LEAR CORPORATION es una autopartista internacional de Pacheco y cuenta a Ford entre sus principales clientes. La historia de sus trabajadores, nucleados en SMATA, está marcada por años de persecuciones, despidos y atropellos.

La prepotencia de la empresa, los oídos sordos de los delegados de la Verde, llevaron a los trabajadores a organizarse para recuperar el Cuerpo de Delegados y su Comisión Interna.

El año pasado los directivos de la Seccional Norte del SMATA suspenden de sus cargos a tres miembros de la Comisión Interna, delegados independientes, opositores a la Verde. Creían que con esta medida burocrática acallarían las voces de bronca e indignación de los trabajadores. Al calor de esta bronca acumulada surgió la Lista Celeste (por el color de sus uniformes de trabajo): los trabajadores comienzan a organizarse para pelear por elegir su Comisión Interna.

Por supuesto que se encontraron con las clásicas trabas burocráticas de parte de la Verde, que fueron superadas con la unidad y una gran decisión, cuya máxima expresión fue la firme participación de las trabajadoras, que permitieron no sólo cubrir el cupo femenino, sino que cumplieron un papel fundamental en el triunfo de la Celeste. Una compañera es hoy miembro de la Comisión Interna que se impuso a la lista burocrática.

El primer embate de parte de la patronal y la Verde fue intentar hacerlos firmar un convenio que tiraba a la baja las condiciones de trabajo y particularmente la de los contratados, y aumentaría los sufrimientos de todos los trabajadores que a diario deben lidiar con enfermedades profesionales, como la tendinitis.

La Comisión Interna se negó a firmar ese convenio. Llevaron la consulta a la base que lo rechazó. Esto llevó a que la Comisión Interna fuera vista por los directivos de la Seccional Norte del SMATA como sus enemigos públicos. Envalentonada, la empresa intentó sancionar a dos ex delegados, que habían sido suspendidos por los directivos de la Seccional. Esto fue rechazado por los trabajadores y su Comisión Interna, y ratificado por una medida cautelar que obligó a la empresa a retroceder.
También las compañeras, hartas del maltrato cotidiano, presentaron una denuncia por discriminación a Lear, que obligó a mejorar su situación.
Más tarde, un gravísimo accidente, que casi le cuesta la vida a dos obreros. Producto de este grave hecho, la Comisión Interna junto a los trabajadores inició una fuerte pelea por mejorar las condiciones de trabajo.

La firme decisión de los/as trabajadores/as de Lear y su Comisión Interna, logró imponerle a la patronal un acta de 21 puntos, que contemplan sus principales reivindicaciones, a lo que suman logros anteriores como un bono anual de 100 horas que la empresa se negaba a pagar.

Estos logros desataron un nuevo ataque, esta vez a manos de los directivos de la Seccional Norte del SMATA, que iniciaron un sumario para intentar suspender o expulsar a la Comisión Interna y el Cuerpo de Delegados. Los acusan de hacer asambleas sin permiso del SMATA, y negarse a firmar el convenio a la baja de la patronal. ¡Un sindicato quiere sancionar a delegados por defender a sus propios compañeros y consultar en asambleas los pasos a seguir!

Además, la patronal amenaza con iniciarles juicio de desafuero.
Por todo esto, es necesario lanzar una campaña en defensa del derecho democrático elemental de los/as trabajadores/as a elegir sus representantes. Hay que impulsar el petitorio que cuenta con la adhesión de importantes personalidades de Derechos Humanos (ver aparte), en las fábricas, colegios, universidades bajo el lema. ¡Si tocan a la comisión interna de Lear nos tocan a todos!

Más de 300 trabajadores firmaron el petitorio, exigiendo que se retire el sumario y en defensa de su Comisión Interna democráticamente elegida. Militantes de Derechos Humanos llevaron su solidaridad a la puerta de fábrica y acompañaron a los delegados al SMATA cuando presentaron su descargo y en apoyo a la interna independiente frente a la dirección del mismo SMATA. La pelea recién empieza. Los compañeros hacen reuniones en los comedores, denuncian el ataque, el apoyo crece en la base que no acepta más que se le impida contar con el mínimo derecho a elegir sus delegados y que estos defiendan los intereses de los trabajadores. La juventud del PTS también fue a la puerta de la fábrica para llevar su solidaridad. Hay que ganar esta pelea.