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A 70 años de la fundación de la IV° Internacional

El trotskismo en Indochina

El despertar en Oriente de las masas obreras y campesinas –provocado por el imperialismo, con su dominio descarnado de guerras de dominación colonial– llevó, entre otros, al proceso revolucionario en China (1925/27). Este y otros procesos se sucedieron durante las décadas siguientes. Un capítulo especial de la Oposición de Izquierda y del trotskismo fue escrito en su participación en la lucha de clases en Indochina.

Demian Paredes

14 de agosto 2008

Una primera oleada de lucha: la revuelta de Yen Bay

En 1930/31, influida por la revolución en China –que en esos momentos, aplastada la insurrección obrera en las ciudades, se expresaban como revueltas y guerras campesinas- comienza en Indonesia un proceso en el campo, acompañado por la revuelta nacionalista de la guarnición de Yen Bay (alzamiento impulsado por el recientemente fundado PC2, signado por la política ultraizquierdista del “tercer período”). Este proceso es aplastado mediante el bombardeo directo de las masas por parte del imperialismo francés.

Un grupo de intelectuales indochinos instalados en Francia –entre los que se encontraba Ta Thu Thau (ver recuadro)– saca las conclusiones de la derrota y, junto a un sector del PCI comienza el proceso de organización de la Oposición de Izquierda contra el stalinismo (que, aliado a la “burguesía nacional” y montándose sobre las luchas campesinas, dejaba de lado la fuerza clave que era el proletariado de las ciudades). En el periódico francés La Verité se publicaron varios artículos que mostraban las posiciones de Ta Thu Thau, hasta que él mismo, junto a Phan Van Hum y Ho Huu Tuong, funda en Francia el Grupo Indochino de la Liga Comunista. La “Declaración de los Oposicionistas Indochinos” (agosto de 1930) es considerada como el manifiesto de fundación de la Oposición Indochina. En un pasaje del manifiesto queda claro el objetivo oposicionista de la Liga al burocratismo stalinista: “Lo esencial del pensamiento leninista es una política proletaria basada en un análisis correcto de los acontecimientos. Es por la ausencia de tal política que nació la oposición comunista para oponerse, incluso al costo de las peores dificultades, a las desviaciones de todo tipo. Los errores más graves fueron cometidos en las colonias; también allí se desarrolla la oposición con el objetivo de reencauzar la Internacional Comunista” 3.

En 1931 surgirá el Ta Doi Lap (IV Internacional)4. Bajo la dirección de Ta Thu Thau en 1933 se funda La Lutte, grupo que en frente único con el PCI, presentó candidaturas electorales y editó un periódico con el mismo nombre. Otros oposicionistas que no acuerdan con la política del PCI romperán, formando el grupo Octubre, que luego continuará bajo el nombre de LCI. Ngo Van fue uno de sus dirigentes.

Cuenta Al Richardson: “En mayo de 1933 se propuso una lista para las elecciones del Concejo Municipal de Saigón, totalmente independiente de la burguesía, constituida por dos trabajadores intelectuales, dos empleados de comercio y cuatro obreros manuales.”

En la primera vuelta, la lista de trabajadores (Nguyen Van Tao) ganó por una mayoría abrumadora, y esto provocó una campaña de furiosa hostilidad burguesa e intimidación que, sin embargo, no impidió a dos de la lista (…) volver a ingresar en la segunda vuelta también.
El periódico de frente único La Lutte no pudo aparecer en anamita, la lengua oficial, pero esto no impidió que la propaganda tuviera un efecto estupendo. Fueron llevadas adelante campañas contra la tortura en las comisarías, el régimen de trabajos forzados, las brutalidades en los campos de concentración y la represión feroz a los obreros y al campesinado.

Mientras tanto, en el Concejo Municipal, los delegados del frente usaron su posición para destacarse en el debate en defensa de los explotados, sobre cuestiones de indultos, derechos de voto a nivel municipal, desempleo; y denunciaron al sistema capitalista en términos aplastantes. Sin embargo, aunque los trotskistas y los stalinistas aparecían, así, en un frente único en el plano legal, ellos continuaron su actividad ilegal separadamente”5.

La segunda oleada: los comités de 1936/37

Al calor de la crisis del imperialismo francés (el período de tomas de fábrica y el surgimiento del Frente Popular6), en Indochina comenzará un período huelguístico, donde los trotskistas (de La Lutte y la LCI) impulsarán los llamados “comités de acción”. Este fue un poderoso movimiento –prohibido por la burguesía– que se extendió, por cientos, especialmente en el sur del país.

Luego de la traición del sector stalinista de La Lutte –siguiendo las directivas del Kremlin, que comenzaron con el Pacto Stalin-Laval7 y luego el apoyo al Frente Popular francés8- Ta Thu Thau publica su balance en el artículo “Frente popular de la traición”, lo que le significa dos años de cárcel y la ruptura con el stalinismo. “Los stalinistas fueron incapaces de responder políticamente pero lo hicieron con calumnias, acusando a los militantes trotskistas de ser agentes del colonialismo, en un momento en que este mismo colonialismo los estaba arrojando a prisiones y a campos de concentración en grandes números. Sin embargo, nadie se atrevió a calumniar a Ta Thu Thau, que era muy bien conocido y respetado entre los obreros y campesinos como para darle el tratamiento clásico de Moscú.

Los trotskistas, que se fortalecieron rápidamente debido a su postura de clase principista, hicieron recaer en los stalinistas la responsabilidad de dividir el frente único de La Lutte, ya que los stalinistas estaban todo el tiempo siendo forzados a participar en el movimiento de huelgas, demandas de salario, reducción de las horas de trabajo y derecho de reconocimiento de asociación sindical. Por su posición, La Lutte ganó un apoyo masivo, y tres delegados más fueron propuestos y electos en el Concejo Municipal de Saigon: Ta Thu Thau, Nguyen Van Tao y Duong Bach Mai.”

El 14 de junio de 1937 tuvo lugar el último encuentro entre los trotskistas y stalinistas en el frente único. Ta Thu Thau, después de una larga discusión, propuso una resolución sobre el frente popular que ponía a los stalinistas en una situación crítica, y ellos se rehusaron a votar.

Los trotskistas fueron, así, capaces de mostrar cómo los stalinistas habían roto el frente único para apoyar a los explotadores y a los imperialistas. La cantidad de militantes trotskistas aumentó a 5.000 y su influencia en la clase obrera subía vertiginosamente. En 1937 los empleadores franceses habían sido forzados a negociar con las organizaciones obreras de base, dirigidas por los trotskistas”9.
La LCI también sacará las conclusiones de la traición stalinista al proceso. Una de las principales políticas que levantaron fue la unidad obrero-campesina durante todo el proceso.

Ante estos acontecimientos, el régimen desatará una feroz represión contra la vanguardia obrera, los campesinos en lucha y los militantes y dirigentes trotskistas.

La estrategia del trotskismo indochino: el proletariado y la unidad obrero-campesina

Habiendo degenerado completamente el “comunismo” stalinista, el trotskismo jugó un importante rol de organización de la vanguardia proletaria, buscando la unidad con el campesinado.
Un documentado y extenso estudio de Daniel Hémery10 informa que, en la década del ’30, el trotskismo contaba con un fuerte apoyo en la principal región obrera de Saigón-Cholón, y que eran escuchados en amplias regiones campesinas del país. Habían desarrollado cuadros y dirigentes de amplia capacidad de acción. Repartieron decenas de miles –y en algunos casos centenas de miles- de panfletos y volantes, acordes a cada situación política. Sus cuadros tuvieron uno y mil métodos para hacer propaganda de sus ideas y llegar lo más ampliamente posible a las masas: desde sistemas de “propaganda oral” hasta el intercalado de pasajes políticos en los discursos de los personajes de compañías de teatro. Contaron con un “sistema trípode” de organización legal, semilegal e ilegal. “Numerosos documentos muestran que los militantes obreros trotskistas y sus simpatizantes jugaron un papel dirigente de las huelgas en 1936-37 en el sur (…), es probable que sus roles en las grandes huelgas de mayo a julio de 1937 fueran importantes. El movimiento trotskista vietnamita (…) tuvo desde el comienzo una implantación exitosa en la región de Saigón, cuya importancia además puede ser medida por las frecuentes advertencias contra el trotskismo en la prensa comunista (stalinista) clandestina”11.

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