Destrucción psicofísica de las trabajadoras: El “mobbing”

por Ivana Dal Bianco
Abogada del CeProDH – Neuquén

Las condiciones laborales de miles de trabajadoras en la Argentina son terribles: bajos salarios, altísimos ritmos de producción, superexplotación, precarización y la sensación de que son “objetos” carentes de derechos. La patronal no sólo se apropia de lo que produce la clase obrera, sino que, además, afecta directamente su salud. Miles de trabajadoras y trabajadores sienten las consecuencias de las malas condiciones de trabajo en sus manos, piernas, pulmones, sangre, en su psiquismo.
 Es en este marco que, hace poco tiempo, ha surgido lo que se conoce como mobbing, psicoterror o maltrato laboral. Los especialistas lo definen como un proceso de destrucción de la salud psicofísica del trabajador que tiene como fin el disciplinamiento o, si esto no se logra, el hastío por parte de la acosada o acosado, quien termina abandonando su puesto de trabajo. Recientemente, la jurisprudencia del país y del mundo ha tomado nota de este fenómeno que afecta a millones de trabajadores –especialmente a las mujeres–, relacionado con la violencia laboral silenciosa: humillaciones, traslados compulsivos, aislamiento social, no reconocimiento de los logros, quite de responsabilidades, separación de la afectada o el afectado del resto de sus compañeros, descalificación en público, desvalorización constante de la tarea, encargos de trabajo excesivos, amenazas e intimidación, control a través del miedo, desgastes psicológicos, etc. El resultado es que la víctima se termina autoexcluyendo por no soportar más la presión. Este proceso, que se va desarrollando en el tiempo, genera ansiedad, estados depresivos, stress, trastornos en el sueño, problemas gástricos y, en algunos casos, ha derivado en suicidio.
Pero ¿el mobbing es algo nuevo? Lo novedoso es que miles de trabajadoras y trabajadores se sienten identificados con este proceso, porque en sus lugares de trabajo son tratados de este modo. Pero el maltrato laboral está íntimamente ligado al sistema de explotación capitalista, porque las trabajadoras y trabajadores son un objeto más del mercado capitalista, que si se “rompe” o se “daña”, se puede reemplazar. El mobbing es una herramienta más con la que cuentan las patronales para reforzar su poder sobre la clase trabajadora, es otra faceta del proceso necesario para someterla al “orden” de los patrones.
Sólo si nos unimos a otras trabajadoras y trabajadores podremos pararle la mano al mobbing que es la cara invisible y silenciosa de la precarización y la flexibilización laboral.

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El sexo de las víctimas

70% mujeres
30% varones