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Elecciones 2005

Vote trabajadores socialistas

Con los candidatos de K, con Carrió, López Murphy o Macri siguen gobernando Repsol, Techint y el FMI

6 de octubre 2005

Los comicios del 23 de octubre se aproximan y de acuerdo al resultado electoral se reconfigurará el mapa político y una nueva ubicación del gobierno de Kirchner. Pero sea cual sea el resultado de octubre, el gobierno ya ha fijado los ejes de su futura gestión: garantizar el pago de la deuda externa al Fondo Monetario, estrechar sus lazos con el gobierno de Bush y confrontar cada vez más con aquella lucha de los trabajadores que ponga en cuestión la política oficial y el interés patronal, así como el dominio “indiscutido” de la burocracia sindical. Mientras se le sigue negando a los trabajadores un salario equivalente al costo de la canasta familiar, es decir 1800$, en nuestro país los grupos económicos más concentrados, empezando por Repsol o Techint, siguen acaparando hiperganancias. Basta con mostrar algunos datos: la rentabilidad de las 100 principales empresas del país trepó al 400%. El FMI y el Banco Mundial han recibido pagos por 13.500 millones de dólares. Los recursos estratégicos, empezando por el petróleo, continúan privatizados. Y encima Kirchner, que hace gala de un discurso “nacional y popular”, va a recibir con honores al asesino George Bush, transformando Mar del Plata en un virtual teatro de operaciones bélicas para defender a este auténtico terrorista. Aquel trabajador que piense que votando en octubre a Cristina Kirchner va a ayudar a darle poder al presidente para beneficiar al pueblo y conquistar la “soberanía nacional”, tenemos que advertirle que se equivoca profundamente. Para luchar contra el imperialismo y los grandes capitalistas, hay que enfrentar a este gobierno de los empresarios.

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La campaña electoral muestra la decadencia de la política burguesa llena de discursos vacíos y de efectos mediáticos ante la carencia de ideas. La chatura se explica por la ausencia de diferencias sustanciales entre los candidatos oficialistas y sus “rivales”. Mientras Duhalde considera a Lavagna “tropa propia”, Macri y López Murphy carecen de una alternativa económica ya que los empresarios que representan están haciendo ganancias extraordinarias. Elisa Carrió, comparte el objetivo presidencial de “reconstruir la burguesía nacional”, claro que en base a un “contrato moral”. Moralidad es lo que le falta a su candidato Enrique Olivera –un íntimo amigo de De la Rúa- quien se postula para legislador. No olvidemos que este personaje supo alentar negociados inmobiliarios cuando compartieron con el ex presidente radical la jefatura de gobierno de la Capital. Los fuegos de artificio de los pretendidos opositores tampoco deben confundir a los trabajadores. Todos proponen salidas que también beneficiarán a los grandes empresarios y perpetuar a los políticos corruptos del viejo régimen. La oposición y la “nueva política” será aquella que tenga a los trabajadores como protagonistas a la cabeza de su propia fuerza política y programáticamente independiente.

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En medio de esta campaña electoral los medios de comunicación ningunean el rico proceso de luchas de clases que se viene dando en el seno de la clase trabajadora. En el último año ha aumentado la actividad obrera y se han recuperado organizaciones de base poniendo a su frente a activistas y dirigentes combativos y de la izquierda. Este movimiento todavía incipiente de lucha y autoorganización también tiene su expresión en el movimiento estudiantil universitario, pudo verse semanas atrás en la pelea junto a los docentes y en el Encuentro Nacional de Estudiantes.
Para nombrar los conflictos más recientes señalemos el importantísimo paro de la fábrica más grande del país y símbolo de la llamada burguesía nacional, Siderar: la lucha se impuso por presión de las bases y contra la voluntad de la burocracia sindical; la persistente huelga de los pescadores en Mar del Plata; el paro de los petroleros de Chubut, o la movilización de los trabajadores del subte para exigir el 82% movil para las jubilaciones, además de la sostenida lucha del personal no médico del Hospital Garrahan. En fábricas como Jabón Federal se acaba de imponer de manera contundente y combativa una comisión interna de jóvenes activistas; y en el caso de Terrabusi donde la burocracia de Daer ha vuelto a ser derrotada y se reeligió a una comisión interna opositora. Ejemplos como estos se multiplican por decenas en las fábricas, empresas y establecimientos. Sin embargo, los medios de comunicación solo se refieren a ellos cuando se trata de demonizar al movimiento social o de justificar un giro represivo como sucedió cuando prohibían a los manifestantes su ingreso a Plaza de Mayo. Si bien es cierto que estas luchas de los trabajadores no se han elevado aún a un terreno político, son una escuela donde se están forjando los nuevos miltantes que preparan las condiciones para luchar porque la recomposición del movimiento obrero destape una dirección combativa y clasista.

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En la campaña electoral la lucha por la independencia política de los trabajadores ha sido levantada únicamente por el Frente PTS-MAS en capital y provincia de Buenos Aires y por las listas del PTS en Neuquén, Jujuy, Córdoba, Santa Fe y Mendoza. Junto a la edición de volantes y afiches, gran parte de nuestra campaña ha consistido en la difusión del Manifiesto programático “Por qué luchamos” donde hemos denunciado la trampa kirchnerista y señalado las tareas y las consignas para que la clase trabajadora conquiste la dirección del pueblo y la nación oprimida en la lucha por la revolución socialista. Lamentablmente, otras organizaciones que se reivindican de la izquierda obrera han renunciado a este combate. En el caso de las dos fracciones del MST postulando como figura a un carrerista clerical, ex funcionario duhaldista y ex diputado por el ARI como Mario Cafiero. Así alimentan la ilusión en que los caídos de los partidos patronales son una alternativa. No se diferencian en mucho de sus antiguos socios del PC que con el Encuentro Amplio junto a los carreristas del Partido Socialista buscan refundar un frente de centroizquierda. El Partido Obrero por su parte reivindica formalmente la independencia política pero se ha negado a un frente 100 por 100 de izquierda, en la ilusión de lograr un acuerdo con la ex IU y negándose a unir sus fuerzas al frente PTS-MAS. Terminaron 100% solos y centrando su campaña en una perspectiva parlamentarista. Un párrafo aparte merece Luis Zamora, hoy en plena declinación ya que ha perdido todo su bloque parlamentario y su fuerza política se reduce a su mujer y algunos amigos careciendo de propuestas para enfrentar el capitalismo más allá del vago slogan de “que la población tome la palabra”.

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En estas elecciones desde el Frente PTS-MAS llamamos a votar por candidatos que son trabajadores y luchadores socialistas. Nuestro programa es el del enfrentamiento al gobierno, al imperialismo y al sistema capitalista. Que plantea la pelea por un salario mínimo de $1800; por un subsidio al desocupado de $800 y reducir la jornada laboral a 6 horas manteniendo el salario; por el no pago de la deuda externa y por la re-estatización bajo control de los trabajadores de las empresas privatizadas; por demandas democráticas elementales como el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Propuestas todas que se enmarcan dentro de la perspectiva más general de luchar por una verdadera salida de fondo: un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre.
Queremos mostrar un camino estratégico para la izquierda obrera y socialista. Es una apuesta a que las actuales muestras de recomposición social de la clase trabajadora continúen desarrollándose y sean la base para la construcción de una herramienta política de los trabajadores que exprese la superación de la experiencia burguesa peronista y toda variante de conciliación de clases.




 




 

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