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Ingenio Concepción: por comités de higiene y salubridad

El 24 de julio los trabajadores del Ingenio Concepción fueron víctimas de un nuevo crimen patronal.

PTS

2 de agosto 2012

El 24 de julio los trabajadores del Ingenio Concepción fueron víctimas de un nuevo crimen patronal. Mientras se realizaban trabajos de mantenimiento, la explosión de una cañería filtró líquido industrial a más de 135° provocando severas quemaduras a 7 trabajadores, 3 del ingenio y 4 de una contratista. Al día siguiente murió Julio Cesar Abraham, quien tenía el 90% del cuerpo quemado. Oscar Roldán fue trasladado a Buenos Aires con quemaduras en el 55% del cuerpo. Julio Abraham tenía 34 años, tres hijos y trabajaba en el ingenio hacía diez años. En el momento de la explosión la ambulancia de la empresa, una camioneta abandonada, no tenía ni batería, ni conductor. Se tuvo que improvisar con la batería de un camión cercano y poniendo a uno de los trabajadores a conducir el vehículo hasta el hospital. Y pese a la explosión, los heridos, la improvisación con la ambulancia, mientras dos trabajadores agonizaban...la empresa ordenó no detener la producción. La respuesta del grupo Atanor ante los medios fue más inmediata: “se descartan fallas en la infraestructura o instalaciones del Ingenio”. Es decir, les echaba la culpa a los propios trabajadores.

¿Qué hizo el sindicato? Sería injusto decir que no hizo nada...Mientras la empresa decía estar investigando las causas de la explosión, Roberto Palina, Secretario General de FOTIA, que no pisa un ingenio hace años, fue más propatronal que la patronal misma: “fue un error humano que a veces se produce porque no hay cartelería ni información”. Al día siguiente, ante la bronca generalizada, anunció un paro de una hora por turno (que no existió) en lo que llamó “una hora de reflexión entre el trabajador y la patronal por lo que ocurrió y lo que viene ocurriendo año tras año en cuanto a pérdidas humanas en todos los ingenios”. Llamaba a una reflexión conjunta a los trabajadores y sus verdugos.

La producción no se detuvo ni un minuto. Los trabajadores del Ingenio tuvieron que cumplir horario en sus puestos, trabajando bajo las mismas condiciones que “año tras año provocan pérdidas humanas en todos los ingenios”. No se puede esperar nada de los burócratas del sindicato. Es necesario poner en pie comités de higiene y salubridad con delegados elegidos por sector para luchar por las más elementales condiciones de seguridad en el trabajo. Estos pueden ser los primeros pasos para empezar a organizarse, recuperar los sindicatos y echar a los burócratas para pararle la mano a la patronal.

Prensa

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Elizabeth Lallana 113674-7357

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