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MOVIMIENTO OBRERO

PROVINCIA DE BUENOS AIRES

La batalla del aguinaldo

La lucha de los estatales y docentes provinciales contra el desdoblamiento del aguinaldo lleva casi 20 días.

Walter Moretti

19 de julio 2012

La batalla del aguinaldo

La lucha de los estatales y docentes provinciales contra el desdoblamiento del aguinaldo lleva casi 20 días. Volvió a iniciarse una gimnasia de lucha que no se veía desde el 2001/2002, las asambleas se masificaron hasta en establecimientos inesperados los paros volvieron a ser contundentes y las movilizaciones, importantes y aguerridas. Los sindicatos debieron reacomodarse, incluso los más amarillos.

Este proceso se metió en el medio de la disputa entre CFK y Scioli que no deja de acrecentarse, pero ambos corren el riesgo de jugar con fuego. A diferencia de las “batallas” anteriores donde la disputa entre el kirchnerismo (cristinismo) y el gobernador se daban sólo por arriba, a partir de La Batalla del Aguinaldo irrumpen los trabajadores que visualizan a ambos como responsables del ataque.

En este marco, Scioli acaba de pagar una suma que para la mayoría de los estatales representa la mitad del medio aguinaldo con el objetivo de descomprimir la situación. Un importante sector no quiere esperar hasta el 15 de agosto para recibir la otra mitad, la desconfianza y la bronca se sigue expresando. Pero más allá del curso inmediato, es importante resaltar que en La Batalla del Aguinaldo los trabajadores y trabajadoras recuperaron una gimnasia de asambleas y acción directa que seguramente se va a revaluar en un año teñido por la crisis financiera y la disputa política en la estratégica Provincia de Buenos Aires. La guerra entre CFK y Scioli promete nuevos encuentros y los trabajadores provinciales volvieron a entrar en escena.

Una “guerra de desgaste” que juega con fuego

Primero fue la designación de Mariotto a la vicegobernación, la pléyade camporista copando la lista de legisladores y posteriormente los principales cargos en el poder legislativo provincial. El mismo día de la asunción se dio la “Batalla por los palcos”, luego vino el inédito pedido de informes impulsado por el bloque oficialista contra su propio gobernador. A la par, se desarrollaba la ofensiva contra el ministro Casal fogoneada por Garré y Verbistky. Luego vino la presión para que Scioli decrete el tímido revalúo de las tierras que, más allá de su limitado alcance financiero, obligó al gobernador a tirarse contra un aliado estratégico propio, las patronales agrarias. Ante esta ofensiva, Scioli respondió y, empujado por la “corpo”, anunció su pretensión de ser el sucesor de CFK; unos días después se mostró jugando al fulbito con el equipo de Moyano. El gobierno nacional respondió con la negativa de los fondos necesarios para cubrir el pago de los aguinaldos. La guerra de desgaste escaló al punto que vemos hoy.

Aunque nada puede darse por terminado, es posible que la Batalla del Aguinaldo llegue a su fin. Pero la guerra de desgaste seguirá y tiene final abierto.

Los K quizás quieran aprovechar el ahogo financiero de la provincia para avanzar ahora en coparle el Ejecutivo a Scioli imponiendo a sus funcionarios en los ministerios de Economía, Seguridad e incluso Desarrollo Social, ¿Seguirá Scioli con su táctica de defensa pasiva (“a lo Ghandi” definen en su entorno) cuyo único objetivo es mantenerse en pie apelando a su imagen positiva y a la espera de nuevos aliados en el PJ Bonaerense que lo ubiquen como el candidato natural del peronismo? Por ahora esto último parece difícil, los Barones del Conurbano siguen beneficiándose del debilitado “Bonapartismo Fiscal” como se vio recientemente con los fondos otorgados por la Rosada para pagar completos los aguinaldos de los municipales.

Pero si la caja de la Nación se sigue reduciendo y a la par sigue su ofensiva para obligar a hocicar al gobernador en sus pretensiones presidenciales, no se puede descartar que el kirchnerismo y el sciolismo enfrenten las legislativas del 2013 con listas separadas. ¿No habló de esto Moyano cuando dijo que en 2013 hay que pensar el voto?
Más allá del ritmo que tome la guerra en la provincia, la actual Batalla del Aguinaldo evidenció que la guerra entre CFK y Scioli no es la nuestra. Ambos van contra nuestros intereses y por eso la principal resolución de la Conferencia Nacional de Trabajadores organizada por el PTS de impulsar un Partido de Trabajadores sin patrones se convierte en la mejor política para expresar una política independiente de las disputas en el peronismo.

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