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Los buitres de los ’90 en la Argentina K

El partido de los negocios

17 de agosto 2006

La denuncia de este La Verdad Obrera al “fondo buitre” que compró a la ex Jabón Federal y hoy despide trabajadores en La Matanza, es un caso testigo: los grupos capitalistas que dominaron en los años ’90 bajo Menem siguen haciendo de las suyas en la Argentina de Kirchner (ver nota). 
 
No es un caso aislado. Un día después que el presidente dijo que “se terminaron las relaciones carnales” con EE.UU., en respuesta a la amenaza norteamericana de eliminar las preferencias arancelarias que tiene la Argentina, se reunió en el Hotel Alvear el Council of the Americas (Consejo de las Américas). La tradicional reunión congrega –empezando por las multinacionales yanquis– a todo el establishment de los negocios. “Enamorar a los inversores” fue la consigna con que el ministro Alberto Fernández sintetizó la participación del gobierno.
“Hoy mis clientes ganan más plata que en los 90”, dijo en el cónclave el presidente del Citibank en Argentina. Ninguno de los presentes se animó a contradecirlo, y eso que la reunión fue una verdadera postal de los años del menemismo: Eurnekian que maneja Aeropuertos Argentinos 2000, directivos de Microsoft, Elsztain que tanta trascendencia tuvo en aquellos tiempos al frente del Grupo Exxel, el Citibank, el Banco Hipotecario, el grupo Dolphin, el magnate Werthein. Por esos días también estuvieron todos en el Hotel Sheraton, invitados por el Foro Empresario Infobae que organizó el empresario de medios Daniel Hadad, ‘noventista’ si los hay, ahora de fuertes acuerdos con el gobierno, quien le prorrogó la concesión de Canal 9 hasta el 2019. Hadad es socio de otro emblema del menemismo, Raúl Moneta, y en el foro organizado por Infobae se hicieron presentes, para que no queden dudas, los mismísimos José Luis Manzano y a Roberto Dromi. 
 
Es que más allá que la cúpula empresaria proteste ante cierto control de precios, por los acercamientos de Kirchner a Chávez o la fuerte retórica presidencial “contra los ’90”, esos mismos empresarios están ganando como nunca. Aun con los topes que impone el gobierno a los precios, la rentabilidad del conjunto de la industria está por encima de la media de los años ’90 (Consultora Alpha). Mucho más aun para los sectores sobre los que el gobierno no tienen ningún control de precios, como los bancos o las siderúrgicas, y encima hay empresarios de los servicios privatizados a los que el Estado compensó la falta de aumento de tarifas con subsidios, como en el caso de las generadoras de electricidad (y de apagones). 
 
Claro que, a diferencia de la época de la convertibilidad, en el esquema actual juega un rol determinante el “superávit fiscal” y la disposición de “la caja” que tiene el gobierno. Los “superpoderes” de Kirchner y Alberto Fernández para reasignar partidas del presupuesto se estrenaron la semana pasada con el aumento de 700 millones de pesos para el Ministerio de Planificación de De Vido. Esto va, en primer lugar, en ayuda a las grandes empresas “amigas” de la construcción, contratistas del Estado. Pero además, el que crea que este aumento de partidas para obra pública no es lo mismo que plata para comprar voluntades políticas, se equivoca. Cuando fue gobernador de Santa Cruz, Kirchner tenía el siguiente mecanismo de cooptación: acaparaba los fondos para obra pública en sus manos y secaba de fondos las intendencias. El gobernador Kirchner terminaba imponiendo su disciplina porque cualquier intendente, hasta para inaugurar el aula de una escuela tenía que pasar por su caja. Kirchner ganó la gobernación de Santa Cruz en el año ’91 sin mayoría en la legislatura, perdiendo la capital de la provincia y las principales intendencias. A los pocos años, tuvo mayoría como para reformar la constitución y hacerse reelegir gobernador por otro período. Este tipo de mecanismo de cooptación atrajo ahora a los intendentes radicales K y, antes, a casi todo el PJ de Duhalde. Y no sólo a ellos.
“¿Por qué volvió a integrar el consejo directivo de la CGT?”, le preguntó el diario La Nación al secretario general de La Fraternidad, Maturano. “Porque, con la conducción de Moyano, la CGT consiguió un montón de cosas... En cuanto a La Fraternidad, el Gobierno le dio una participación accionaria del 5 por ciento en una empresa mixta como el Belgrano Cargas. También designó a Antonio Luna (representante del gremio en la Secretaría de Transportes) como subsecretario de Transporte Ferroviario”. 
En este sentido, el partido de Kirchner bien podría llamarse, como denominó el sociólogo Ricardo Sidicaro al menemismo, un “partido de los negocios”. 
 
En esta situación es sintomática la dura lucha que están dando los jóvenes trabajadores de la ex-Jabón Federal. Justamente en La Matanza, donde a fines de los ’90 irrumpieron los largos cortes de la Ruta 3 por los movimientos de desocupados. Por entonces la juventud pedía trabajo, rodeada de “un cementerio” de fábricas que los capitalistas cerraban con la recesión, multiplicando las filas de los desempleados. Hoy, en medio del crecimiento económico, estos empresarios quieren barrer con toda organización obrera en las fábricas para imponer, a sus anchas, sus condiciones de superexplotación. Los despiden tratándolos de “indisciplinados” por defenderse contra los despidos. Pero ellos no quieren ser desocupados ni esclavos, por eso responden con paros y cortes del Camino de Cintura.
El de TVB-Jabón Federal no es un caso aislado. Son patronales como la que vació el Hospital Francés en el que sólo sus trabajadoras y trabajadores tratan de evitar su hundimiento. Como Coca-Cola que despide y persigue a los activistas que desafiaron años de prohibición a sindicalizarse y comenzaron a reorganizar una dirección obrera de la planta de Pompeya. Como los empresarios de La Fundación Canning en Ezeiza que los jóvenes metalúrgicos mantuvieron bloqueada una semana con piquetes para exigir ser “blanqueados” y terminar con los accidentes laborales. Ninguna de estas respuestas de los trabajadores a los ataques patronales cuentan con apoyo de las direcciones de sus sindicatos. Por ello, desde estas páginas volvemos a convocar a todas las organizaciones sindicales combativas y a la izquierda a coordinar la solidaridad con cada conflicto, a organizar la defensa de esta nueva generación de trabajadores que responde a los ataques de los mismos empresarios que llevaron a la última crisis nacional.

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