El parque industrial de Pilar cuenta con más de 200 empresas que reúnen un aproximado de 20.000 trabajadores, y es uno de los más grandes de Sudamérica. La autopartista Kromberg & Schubert es parte de ese inmenso conglomerado industrial y logístico donde de sus 600 trabajadores, el 80% son mujeres, y en su mayoría madres solteras. Ellas han interrumpido con bronca y garra la tranquilidad del gigante.
Esta multinacional alemana confecciona los mazos eléctricos para la VW y Mercedes Benz. En los últimos meses despidió a más de 100 trabajadores.
 
Estallido obrero

La fábrica estalló el lunes al recibir la noticia de que habían despedido a dos trabajadoras por intentar organizarse, afiliándose a la FeTIA/CTA. Se paraliza toda la planta, se bloquean los portones y marcha hasta la plaza de Pilar. Con su delantal lila, las mujeres echan a la patota del gremio del plástico, que quería levantar el piquete. Quieren la reincorporación de todos sus compañeros y delegados que respondan a la gente. En una asamblea votan 6 delegados provisorios, como comienzo para conformar una organización gremial, ya que el sindicato plástico donde están encuadradas brilla por su ausencia.

El martes, desde la madrugada, realizan un masivo piquete frente a la fábrica para que no salgan ni entren camiones. Inmediatamente llegan en solidaridad delegaciones obreras de distintas fábricas.

Se vota que una comitiva para la audiencia con el Ministerio. Pero no sólo no tienen respuesta, sino que reciben una provocación patronal con 12 despidos más.
La bronca crece en el piquete. Al volver los delegados, cuentan que dictaron la conciliación obligatoria con los despedidos afuera y que les negaron una copia del acta. En asamblea de forma unánime se decide para el miércoles bloquear todos los accesos del parque industrial.
 
Las mujeres y los jóvenes precarizados bloquean el parque indsutrial

El miércoles el bloqueo se efectiviza. Los trabajadores de Kromberg reclaman la efectivización de los contratados, aumento salarial y la elección de una comisión interna. Durante 16 horas se paraliza todo el parque. El Ministerio intenta varias maniobras para que se levante la medida. “No nos vamos nada, que nos saquen a patadas”. Las mujeres se ponen firmes y deciden que los delegados vayan a conseguir la conciliación en el acta por escrito con el parque bloqueado. Finalmente el Ministerio de Trabajo de Pilar debió dictar la conciliación obligatoria con los despedidos adentro. Este primer paso fue festejado al grito de “unidad de los trabajadores”, en una asamblea general. Los delegados de Worldcolor, LEAR, las delegadas de Kraft, los delegados de Unilever, y los trabajadores de Procter plantearon cómo no caer en maniobras en la conciliación obligatoria, y cómo aprovecharla para organizarse mejor, ganar en unidad hacia adentro, y sobre todo conquistar más apoyo afuera, y lograr sacar a la luz en los medios nacionales esta gran lucha obrera para que triunfe.

“La que llora se queda…”

El hartazgo nace de la humillación y la explotación de esos patrones. Es por ello que en el piquete participaron trabajadoras que llevan un mes de trabajo y otras que tienen 11 años en esta fábrica.

“¡La verdad es que no aguantábamos mas!” exclamaba una obrera, madre soltera con 3 hijos. Otra decía “ya está… llegamos el lunes y había piquete por los despidos, nos sumamos, estamos todos jugados en esta”. También nos contaron que había una supervisora que les decía que “eran los hijos del rigor” en forma de naturalizar el maltrato y la humillación.

“Los ritmos de producción son elevadísimos, te toman el tiempo hasta para tomar agua, correr y correr para cumplir el objetivo. Sino lo cumplís, la pasas muy mal. Más de una vez te encontrás con compañeras llorando, porque el maltrato es tremendo; a compañeras embarazadas trabajando en las líneas a las corridas, así fue que una compañera perdió un embarazo; compañeras con pérdidas les daban pastillas y las mandaban a la línea, y las pérdidas no paraban”.

Las obreras cuentan que la líder se para en la punta y empieza a gritar “corro y me adelanto, corro y me adelanto”. Las mismas trabajadoras tienen un dicho popular: “La que llora se queda, la que no, se va”, haciendo referencia a que una está obligada a quedarse porque es jefa de hogar y por eso tenía que bancarse llorar frente a todos los maltratos. Hoy el dicho popular ya es una anécdota porque estas mujeres no están dispuestas a seguir llorando. Ellas están cambiando su propia historia. 

Solidaridad de clase

Además de la inmensa unidad de la fábrica en esta lucha, mujeres y varones, jóvenes y adultos; apoyaron esta lucha las comisiones internas y trabajadores de importantes fábricas del Parque Industrial de Pilar y de la zona norte. Una importante delegación de los gráficos de WorldColor se acercó desde el primer momento, junto a los delegados de LEAR que vienen de un contundente triunfo contra despidos. La Comisión de Mujeres de Donnelley estuvo acompañando a las obreras. También delegados y trabajadores de Procter & Gamble, de la gráfica Impresores, de Kraft, Donnelley y Unilever entre otras.