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Cultura

ACERCA DE UNA NUEVA“SERIE ESTRELLA”

Leverage: “ladrón que roba a ladrón…”

Entre los ciclos de serie que se pueden ver -en la TV por cable, bajando a la computadora por internet o comprando los CD/DVD- los últimos años, como Lost, Dr. House, Los Soprano, se encuentra la nueva serie estrenada en 2008 en Estados Unidos y a inicios de 2009 en América latina y España: Leverageh. Presentados como “Robin Hood modernos”, esta banda de “delincuentes buenos” protagonizan la serie luchadon contra “malos” bien identificados: los empresarios y banqueros corruptos y estafadores.

Demian Paredes

30 de julio 2009

Todo comienza cuando al hijo de Nate Ford -quien trabaja como asesor contra fraudes- se le niega un tratamiento médico llevándolo a la muerte. Con este drama inicial, Ford renuncia a la empresa que rechazó ayudar a su hijo y comienza un combate contra ella.

Contratado por otro empresario, quien dice que le han robado los planos para fabricar un nuevo avión, se asocia con otros delincuentes (un hacker, un luchador musculoso, una ladrona acróbata y una especialista en el teatro de engaños) para concretar la misión. Con éxito, los cinco son luego engañados por quien los contrata y, tras salvar sus vidas, deciden permanecer como grupo y actuar contra todos los empresarios y banqueros inescrupulosos.

Con muchos puntos en común a nuestra local Los simuladores, la serie Leverage tiene una misión que cumplir en cada capítulo: luchar por los débiles contra las injusticias de este sistema sin justicia. La impunidad de los poderosos se acaba cuando Nate (Timothy Hutton2) y su troupe -provistos de toda la tecnología, la inteligencia, los músculos, la belleza y la capacidad de engaños imaginables-. En cada capítulo van familias o personas en dificultades a pedirles ayuda y ellos, tras estudiar el caso, deciden o no aceptarlo.

Por ejemplo en el capítulo 2 luchan contra una empresa tercerizada que, en Irak, lucra con la complicidad de un diputado del Congreso de los EE.UU. (estafando al hacer volver el dinero en ayuda que se envía al país de Medio Oriente). En otro, contra un financista especulador en el negocio de los caballos de carrera (que deja en la calle al cuidador). Otra misión será contra un juez autoritario y corrupto asociado a los traficantes de drogas. Al siguiente capítulo -con un resabio del cine y las series “de Yalta” (las que remiten al contexto de la “Guerra Fría”)- dan por tierra con los negocios de una ex modelo rusa que, a fines de los ’80 termina en Belgrado (Yugoslavia) y, aprovechando los más de 100.000 niños huérfanos que quedaron de la guerra en los Balcanes, estafa a familias norteamericanas que quieren adoptar un niño -estafa a la que se suma el tráfico de armas de sus socios-.

Luego se muestra la contaminación del suelo provocada por un inversionista al que no le interesa ni un ápice el medio ambiente. En Leverage se lucha contra todo “lo que no está bien” (is not right).

A la serie no le falta nada: tiene ritmo y acción, giros inesperados y breves flashbacks acerca del pasado de cada uno de estos “5 Fantásticos” que luchan contra los poderosos a favor de los débiles.

Ficción y realidad

Esta serie se hace eco de una situación de la realidad muy crítica: nos referimos a la crisis económica del capitalismo. Nacida en EE.UU. y expandida a todo el mundo, esta crisis hace mella en gran parte de la población y explica, en alguna medida, que gran parte del electorado se haya volcado por el voto al Partido Demócrata y a Barack Obama. Fue éste quien, en una de las coyunturas de la crisis en curso, dijo “Lo que nos ha metido en este lío han sido los riesgos exorbitantes asumidos por los bancos en títulos dudosos con el dinero de otros”3. Sin embargo, esas críticas contrastan con la realidad de “ayudas estatales” de ¡billones de dólares! a esos bancos y empresas.

Justamente en otro capítulo estos héroes luchan contra un contratista que, junto a su hijo, montan una empresa de refacciones de casas: asociados con los bancos, hipotecan y sobrevalúan los trabajos con el objetivo de irse quedando con las casas de cientos de familias que no pueden pagar sus deudas. Como se ve, los “enemigos” son los mismos que ha señalado (y ayudado con dinero público) Obama.

Al comenzar a emitirse Leverage por la cadena TNT, el primer capítulo registró 5 millones de espectadores, lo que es un gran número para EE.UU. y llevó a que de inmediato se anunciara una segunda temporada. Revistas como Entertainment Weekly y Hollywood Reporter la elogiaron4. Y no es para menos: esta ficción denuncia a los causantes de los grandes males que nos aquejan. Por ello Nate en uno de los últimos capítulos, cuando se enfrenta al empresario que negó el tratamiento de su hijo, habla de la venganza que le representa: siendo una misión que le propone su propio equipo quiere hacerlo porque “ese cabrón antepuso sus beneficios a los tratamientos” de los niños.


Un “olvidado” y vituperado (por las clases dominantes) Lenin decía que “es preciso soñar”, a condición de “realizar escrupulosamente nuestra fantasía”5. Las “fantasías” en pos de un final feliz en Leverage asumen un diagnóstico bastante “real”, pero ofrecen como salida una banda de “malos-buenos” dispuestos a hacer justicia. Esto es algo que no ocurre en la realidad.

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