Guardias mínimas y salud pública

La embestida del Estado contra los trabajadores del Hospital Garrahan va cargada con el cinismo y las falsedades clásicas de todo régimen capitalista. “Las guardias mínimas -dicen los trabajadores- están garantizadas. Al ser un paro activo, estamos todos de ‘guardia pasiva’. Tenemos un teléfono por el cual nos llaman ante cualquier emergencia y la atendemos.” El gobierno, así y todo, los acusó de “abandono de personas” y un fiscal abrió una causa, que un juez terminó rechazando. “Nos quieren hacer quedar como salvajes y somos los trabajadores los que estamos sosteniendo la salud pública.” El Estado hace tiempo que la ha abandonando a su suerte. En el caso del Garrrahan el presupuesto antes de la devaluación era de 100 millones de dólares. Ahora no supera los 130 millones de pesos. “Los insumos -continúan los trabajadores- son importados, a precio dólar. Muchas veces el material está defectuoso, y lo que se destina a salarios, tecnología, mantenimiento y obras es cada vez más insignificante (...) El Hospital se está viniendo abajo (...)¿Y afuera? “Muchos de los pacientes que atendemos son desocupados o están con un plan trabajar; sin obra social ni nada. Otro rasgo que se extiende son los embarazos adolescentes, no deseados o no controlados (...) El sistema de salud está muy mal; no hay atención primaria ni salud preventiva; todo es salud curativa, que es un gran negocio.”

Ratas y robos

En la mayoría de la salud pública se ha llevado un proceso de privatización a baja escala, pero muy extenso. En el Garrahan, privatizaron la limpieza (con todo su nivel de complejidad que esta tarea contiene para los hospitales) y la vigilancia. Para el Dr. Goldberg, director del Hospital, “estos paros tienen efectos ocultos”. Los trabajadores, contestan: “Acá hay ratas y cucarachas; en los techos aspergilus (hongos y bacterias). En el verano el calor es terrible, y la dirección trajo ventiladores, que levantan la tierra; y los llegaron a poner en terapia intensiva.” Sobrevuela también por los pasillos el robo de un monitor y teclado del resonador magnético que los trabajadores venían exigiendo hace años. “El robo es claramente intencional -dicen-. Las piezas que se robaron están codificadas, y no sirven para otro resonador. De esta forma ahora envían a la gente a hacerse las resonancias a clínicas privadas.”
Antes de ser director, el Dr. Goldberg, era jefe de ecografía; un camillero lo recuerda bien: “él trabajaba de 8 a 16 hs., y atendía a los chicos sólo hasta las 14.10. Si le llevabas un pibe después de esa hora lo rechazaba. ¿Y éste es el que nos dice a nosotros que no tenemos ética?” El directorio que preside se compone de otros 4 directores y unos 22 asesores; cargos ejecutivos que en promedio ganan entre 8000 y 9000 pesos.

Algo más que salario

En el fondo “ni al directorio ni al gobierno les interesa la salud de los chicos -aseguran-. Nuestro reclamo no es sólo por salario, es por más personal. Nosotros trabajamos más de 17 horas por día y atendemos niños con patologías de alta complejidad. Muchas veces tenemos en la mano la vida de un paciente. La presión es muy grande. Si nos equivocamos matamos a una persona. Hay una cantidad enorme de compañeras con cuadros psiquiátricos por stress.” Esta clase de relación laboral, de extensión de horas y ritmos, es común entre los trabajadores de la salud. “Antes atendíamos tres pacientes por día; hoy son 6 ó 7”. Al Garrahan se derivan los casos de patología infantil más complejos. Los trabajadores en paro son enfermeros, camilleros, técnicos, instrumentadoras, administrativos, esterilizadores, y tienen el apoyo de un amplio sector de médicos. “Los pacientes internados en una unidad común de acá, en cualquier otro hospital estarían en terapia intensiva”... ¿Qué es, pues, lo que realmente afecta hoy a la salud de chicos y grandes?: la lucha de los trabajadores por mejores condiciones de vida y defensa de la salud pública, ¿o bien la política del gobierno que ataca la lucha por salario, mientras gira millones al pago de la deuda externa y deja morir a miles de chicos por desnutrición?