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El Partido Obrero en su laberinto (legislativo)

NEUQUÉN | El Partido Obrero, a través de una nota de Marcelo Ramal publicada la semana pasada en Prensa Obrera plantea una crítica a la política que venimos llevando adelante desde la banca del FIT en Neuquén. En esta nota intentaremos tomar en cuenta y debatir con lo que entendemos son sus principales afirmaciones.

14 de junio 2012

El Partido Obrero en su laberinto (legislativo)

El Partido Obrero, a través de una nota de Marcelo Ramal publicada la semana pasada en Prensa Obrera plantea una crítica a la política que venimos llevando adelante desde la banca del FIT en Neuquén. En esta nota intentaremos tomar en cuenta y debatir con lo que entendemos son sus principales afirmaciones.

Un balance extravagante

Marcelo Ramal afirma que la banca del FIT en Neuquén no tiene una agenda legislativa, la cual, al parecer, se compondría exclusivamente de “proyectos de ley”. Desconoce de este modo una de las principales iniciativas políticas desplegadas por el FIT en la provincia, que es el rechazo activo a la Ley de Educación del MPN. Esta ley de educación, con la que el gobierno provincial busca ponerse a tono con las leyes antieducativas del kirchnerismo, era la niña mimada del oficialismo, a la que se jugaron para avanzar contra la escuela pública como contra las posiciones conquistadas durante años por ATEN.

A principios de año, el gobierno argumentaba que esa ley era producto de un consenso que se había llevado adelante previamente en el Foro Educativo y trataba de apurar el trámite para llegar a la votación de la ley. La banca del FIT fue la que, en una acción común con las seccionales opositoras de ATEN, planteó una oposición tajante a la Ley, realizando una gran campaña de esclarecimiento y agitación política por toda la provincia, en la que tomaron parte seccionales como Zapala, Andacollo, Centenario, Cutral Co e incluso en algunas actividades participaron también los integrantes del PO, además de que actuamos en común con compañeros de la Rosa, la ˜ámbar, el Frente Índigo, entre otros. Producto de esta acción en común, la oposición de centroizquierda se vio obligada a posicionarse (a favor de “reformar” la ley mostrando su impotencia y/o convergencia con aspectos de la política gubernamental) y el gobierno tuvo que cambiar de estrategia, planteando que “no hay plazos” para el análisis e implementación de la ley. El Partido Obrero ha afirmado en reiteradas ocasiones que los trabajadores de la educación conforman la vanguardia más importante de lucha de la provincia. ¿Cómo se explica que desconozca la principal iniciativa que desarrollamos desde el FIT junto a los trabajadores de la educación? Es más, ni siquiera incluye esta pelea política como parte de la “agenda” de la banca, pese a que la inserción del PO en la provincia se limita al sindicato docente casi exclusivamente.
Igualmente, más vale tarde que nunca: sería un gran paso adelante que el PO (e IS) se sumaran a esta pelea política.

La agenda de la banca está determinada por la de la lucha de clases

En la acción que venimos desarrollando desde la banca, planteamos cómo tienen que actuar los parlamentarios revolucionarios: desarrollar una acción política para derrotar los planes del gobierno de ataque a los trabajadores, apelando a la movilización extraparlamentaria, desenmascarar las falsas “alternativas” de la oposición burguesa y debilitar el poder de fuego del aparato estatal como parte de una estrategia de hegemonía de la clase obrera.

Con esta ubicación política, se puede influir en la realidad y prepararse para futuros combates, desarrollando las reivindicaciones de los trabajadores, no desde afuera -como pareciera ser la política del PO-, sino mediante un frente único que va de la banca hasta las organizaciones obreras, estudiantiles y populares. Con esta misma lógica venimos actuando en común entre la banca y el Sindicato Ceramista, apoyando el reclamo por que se complete el trámite de la expropiación de la fábrica y los reclamos de los compañeros de Stefani. El proyecto del ARI que menciona Ramal no tiene ningún peso entre los trabajadores estatales (y hasta fue repudiado por plantear el congelamiento de la planta del Estado por 5 años), que en cambio sí están debatiendo el proyecto contra la precarización laboral que impulsa en primer lugar la Agrupación Violeta Negra de ATE. En este sentido, el peso orgánico en la base hace la diferencia entre nuestra banca y cualquier variante de centroizquierda.
Se podrían tomar otros aspectos de la nota, como la cuestión más teórica del parlamentarismo o el desconocimiento del autor de cuestiones elementales como el gran entusiasmo que despertó la banca en Neuquén y el trabajo que se viene haciendo con sectores obreros como Aqualic, Desarrollo Social, el Casino, las empleadas domésticas, por solo nombrar algunos. En todos los casos, la conclusión es la misma: La lucha de clases impone una “agenda”. Pero la “agenda” del Partido Obrero está pensada por fuera de la lucha de clases.

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