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Mujer

En Mendoza, gobiernan las sotanas de la mano de Cobos

24 de agosto 2006

Una vez más el aborto es el eje del debate público que saca de quicio a sectores ultrarreaccionarios clericales y políticos. Así lo demuestra el caso de la joven mendocina discapacitada, que quedó embarazada por una violación, y por la cual se reclamó la aplicación del código civil que permite el aborto en estos casos.
La Iglesia declaró que “aunque en este caso esté despenalizado por la ley, el aborto es siempre un mal”, y movilizó a los sectores más fundamentalistas. Para esto, contó con el apoyo del gobernador Cobos, que declaró que estaba en contra de despenalizar el aborto y recibió a los reaccionarios manifestantes en su propia casa.
Inmediatamente, una ong católica presentó un amparo para impedir que se llevara a cabo el aborto que había aprobado la justicia en primera instancia, dilatando los tiempos y obligando a intervenir a la Corte Suprema mendocina. Al cierre de esta edición, aún no se sabe si los médicos –con tantas presiones provenientes de la Iglesia y el poder político- van a acatar la resolución de la Corte Suprema.
Más allá de este caso, en Mendoza la cantidad de mujeres que llegan a los hospitales públicos con abortos incompletos aumentó un 72% en los últimos años. Mientras en los países que brindan servicios de salud seguros para las mujeres, la probabilidad de muerte como consecuencia de un aborto es de 1 cada 100.000, en nuestra provincia es 100 veces mayor. Estas alarmantes estadísticas muestran cómo el gobierno de Cobos se pone a tono con la Argentina de Kirchner, también en lo que se refiere a la salud de las mujeres ¡la principal causa de muerte materna son los abortos mal hechos en obligadas condiciones de clandestinidad!
Esto es una muestra más de que necesitamos poner en pie un gran movimiento de mujeres, encabezado por las trabajadoras y las mujeres de los sectores populares –que son las principales víctimas de los abortos clandestinos- que luche por imponer el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, de manera independiente del gobierno, la justicia y los partidos patronales. Porque no queremos más mujeres condenadas a embarazos forzosos y tampoco queremos una muerta más por abortos clandestinos.

Prensa

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