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Juventud

Córdoba: lucha universitaria

Hay que barrer con los avances de la Ley de Educación Superior

11 de agosto 2005

La lucha de los docentes universitarios por aumento salarial tiene en Córdoba un punto de referencia. La movilización del 3 de agosto, con cerca de 3000 docentes, no docentes, estudiantes universitarios y secundarios; los cientos de activistas que participamos en las asambleas, clases públicas, y sobre todo, el contundente paro docente que suspendió masivamente la toma de exámenes1 , son muestras de la gran disposición a luchar.
Muchos se preguntan por qué y cómo continuar esta lucha más allá del reclamo salarial. Distintas agrupaciones de izquierda señalan que hay que pelear por el aumento del presupuesto. Pero esta universidad es producto de 10 años de aplicación de la LES y cualquier transformación seria tiene que iniciarse por anular esta ley. Desde En Clave ROJA, Tesis XI y el Ce.Pro.D.H creemos que, además de luchar por más presupuesto hay que avanzar en un cuestionamiento a la actual universidad. No se trata sólo de anular el instrumento legal sino de utilizar la movilización para barrer sus avances, liquidando los mecanismos limitativos como el cupo en Medicina y con la privatización encubierta que significan los postgrados pagos (que convirtieron al título de grado en un título “de segunda”); poniendo en jaque los planes de estudio, ajenos a toda relación con los intereses del pueblo trabajador. A la pregunta de porqué peleamos, respondemos: por demoler los conquistas de la LES en cada escuela o facultad. Pero también hay que terminar con el dominio de las camarillas profesorales, aplicadoras de la LES e imponer la elección directa de la todas las autoridades, por el método de una persona, un voto.
A la pregunta de cómo continuar empieza a surgir una respuesta. La asamblea de Filosofía y Humanidades convocó a una Asamblea Interfacultades para el 11/8.
Tal como sucedió en 1999 y en el 2001, surgen asambleas comunes para unificar las acciones de lucha y discutir los objetivos. Los centros de estudiantes tradicionales, donde sólo se “decide” una vez por año, son incapaces de organizar a los sectores que despiertan a la lucha. Es imperioso fortalecer esta institución, buscando extenderla a todas las escuelas y facultades, impulsando asambleas y votando mandatos. Hay que dirigirse a los miles de estudiantes que aún están pasivos y ganarlos para la lucha. Y esto sólo se puede lograr desarrollando organizaciones de democracia directa donde docentes, no docentes y estudiantes sean quiénes debatan y decidan de conjunto cómo continuar esta lucha.

Prensa

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Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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