Pedro Maidana tenía 19 años y fue secuestrado en el “operativo Cutral Co”. Su caso es uno de los cuales irá a juicio en el denominado “segundo tramo” de la causa. En sus palabras, la moral de quienes resistían aún en la cárcel y a pesar de la tortura. Nos relata Pedro: “Primero estuve en la cárcel de Neuquén, en la Escuelita de Bahía, en la de Neuquén. Al tiempo fui trasladado a la cárcel de Rawson. En ese pabellón empiezo a funcionar orgánicamente con el PRT, organizados en células. Nos fueron sacando los diarios, las revistas, todo, pero seguíamos buscando recursos para mantener nuestra moral y seguir resistiendo esa política carcelaria, de destruir nuestras ideas. Ellos nos decían que éramos terroristas subversivos, que no merecíamos nada, que teníamos que estar muertos, y hasta los curas querían justifi car que nuestro padecimiento lo teníamos merecido. Entonces no nos dejaban compartir nada, no nos dejaban hablar de política, era todo una organización clandestina dentro de la cárcel. Funcionábamos así también con el resto de los compañeros de los partidos. Había una multipartidaria, que decidíamos qué actitud tomar como pabellón y sostener la convivencia, la moral de los compañeros. Para eso teníamos una biblioteca pero en papelitos de cigarrillos, y se editaba “la gaviota blindada”, ”el combatiente”. Teníamos un sistema informativo, compilando la información de la visita, que nos daba información diaria. La visita leía el diario, nos pasaba dos o tres informaciones, y un grupito de dos o tres pasaba la información a otro pabellón. Ya en 78 no teníamos papelito ni lapiceras, nada, nos fueron cortando todo.”

¿Que le dirías a los jóvenes que militan hoy, como militabas vos en los 70?

Creo que lo más importante es el ejemplo histórico con el que nuestra generación se desenvolvió, en un ámbito muy adverso, pero que a pesar de todo llevamos adelante nuestros ideales.
Militar implica sacrificios, quizás no tanto como los de antes, pero en cada etapa hay que esforzarse, y eso es un sacrificio, la revolución a veces parece algo utópico, hoy se plantea como lejano, pero no hay que considerarlo así. Es un granito de arena que cada militante pone cada día, lo que va llevando adelante el rumbo de nuestra historia, como sociedad, como país, como región, como partido.

¿Sigue valiendo la pena militar hoy por la revolución?

Si, yo creo que han cambiado algunas pautas, algunas variables. La sociedad tal vez no es la misma, pero el régimen sigue oprimiéndonos y condicionándonos, y sigue siendo injusto, sigue siendo el poder económico de unos pocos, y creen que hay una élite que puede manejar los destinos del mundo y que la gran mayoría es sacrificable. Uno tiene que tener el sentido de ubicación para mantener una conducta, para pelear por esa permanente construcción del hombre nuevo, que nos alentaba El Che. Tenemos que saber que muchos sacrificios enormes que se hicieron como en el caso del Che, como en el caso de nuestros dirigentes de las alas de izquierda, no solo del PRT sino de todas las fuerzas políticas de izquierda, lo fue en pos de lograr una sociedad mejor… no se puede desmerecer el sacrifico que ha llevado esta etapa, y tampoco el esfuerzo y sacrificio que significa hoy mantener la memoria de nuestros compañeros, las consignas que hemos levantado, que han levantado las Madres de Plaza de Mayo, y de tantos militantes. Lo que uno tiene que hacer de importante tiene toda una vida para desarrollarlo, y a veces hace falta pensarlo y a veces hace falta actuar y fijarse objetivos claros, llevar adelante la acción. Es muy elogiable hoy en día compañeros y compañeras, estudiantes sobre todo, que los veo en movilizaciones, acompañando la lucha reivindicativa de los sindicatos, acompañándonos en el juicio, porque es una conexión histórica que continúa, y también aquellos compañeros que hacen experiencia en los diferentes partidos. Esos jóvenes van siendo concientes de que son parte de una transformación que viene desarrollándose hace muchísimos años, somos parte de una rebeldía y mantener esa resistencia es una garantía para las generaciones futuras, y sobre todo considerar que individualmente se puedan hacer algunas cosas, pero necesariamente tenemos que estar organizados, ser muchos en la calle, organizarnos para lograr ese cambio.

A 33 años del golpe genocida, ¿qué mensaje querés transmitir?

Hace varios años que venimos dando testimonio de lo que nos pasó, cada 24 de Marzo para hacerle conocer a los jóvenes que lo condenamos enérgicamente y que no queremos que se repetía nunca más, pero el mensaje es que tenemos que tener memoria como pueblo, de nuestros aciertos y errores. Cada 24 de Marzo recordamos a nuestros compañeros y la militancia, lucha y resistencia del pueblo trabajador, pero también condenamos la represión que llevaron adelante contra nosotros los dictadores y todos lo que obedecieron ciegamente.