En el INDEC desde hace ya dos meses venimos organizándonos detrás de un pliego único de reclamos que permitió unificarnos a contratados y permanentes: pase a planta permanente de todos los contratados, $500 fijos remunerativos para todos garantizando que nadie gane por debajo de $1.680, y contra la descentralización del instituto.
Como el conflicto está dirigido directamente hacia las autoridades del organismo, la Junta Interna de ATE-INDEC, por su estrecha relación con estos funcionarios y conforme con lo pactado en paritarias, se juega a liquidar el conflicto asegurándole a los directivos que sus arcas no serán tocadas, intercambiándose favores por lo cual los funcionarios le aseguran su espacio de negociación burocrático recientemente relegalizado en elecciones truchas llamadas en medio del conflicto, presentándose como lista única e impidiendo que otras listas se presenten.
Lo novedoso del conflicto fue que comenzamos a reunirnos en asambleas por piso de donde salen las posiciones y medidas de acción a tomar para ser votadas en asambleas generales que, como consecuencia de este proceso democrático desde abajo, volvieron a ser numerosas. Compañeros que hacía años estaban en silencio volvieron a levantar su voz, compañeros ultraprecarizados, que son casi la mitad del INDEC, pasaron a ser los primeros protagonistas superando el miedo al despido al sentirse parte de la misma lucha que los permanentes. Hicimos paros masivos como hace años no hacíamos, primero de 24 luego de 48 hs., cortamos la calle, intentarmos coordinarnos con otros sectores, pusimos el conflicto en los medios e hicimos sentir nuestras medidas en la calidad de los índices.
Este aire de confianza en nuestra propias fuerzas y la necesidad de enfrentar a nuestras propias direcciones sindicales que intentaron frenar cada acción decidida en asamblea, se expresó en la conformación de un cuerpo de delegados que nos permitió garantizar que las particularidades de cada sector pasen a ser parte de la problemática en general y, a la vez, dotarnos de una herramienta democrática y representativa que lleve adelante lo votado en la asamblea.
Por eso, para reventar el conflicto, en connivencia con las autoridades del instituto, la Junta Interna decidió bajarse del conflicto no autorizando las asambleas y extorsionándonos con el “paraguas gremial” pues las autoridades amenazan con sanciones a todo el que se reúna sin el aval del gremio. Tanto las autoridades como la Junta desconocen el cuerpo de delegados en las instancias de diálogo.
Seguimos realizando asambleas de piso, hicimos una reunión en el horario de almuerzo en la puerta del INDEC que transformamos en una asamblea general y decidimos ir a la regional Capital de ATE para exigirles el aval para volver a tener nuestra asamblea pues el conflicto no terminó. 60 compañeros estuvimos allí y llevamos un petitorio con más de 400 firmas. ¡Todavía no tenemos respuesta! Esto demuestra, una vez más, que la política de la directiva de ATE Capital no es muy distinta a la de la Junta Interna, mantenernos aislados y negarse a que sigan las medidas de lucha. Parecido a lo que están haciendo ahora con los trabajadores del Garrahan, cuando los estatales somos los más atrasados respecto al salario y la estabilidad laboral.
Defendemos la conquista que significa el cuerpo de delegados y nos jugamos a fortalecerlo haciendo conocido nuestro conflicto y coordinándonos con otros organismos. Hay que imponerle a ATE Capital que avale la realización de una asamblea en el INDEC, y exigirle un plan de lucha nacional por el salario y el pase a planta.