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LIBERTADES DEMOCRÁTICAS

DÍ INTERNACIONAL DEL ORGULLO LGTBI

El levantamiento de Stonewall

El 28 de junio de 1969 el bar de Stonewall de Nueva York fue escenario de un levantamiento de lesbianas, gays y transexuales que dio comienzo al surgimiento del movimiento LGTBI*. Durante tres noches los jóvenes tomaron las calles para oponerse a las razias policiales rutinarias de la época. Su lucha contra la represión cuestionaba el orden sexual existente, la monogamia impuesta por la Iglesia, la patologización de la sexualidad, y los edictos contravencionales.

Tomás Mascolo

26 de junio 2014

El levantamiento de Stonewall

El 28 de junio de 1969 el bar de Stonewall de Nueva York fue escenario de un levantamiento de lesbianas, gays y transexuales que dio comienzo al surgimiento del movimiento LGTBI*. Durante tres noches los jóvenes tomaron las calles para oponerse a las razias policiales rutinarias de la época. Su lucha contra la represión cuestionaba el orden sexual existente, la monogamia impuesta por la Iglesia, la patologización de la sexualidad, y los edictos contravencionales.

Por aquella época existía el “Escuadrón de la Moral Pública” que arrestaba a las personas que no estaban vestidas según su “sexo biológico” ya que la homosexulidad era considerada una patología.

Los bares gays incluyendo Stonewall eran propiedad de la mafia. Sus clientes eran los más marginados de la sociedad, pero para las personas LGTB era el único ámbito dónde podían estar apartados de los prejuicios sociales. Imperaba la persecución hacia los disidentes sexuales, pero la propaganda macartista de la época también estaba dirigida contra los comunistas o anarquistas que eran considerados un riesgo para la moral norteamericana del momento. Mediante propagandas radiales y televisivas intentaban imponer a la familia como único modelo de relación sexo-afectiva posible.

El cuestionamiento del sistema fue a nivel internacional

París del 68 fue el escenario de un magnífico proceso de lucha y de radicalización política estudiantil que llevó a la huelga general y la insubordinación de la juventud obrera, desafiando al poder en aquellos días de mayo. El Mayo Francés dio lugar a que en 1971 surja el “Front Homosexuel d’Action Révolutionnaire”*. Mientras Argentina atravesaba el proceso de insurgencia obrera-estudiantil conocido como el Cordobazo, dando espacio a la formación, en 1971, del “Frente de Liberación Homosexual” (FLH) con activistas e intelectuales de la talla de Nestor Perlongher y Manuel Puig, entre otros. El mundo entero estaba afectado por la guerra de Vietnam y en el extremo opuesto, el movimiento pacifista también tenía una gran influencia en las calles.

Los jóvenes que participaron de la revuelta de Stonewall no estaban exentos de la efervescencia juvenil a nivel global y no tardaron en aliarse con el movimiento de los Black Panthers*, los hippies y las “feministas de la segunda ola” que cuestionaban el rol de la mujer dentro de la familia impuestos por la iglesia y el patriarcado capitalista.

Retomemos la lucha de ayer para cuestionar el “orden” de hoy

En Argentina logramos conquistar importantes derechos democráticos como la Ley de Identidad de Género (LIG) y la Ley de Matrimonio igualitario, pero todavía estamos lejos de lograr una verdadera igualdad social. Las personas trans aún hoy no consiguen un trabajo formal, mientras sufren la falta de una adecuada atención médica como dicta la LIG. Pero además seguimos sufriendo actos de violencia como la sufrida por el joven Ariel Olivera en el Parque Lezama el pasado 10 de junio, por el solo hecho de ser gay. 

El entonces Cardenal Bergoglio, hoy papa Francisco, se opuso al matrimonio entre personas del mismo sexo. Hoy el Papa está junto a Cristina para impedir que se legalice el aborto. Este escenario es lo que permite que en estos días monseñor Héctor Aguer dijera que “los gays eran abominaciones reconocidas por la Ley”.

Necesitamos organizarnos de manera independiente para exigir la separación de la Iglesia del estado

Tenemos que conquistar un movimiento LGTBI combativo e independiente del Estado y sus partidos patronales para salir a las calles a luchar por nuestros derechos, contra todos los oprobios oscurantistas. Esta batalla la tenemos que dar junto a la juventud precarizada, las mujeres combativas y los inmigrantes. Porque la opresión y la violencia a la que estamos sometidos son producto de este nefasto sistema capitalista que pretende conformarnos con migajas.

¡La juventud tiene que decir basta y luchar por el derecho a la libertad sexual!

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