Binner y Bonfatti son extraños “socialistas”. Mientras que el socialismo que defendemos desde la izquierda es un régimen social que busca suprimir la división entre un puñado de dueños de medios de producción y de riqueza, y los millones de miserables obligados a trabajar para ellos por un salario, estos socialistas son parte de la Internacional Socialista que presiden los socialistas griegos que aprobaron el ajuste contra su pueblo, pedido por los organismos de crédito. Para más paradoja, al último congreso de esta organización, Binner estuvo juntito y a la par con Ricardito Alfonsín, ex aliado del poco socialista Francisco De Narváez.

En honor a la verdad, Binner es un permanente generador de hechos políticos que demuestran que su llamado “progresismo” es una versión (poco) edulcorada de la misma política capitalista del kirchnerismo. Por ejemplo Morandini (candidata a vice de Binner y firmante de Plataforma 2012) critica a la minería a cielo abierto en La Rioja, pero silencia sobre las nubes de glifosato que generan sojeros mimados desde el gobierno supuestamente socialista de Bonfatti y el PS. Pero la mayor vergüenza para el falso socialismo es el fusilamiento de tres militantes del FPDS de Rosario en manos de barrabravas, del cual se cumple un mes.
Jere, el Mono y el Patón salían, como miles de pibes, de festejar el año nuevo y quedaron en medio de un “ajuste de cuentas” de un sector de la barra de Newells contra otro. Fueron acribillados con ametralladoras, con armas de guerra. Solo usando el sentido común concluimos que armas así solo se consiguen con protección policial, que terceriza el negocio de la droga y el delito con lúmpenes de esta índole.

Quizá haya compañeros (entre ellos, firmantes de Plataforma 2012) que crean que un gobierno no es responsable de lo que hagan barras o policías “corrompidos”, pero sí lo es. Las barras actúan tan impunemente como el estado y los gobiernos lo permiten y los utiliza. Así el kirchnerismo tiene una responsabilidad central en el asesinato de Mariano Ferreyra en manos de barras y una burocracia sindical con planificación policial, y así Binner y Bonfatti la tienen en esta horrenda masacre. Veamos.

Apenas asesinados los pibes, la policía lanzó: “ajuste de cuentas entre bandos”, manchando la memoria de los compañeros. Esta versión podrida, desnudada por la labor de compañeros de los asesinados, y de organizaciones solidarias, es parte de un modus operandi: de 170 asesinatos que hubo en Rosario el año pasado, 72 de ellos (la mayoría pibes) fueron caratulados como “ajuste de cuentas”, lo que no es más que un eufemismo para no decir “gatillo fácil”.

En 4 años de gobierno el PS y Binner tuvieron la política de conservar esta fuerza represiva, y financiarla: en 2011 el presupuesto para seguridad fue de $1843 millones, a lo que Binner agregó $175 millones por decreto. Entretanto, los crímenes de Silvia Suppo, testigo en la causa contra el Juez Brusa, quedó impune, y el policía preso por el crimen de Pocho Lepratti, fue liberado. Cada pibe fusilado por la policía es directamente proporcional a que estos crímenes políticos continúan sin justicia. ¿Tendr˜à que ver esto con que Binner encabezó con Reutemann y las fuerzas represivas el Comité de Crisis que organizó la represión esos días?

La defensa de estas instituciones represivas que igualan al PS con cualquier gobernador pejotista, no es casual. Es, simplemente, por los intereses de clase que defiende. Binner defiende la libertad de prensa de Clarín, la libertad de posibilidades de los grandes sojeros y las libertades democráticas que no jodan a su apoyo a la policía, la iglesia y las grandes instituciones reaccionarias. Esto, claramente, es una farsa de socialismo.

Paritarias, sí. Pero no entre pares

Mientras Binner y Bonfatti consideran “lógico” que los enormes puertos privados de Santa Fe exporten millonadas por minuto, el gobierno santafesino defiende que las paritarias provinciales cierren alrededor de 12%. ¿No es un poco hipócrita denunciar las cifras del INDEC, como hace Binner y De Gennaro, y proponer aumentos de menos de la mitad de la inflación real? Como discurso “para la tribuna”, Binner solicita elevar la coparticipación, haciendo gala de un federalismo burgués. ¿Porqu˜é no se estatizan los puertos, se establecen ingresos brutos para las grandes empresas y se estatizan las tierras de los grandes propietarios? Porque estas medidas, justas y elementales, escapan a la estrechez de miras del falso socialismo burgués.