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INTERNACIONAL

CHÁVEZ EN ETAPA CRÍTICA DE SALUD

¿Hacia un pos-chavismo?

No dejó de sorprender el anuncio de Chávez durante la noche del 8/12 sobre su nueva operación en Cuba producto de su cáncer en etapa crítica.

Milton D’León

13 de diciembre 2012

¿Hacia un pos-chavismo?

No dejó de sorprender el anuncio de Chávez durante la noche del 8/12 sobre su nueva operación en Cuba producto de su cáncer en etapa crítica. Esta vez presentaba el peor de los escenarios: desde un desenlace fatal hasta la inhabilitación para seguir gobernando. Frente a esto, Chávez designó al actual Vicepresidente Nicolás Maduro como su sucesor para una eventual elección presidencial que se convocaría en caso de que no pueda asumir su nuevo mandato el 10/1: “Elijan a Maduro como presidente de la República, se los pido desde mi corazón”, enfatizaba Chávez, aunque durante la campaña electoral, fue el propio Chávez quien aseguró que estaba totalmente recuperado de su enfermedad (…) Al escribir este artículo se anunció que Chávez salió de la primera fase operatoria, y se reincorpora su salud como principal preocupación del debate público nacional y la discusión de la entrada de una posible etapa post-chavista.

La incertidumbre política

Aunque la enfermedad de Chávez siempre se vino manejando como un secreto de Estado, ahora es más que evidente que, a quienes no ha sorprendido fue al propio entramado interno de las fuerzas del chavismo como lo revela Diosdado Cabello en su discurso desde la Asamblea, así como seguramente tampoco a las filas de la oposición patronal que por derecha enfrenta a Chávez. El propio Capriles Radonski, al momento de inscribir su candidatura para la Presidencia de la República así como aceptar el triunfo de Chávez, llegó a afirmar que “los tiempos de Dios son perfectos” para su carrera presidencial Capriles realizó una campaña corriéndose un poco hacia el centro, buscando seguramente ser visto como alguien potable frente a una eventual desaparición de Chávez, lo que le costó el distanciamiento de aliados de campaña más derechizados (…).

Pero la situación se da en un marco de gran incertidumbre y conmoción por la posibilidad de que se pueda abrir un curso potencialmente caótico. (…) Se abre la gran zozobra de si es posible darle un camino pacífico a una transición de una forma de gobierno bonapartista de Chávez a otras formas de dominio político consensuado entre los distintos factores políticos.

Esta preocupación no solo hace a lo interno de Venezuela, sino incluso dentro del propio gobierno de Obama, que si bien nunca vio con buenos ojos a Chávez más allá del distanciamiento que tenía con respecto a los republicanos, teme un panorama caótico en el territorio de su principal abastecedor de petróleo, de igual manera lo ven los gobiernos regionales para quienes Chávez venía jugando un papel de estabilizador de la región sudamericana, por su papel en Colombia y Centroamérica.

Nicolás Maduro, ¿en el papel de consenso o solo bisagra en la transición?

Es claro que la designación de Nicolás Maduro como vicepresidente estaba pensada para una etapa post-chavista ya en medio de las propias elecciones así como de los otros movimientos políticos en las altas esferas del PSUV y de gobierno. Que Chávez sacara a Maduro de su designación como candidato a gobernador de Carabobo, (…) así como otros enroques realizados, no dejan lugar a dudas del sentido de los movimientos que realizaba Chávez. Pero es importante enfatizar que, con el anuncio del sábado pasado, Chávez daba inicio a una transición que venía siendo discutida, pero cuya decisión venía siendo muy demorada al menos públicamente, nombrando a un sucesor y tratando de mantener unificado al PSUV y a las Fuerzas Armadas.

Pero su nominación no se debe solo al hecho de que sea un hombre fiel a Chávez o que le pueda dar continuidad al proyecto chavista, no se trata de una decisión ideológica o solo de lealtad. Se debe también a que, durante una etapa de transición, es el que puede actuar como bisagra o consenso entre las distintas facciones de fuerza dentro del chavismo. Sobre todo por las representadas por Diosdado Cabello, de gran poder dentro del PSUV y de importante ascendencia dentro de las Fuerzas Armadas y de poder económico, así como del ala personificada por el hasta hace poco vicepresidente de la República, Elías Jaua, no muy bien visto entre sectores de las Fuerzas Armadas y con roces con el propio Diosdado, como la de Adán Chávez, hermano del presidente, candidato a gobernador por el Estado Barinas de peso regional y en el PSUV, de influencia también en cierto sector de militares y el más cercano a Cuba, esto sin nombrar a todo un abanico de facciones de relativa importancia o de menor envergadura, alineadas o no con las fuerzas más importantes (…).

La entrada a una posible etapa post-chavista

Frente a todo esto, es Nicolás Maduro, con su cuota de poder en el gobierno, en el PSUV y en sectores del sindicalismo más oficialista, conocido por representar el ala “moderada” y con buenas relaciones con Cuba como hemos afirmado, bien visto en la región sudamericana y sobre todo por la vecina Colombia, y muy conocido por su papel de canciller durante seis años, a quien Chávez confía una transición. Para Chávez, Maduro es la persona que podría lidiar en toda una primera etapa para contener las fuerzas centrífugas del chavismo, y evitar un cismo prematuro (…) Pero es claro que Nicolás Maduro no puede garantizar la estabilidad que proveía la figura de Chávez mucho menos darle continuidad a un régimen bonapartista.

Si Chávez no puede asumir el 10/1, pasa a ser presidente transitorio inmediatamente, el presidente de la AN, Diosdado Cabello, quien tendría que convocar a elecciones en 30 días. El 16/1 hay elecciones a gobernadores en todo el país1 (…). Su importancia reside en que definirá cómo queda la correlación de fuerzas más general, así como también hacia la carrera presidencial en el eventual caso de unas elecciones anticipadas.

Desde el gobierno y el PSUV se juegan a que Chávez al menos pueda asumir el nuevo mandato. Los escenarios que se pueden abrir al darse una salida traumática de Chávez son diversos y contradictorios, así como sus ritmos dependerán de lo que acontezca en los próximos días o semanas, en donde se verá las articulaciones de las diversas alianzas en el PSUV. Es claro que la etapa de una transición hacia un régimen democrático burgués más “normal” está abierta, lo que con Chávez vivo sería garantizado sin demasiados traumas, pero en su ausencia pueden abrirse crisis por ahora difíciles de definir. Frente a un escenario de llamar a elecciones anticipadas producto de un desenlace fatal de la vida de Chávez, y de ganar Nicolás Maduro, es muy probable que busque asentarse en un acuerdo pragmático con Diosdado Cabello por la importante fuerza que representa dentro de las Fuerzas Armadas, negociando con las otras facciones. De perder las elecciones, será un barajar y dar de nuevo tanto en el PSUV, en las Fuerzas Armadas, y en todo el entramado político. Si Chávez no estuviese ni en condiciones físicas ni mentales por efectos del tratamiento para asumir en enero, y Nicolás Maduro ganara las elecciones, podría actuar al estilo de Fidel Castro, actuando tras bambalinas y manteniendo el control, y por tanto logrando mantener unificado al chavismo. Como vemos los escenarios abiertos pueden ser múltiples (…). 

Nada bueno pueden esperar los trabajadores de lo que se negocia a sus espaldas

Sin entrar en una fuerte crisis económica que pueda aflorar procesos de lucha de clases más directos, estas variantes podrían asentarse aunque no sin contradicciones como ya hemos explicado, pero los trabajadores y trabajadoras, y el conjunto de los sectores explotados del país nada bueno pueden esperar de todo lo que se está dando a sus espaldas en todas las negociaciones en curso. Lejos aún se está en vaticinar que el movimiento obrero y los sectores explotados y oprimidos frente a las diversas situaciones que se presenten se queden de brazos cruzados. Es por eso que la clase trabajadora en la etapa política que se abre debe avanzar en forjar alternativas políticamente independientes frente a las variantes que se puedan configurar luchando por la independencia política. Las organizaciones que se reivindican de los trabajadores y por la revolución debemos aunar esfuerzos en la lucha por la independencia política de los trabajadores, planteando que solo un gobierno de los trabajadores y los explotados puede abrir el camino de la lucha por del socialismo.

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