Estamos en la caravana. En este momento, rodeados de gendarmes. Motos va y vienen. Nos acordonan. Nos sacan fotos. Trajeron grutas
Trajeron grúas para levantarnos ¿qué van a hacer? Está plagado de medios. Y los gendarmes van y vienen. Encerrados por lear. Por el apoyo a su lucha. Del otro lado del carril están los compañeros. Es un clima de espera. No nos dejan mover. Adelante están los abogados y el diputado Nicolás Del Caño. La protesta, con esta nueva modalidad, molesta y mucho. Acá está todo más que claro. Nos enfrentamos a los guardianes de los yankis, de los monopolios. Nos tienen varados y la espera parece larga. Nuestros autos están empapelados con pancartas y afiches. Somos identificables porque queremos decir que estamos con los trabajadores. Si la empresa y el smata redoblaron la apuesta, nosotros no nos vamos a quedar atrás. ¿Quieren llevarnos? Nos llevarán por una causa justa. Detrás de los vidrios empañados, lo vemos a Christian castillo, discutiendo con los gendarmes. Estamos literalmente detenidos en los autos. A la espera. Estamos frente a Lear y por Lear.
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Se vienen auto por auto, nos rodean y los filman con cámaras de todo tipo y color. Como sí fuéramos actores. En parte lo somos. Los que estamos en los autos, y los que están del otro lado de la banquina, somos actores de una lucha política, que a está altura se vuelve anti imperialista. Tantos gendarmes en la pana, y los bonaerenses, nos están dando un curso del carácter de este Estado. Una banda de hombres armados al servicio de la clase dominante para resguardar los interés de las multinacionales.