Luego de las movilizaciones realizadas en distintas ciudades el viernes 2 de septiembre, el reclamo de los docentes universitarios estaba claramente fortalecido. En la marcha multisectorial realizada en Buenos Aires que fue impedida de llegar a Plaza de Mayo más de 600 docentes se encolumnaron con la AGD-UBA junto a más de 4000 estudiantes que lo hicieron con la Interfacultades. La semana previa a la marcha, estudiantes de distintas universidades realizaron tomas (algunas muy masivas) en nuestro apoyo. En ese marco el gobierno quería evitar por todos los medios que se continuase el bloque expresado en la movilización entre trabajadores del Garrahan, estudiantes y docentes y desocupados. Por eso el sábado buscaron cerrar un acuerdo con los dirigentes de CONADU y CONADU Histórica que permitiese levantar el paro docente. Al final de este día los dirigentes de ambas federaciones firmaron un acta con los rectores del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) y el ministerio de Educación en la cual manifiestan “aceptar” la nueva propuesta del gobierno. Ante esto ya los noticieros del sábado y luego los titulares del domingo permitieron al gobierno anunciar que se había terminado la huelga, antes que los docentes pudiésemos discutir la propuesta. De los dirigentes de la CONADU dirigida por Anahí Fernández (ni hablar de la patronal FEDUN que acordó un incremento menor días antes) no nos extrañó la actitud, ya que carnerearon la lucha desde el inicio, pese a que dos de las asociaciones docentes que iniciaron el movimiento, Córdoba y San Luis, están allí encuadradas. Lo nuevo fue la firma inconsulta del acta que realizaron los dirigentes de CONADU Histórica (incluido Néstor Correa, del Partido Obrero, que en la asamblea de la AGD debió reconocer que esto fue “un error”), que hasta ahora habían llevado cada una de las propuestas del Ministerio al debate de las asambleas antes de firmar acuerdo alguno. Aunque al día siguiente emitieron un comunicado diciendo que “el paro sigue hasta el martes” (cuando se conociesen los resultados de las asambleas de base) es claro que se prestaron a la jugada del gobierno. De hecho varios dirigentes de la CONADU H habían insinuado que había que levantar ante la propuesta anterior, lo que fue masiva y justamente rechazado por las asambleas de base realizadas el lunes 29 de agosto y llevaron al gobierno a tener que incrementar algo su nueva oferta. Con el paro levantado desde Clarín y la televisión, los rechazos a la propuesta votados en varias asambleas de base (que consideraron insuficiente la nueva propuesta) no alcanzaron para revertir la situación y continuar de conjunto con la medida una semana más, cuestión que posiblemente hubiese obligado al Ministerio a ceder nuevas conquistas. El inconformismo con la postura de los dirigentes se mostró en numerosas asambleas, algunas de las cuales votaron seguir con el paro (Salta, Jujuy, San Juan, Cuyo, Tucumán, UTN y Luján), igual que ocurrió con algunas gremiales pertenecientes a la CONADU “oficial” como Rosario y La Plata. Incluso la asamblea de más de 300 docentes en Tucumán no sólo votó la continuidad del paro sino que pidió la renuncia de los cuatro miembros de la Comisión Directiva que firmaron el acta (Claudia Baigorria, José Luis Molina, Néstor Correa y Luis Tiscornia).

LA ASAMBLEA DE
 AGD-UBA

En la asamblea de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA se expresó un fuerte rechazo a la firma del acta realizada por la dirección de la Conadu H y al hecho de que en la nueva propuesta no hubiese ningún compromiso concreto en cuanto la renta de los ad honorem. En la asamblea, que contó alrededor de 140 docentes y duró más de cuatro horas, se fueron formando dos bloques. Uno (que tuvo como voceros a Christian Castillo, Pablo Bonavena, José Castillo, Mariana Maañón, Laura Meyer y Leandro Rodríguez, entre otros) cuestionó la firma inconsulta, planteó el rechazo total del acta y sostuvo redoblar la solidaridad con el Garrahan, en el que estuvimos entre otros los docentes del PTS, la casi totalidad de la comisión de docentes ad honorem, miembros de las comisiones directivas de las gremiales de Sociales y Filosofía y docentes del Viejo Topo y el MST2. En el otro, se agruparon los docentes del PO (que son mayoría en la dirección de la AGD), PC, PCR y MST1. Este bloque propuso el “rechazo parcial”, pero lo más lamentable fueron las intervenciones de algunos de sus miembros contra los docentes ad honorem tratando de mostrar que la falta de resolución a este problema no era muy importante, acudiendo para ello a los argumentos más reaccionarios. Finalmente, luego de un intenso debate, la votación salió empatada 46 a 46, llevándose como mandato transmitir ambas posturas. Fue una dura pelea que tuvo como punto central la defensa de la soberanía de la asamblea y que volvió a mostrar que el PO cuando tiene cargos directivos, como ya lo ha hecho en telefónicos, abona el método de “firmar primero y consultar después”.

PERSPECTIVAS

Ahora se trata en primer lugar de dar todo el apoyo a los compañeros que siguen parando y continuar en todos lados en estado de alerta, ya que el acta firmada deja varios puntos sin resolver, empezando por los ad honorem. El propio Plenario de Secretarios Generales de CONADU Histórica tuvo que resolver la “continuidad del plan de lucha” y sólo hablar de “suspensión de las medidas de acción directa hasta el 24 septiembre”, cuando se realizará un Congreso Extraordinario que evaluará los pasos a seguir. En todas las universidades se manifestó un nuevo activismo entre los docentes universitarios, participando en las marchas, clases públicas y asambleas. Hay que tratar de mantener y desarrollar la organización que se logró durante la huelga, coordinando con los estudiantes la participación en las movilizaciones del 9 y el 16 de septiembre y desarrollando la más amplia solidaridad con aquellos con los que confluimos en la lucha, en particular con los trabajadores del Garrahan.