piqueterismo de toda la izquierda- nuestras tareas revolucionarias pasan por poner en pie una fuerte juventud marxista que inicie una persistente tarea de inserción en los principales centros económicos, como son los Ingenios Ledesma, La Mendieta, Minetti o la metalúrgica Zapla de Palpalá. Esto con la intención de buscar que el proletariado sea el “eje articulador” de las luchas para todas las capas populares de la sociedad.
Las películas de Einsestein fueron financiadas, previo a la burocratización de la Unión Soviética, con la intención de dar a conocer la revolución rusa y sus antecedentes a quienes no la habían vivido. Hoy –al igual que en las 24 casas de cultura y política marxista- el PTS-Jujuy busca difundir entre los jóvenes que se acercan a la izquierda, las mejores tradiciones revolucionarias.