En la tarde del 20 de diciembre, sobre la hora de inicio de la marcha y acto del aniversario de las jornadas de diciembre de 2001, a instancias del MST ante la comisión unitaria organizadora del evento de Plaza de Mayo, se retiró la firma de Mario Cafiero del documento convocante. Su firma había sido incluida por sus promotores del MST, que lo han acercado a varias de las últimas concentraciones de la izquierda y los luchadores desde que lo postularon como senador para las pasadas elecciones.
Evidentemente, el claro contenido opositor al gobierno nacional y la denuncia de clase del documento convocante, estaba “muy a la izquierda” para este ex - diputado del ARI que fuera funcionario menemista en los 90 (Recordemos: presidente del Ente de Zonas Francas que tuvo por misión privatizar el Astillero Río Santiago y secretario de la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires en los dos primeros años de Menem).
Tres días antes de su diferenciación del acto por el 20 de diciembre, Mario Cafiero y su agrupación Soberanía Popular había jugado un destacado papel en la “Autoconvocatoria por el reagrupamiento y la confluencia política de los luchadores, las fuerzas populares y la izquierda”, que se reunió el sábado 17 en la Facultad de Filosofía. Como hemos dicho, allí las dos corrientes del MST junto a ex – legisladores de Zamora y grupos menores, promueven “la coordinación” y hasta “un partido con libertad de tendencias” con Mario Cafiero. Este declaró allí su disenso con el tono “anticapitalista” de esa “Autoconvocatoria”, y que prefería ser más “propositivo” y pronunciarse “por el socialismo”. Es paradójico, porque los “autoconvocados” se habían cuidado, como de peinarse en la cama, de incluir en la declaración toda definición precisa de clase del gobierno por el cual lucharía este agrupamiento: sería anticapitalista sin ser ni obrero ni socialista. Esto fue hecho en honor al propio Cafiero, y para atraer figuras de su tipo, y no confrontar con el “estado nacional y popular”, es decir burgués, que él proclama. Pero claro, Cafiero ahora les dice (¡esta gente nunca está conforme con las concesiones!) que, a la inversa, hay que hablar de socialismo sin ser anticapitalista. Es decir un “socialismo” a lo Felipe González y Miterrand, compatible con su participación en el gobierno más pro imperialista de la historia nacional como fue el de Menem.
Por ello es un verdadero despropósito que dirigentes del MST, en el plenario de Filosofía, hayan puesto a Cafiero en un plano de igualdad con luchadores obreros y delegados que provienen del peronismo, porque, dicen, “ellos son el camino a las masas”. Cafiero, más vivo, y polemizando con el debate del anterior La Verdad Obrera (“Vale más un figurón que mil programas?”) dijo que “vale más un delegado que mil Cafieros”. Estamos de acuerdo. Pero lamentablemente, en alianzas como las que está promoviendo el MST, un solo Cafiero le impone el programa a trabajadores combativos. El “respeto a las divergencias” que proclaman los MSTs y otros, tratándose de divergencias con figurones burgueses como Cafiero, se transforman en un programa “respetuoso”... de la propiedad privada. Esto pasa en las alianzas de conciliación de clases.