logo PTS

Universidad

Debate: ¿Por qué peleamos por mayoría estudiantil?

26 de mayo 2006

EN LAS asambleas de la UBA y Comahue venimos discutiendo el programa para democratizar la universidad. Desde En Clave ROJA levantamos la necesidad de Congresos Universitarios con “mayoría estudiantil”1 , lo que nos llevó a polemizar con el planteo de “aumento de la representación estudiantil”, de los compañeros que conducen la FUBA (PO, MST, PCR) y la FUC (FER, independientes). Queremos fundamentar aquí este debate.
Vladimir Cares, funcionario del “autoungido rector” neuquino Boccanera, define que la “participación por claustros ponderados deviene de la consideración del papel diferenciado (…)” del claustro docente que, “(…) al ser el actor de mayor responsabilidad y experiencia (…), ha mantenido hasta la fecha una mayoría relativa respecto de los otros.” Es lo que el sociólogo Emilio de Ipola definió como un “contrato pedagógico” basado en una “justa desigualdad”2. Estos sectores se justifican diciendo que la universidad es una “institución del conocimiento”, y que “la democratización” atentaría contra la “excelencia académica”; en realidad los mueve la defensa de los privilegios de ser una camarilla que concentra el poder y los negocios de una Universidad cada vez más ligada a las grandes empresas, que fomenta el negocio de los posgrados arancelados, y que aplica la LES.
Durante las últimas décadas las universidades nacionales se masificaron, llegando hoy a tener más de un millón de estudiantes. Pero los estudiantes, no “solamente” somos mayoría; además somos quienes históricamente enfrentamos los ataques a la universidad, como se demostró en el "95 contra la LES, y en el "99 contra el recorte de Menem. Hoy encabezamos la lucha por la democratización. Por esto sostenemos la lucha por imponer la “mayoría estudiantil”.
Pero hay más: desde En Clave ROJA creemos que del mismo modo que la dominación de una oligarquía favorece a la intromisión de los capitalistas en la universidad, inversamente la “democratización” tiene una profunda ligazón con la lucha por construir una universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo pobre. Desde este punto de vista, también se justifica la mayoría estudiantil, ya que el movimiento estudiantil, a pesar de provenir mayoritariamente de la “clase media”, suele destacar amplias fracciones sensibles a la lucha de la clase trabajadora, como pudo comprobarse en el Cordobazo, en el Mayo Francés, e incluso ya en el ala izquierda de la Reforma de 1918. Por lo mismo, impulsamos la participación directa de las organizaciones obreras en la discusión de los proyectos de universidad.
Una real democratización implica imponer Congresos Estatuyentes con mayoría estudiantil, claustro único docente, terminando con el clientelar claustro de graduados, y con voto para la “plebe” de los no docentes. Así podremos romper los convenios que nos atan a las grandes empresas; terminar con la LES y la CONEAU y conseguir presupuesto para infraestructura, investigación, cátedras paralelas, becas para los hijos de los trabajadores y salario igual a la canasta básica familiar para todos los docentes y no docentes. Este es el programa que tenemos que tener los estudiantes. No nos podemos tentar con la zanahoria de los kirchneristas y centroizquierdistas, que proponen “cambios para que nada cambie”, entre ellos, justamente, “aumentar la representación estudiantil”. Si los estudiantes de la UBA y UNCo tenemos esta perspectiva y construimos centros y federaciones militantes y masivos, comenzaremos a escribir, junto a los docentes y no docentes, una nueva página en la historia del movimiento universitario, como lo hicieron los estudiantes cordobeses en 1918.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: