El discurso que dice que el gobierno “defiende el empleo” está tan devaluado como el “desendeudamiento”. Aunque por ahora los despidos son “a cuenta gotas”, hay un virtual estancamiento en los creación de puestos de trabajo que no llega a absorber a la población que se integra al mercado laboral. El último dato del empleo registrado (cuarto trimestre de 2013) muestra crecimiento cercano a cero. La entrada en recesión de la economía con la caída en la construcción y en la industria hace suponer que el empleo en negro directamente está en caída. Esto en gran medida es consecuencia del enfriamiento de la economía que impuso el gobierno con la devaluación, el aumento de tasas de interés que encarece el crédito al consumo, los tarifazos y los techos salariales.

La soja, el combustible que alimentó el “modelo” con enorme cantidad de dólares, si bien mantiene sus precios elevados, está mostrando caída de sus cotizaciones, que de continuar sería un nuevo golpe sobre la escasez de dólares que enflaquece a la economía.

El gobierno aspiraba a obtener préstamos para introducir dólares frescos que reactiven la producción. Para eso aceptó la extorsión del establishment financiero y del imperialismo. Arregló con el Ciadi, Repsol y el Club de París. El resultado es que observando el cipayismo K, el imperialismo reforzó los condicionamientos. En estos días la “bolsa” (un nido de especuladores) festeja con aumentos en las acciones y en los bonos anticipando la entregada del gobierno a los buitres.

Pero lo que pone al gobierno en fuerte aprieto no es solo la posibilidad de un nuevo default sobre una parte de la deuda, que tendría un impacto relativamente limitado, sino el hecho de que necesita con urgencia dólares. La negociación en Nueva York es el preámbulo de un nuevo ciclo de endeudamiento. Mientras tanto el gobierno explora conseguir dólares de China para las represas de Santa Cruz o de Gazprom, la empresa estatal de Rusia, en un acuerdo para que explote Vaca Muerta. Aunque esa posible entrada de dólares u otra que pueda conseguir, por ejemplo a través de YPF, pueda presentarse como inversión productiva, en realidad aumentarán el drenaje de dólares al exterior en el futuro.

Aún así no está descartado que las complejas negociaciones en Nueva York puedan traer nuevos inconvenientes que alteren la precaria estabilización cambiaria conseguida tras la devaluación de enero. Los “especialistas” vuelven a decir que la inflación se comió el efecto de la suba del dólar por lo cual se necesitan nuevos ajustes cambiarios. Presionan para que un nuevo salto en el dólar pase de nuevo la guadaña sobre el salario.