La semana pasada, luego de 6 días de paro, la empresa hizo un compromiso de no descontar $400 entregados “como anticipo” en las paritarias y a aumentar los premios. La oferta iba a hacerse el viernes 24. A las 17 hs del jueves cuando ya faltan pocas horas para que la empresa tuviera que entregar su propuesta, el Ministerio de Trabajo aceptó una audiencia con la burocracia de Daer y la patronal donde entre los dos se pusieron de acuerdo para pedir una conciliación obligatoria, mientras la empresa anunciaba que no iba a cumplir con su promesa alegando que en la fábrica aún existían medidas de fuerza. Lo que realmente existe es la voluntad de los trabajadores para que no suban los ritmos de producción, cosa que la empresa siempre quiere hacer luego de cada paro para recuperar lo perdido.

En este caso fueron 6 días de paro total. De ahí el interés de la empresa para llevar los ritmos al máximo. Los trabajadores se plantaron y dijeron no. La empresa los acusó de estar haciendo medidas por el simple hecho de no querer trabajar a ritmos infernales. Para Kraft, esto es motivo suficiente para considerar que existen medidas ilegales y decir que su “compromiso” ya no existe. En la audiencia secreta, oculta a los trabajadores y a la Interna, Kraft dijo que iban a incumplir su compromiso y luego de un “pedido” de la burocracia dijo que iba a mantener el pago de los $400 “para mantener el clima de diálogo”, pero que el anuncio de los premios quedaba suspendido por las “medidas”. El Ministerio luego dicta la conciliación obligatoria sabiendo que al día siguiente la bronca iba a saltar otra vez, jugando también para Kraft. El gobierno “nacional y popular” otra vez al servicio de un monopolio norteamericano. 

Indignadas

La bronca estuvo presente otra vez y los destinatarios no fueron solo la empresa y sus gerentes sino también la burocracia de Daer que fue al Ministerio secretamente para permitirle a Kraft que incumpla sus compromisos y obtenga una conciliación. Un grupo de obreras de la mañana indignadas con la burocracia de Daer dijo que había que hacer algo contra ellos. Una propuso juntar firmas en repudio y se planteó que había que pedir su renuncia. Se hizo un petitorio que exige la renuncia de Daer y de todo el Consejo Directivo y los congresales que juegan de forma abierta para la empresa. En la mañana del lunes se empezó a juntar. En pocas horas más de 400 obreros del turno mañana habían firmado, luego se llegó a los 1000 obreros de Kraft que piden la renuncia de Daer, por ser un agente de la empresa. En otras fábricas del gremio se comenzaron a juntar también. Daer “ganó” las elecciones hace años ya (en la última hubo lista única) con 1200 votos. Los obreros de Kraft y los delegados opositores juntarán más firmas que pidan su renuncia que los votos de Daer.

El Ministerio llamó a una audiencia pero todavía no hay definiciones. La empresa con actas truchas de escribano quiere hacerles creer a los obreros que están tomando medidas ilegales porque no trabajan normalmente, según ellos. Para ellos “lo normal” es trabajar por encima del convenio, para los obreros no.

La pelea sigue contra una empresa dura que tiene al Ministerio y al Sindicato de su lado. Los trabajadores de Kraft avanzan en esta pelea y se plantean una gran lucha: echar a la burocracia de Daer del Sindicato de la Alimentación.