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Debates

Los intelectuales en la escena contemporánea

15 de junio 2004

Recientemente estrenada, “La Toma” (The Take) de Naomi Klein, es una muestra del potencial de la clase trabajadora; no sólo de su capacidad en el terreno de la economía, en el control obrero de la producción –estudiado en decenas de libros y revistas actuales-, sino también de su capacidad política para erigirse como alternativa ante las crisis capitalistas. También del rol que puede jugar un “intelectual comprometido”: rol consistente no sólo en la crítica general, sino en la búsqueda, el señalamiento y apoyo activo –eventualmente su fusión- con los nuevos fenómenos obreros que signifiquen una vía real de cambio social y revolucionario. La muestra de las experiencias obreras en el documental de Klein es valiosa desde este ángulo.
Caso contrario es el de Beatriz Sarlo. La directora de Punto de Vista tiene uno, justamente, que desdeña la posibilidad de cambio social a través de la lucha y organización obreras.
¿Tendrá algo que ver su antigua pertenencia al stalinismo chino, al maoísmo? ¿A su historia y “educación política”?1 Militante en los ‘70, dirá: “son las condiciones de la dictadura las que me reconducen al campo intelectual”2. Estas complicadas “ubicaciones” llevaron a Sarlo en los ‘80 a participar y adaptarse a la “transición democrática”, y a criticar al menemismo en los ’90, siempre desde una posición liberal-conservadora.
Su “gusto” contra “la lucha de clases”, la llevó a decir: “hoy Naomi Klein puede pensar que Brukman es el remedio a la globalización…Klein toma un reflejo emocionante de un grupo de obreros como una táctica que puede generalizarse y producir un cambio fundamental dentro del capitalismo”.3
La que se equivoca es ella. Este mero “reflejo emocionante” fue un profundo emergente de la crisis económica argentina, que brindó la oportunidad de ver importantes fenómenos avanzados de lucha y organización de la clase obrera –con Brukman y Zanon como vanguardias indiscutidas-, tras dos décadas de retroceso “neoliberal”. Pese a que Sarlo discute contra intelectuales “populistas” –quienes celebran acríticamente la “posmodernidad” y la “globalización” en el plano cultural- y contra los intelectuales “cultos” –de elite-, este desdén por la inmensa lucha de las obreras costureras –que ya han escrito nuevas e importantes páginas en la historia del movimiento obrero argentino- la posiciona como una verdadera “intelectual orgánica” al servicio de la burguesía.


“Así pensaba yo en la década del ’70”


Con la llegada de la dictadura del ‘76, con una línea política “fracasada”, yéndose del partido, cree “que hay que leer todo de nuevo”: “Era como si hubiera perdido mi columna vertebral”4. Una buena confesión de quien es ella hoy: una intelectual blanda, “invertebrada”; que por otra parte no sorprende, ya que ha sido un fenómeno mundial “pos setenta” de desencanto político –léase a un Régis Debray, por ejemplo.


Ahora bien, si Sarlo toma distancia de la “política” en general -calificó en su momento de “antipolíticas” las asambleas barriales- y del actual gobierno, los otrora “intelectuales de izquierda”, “setentistas”, se acercan al mismo: Kirchner les ha dado a Elvio Vitali (como director), Horacio González (vice), a Nun, a Noé Jitrik y a Horacio Tarcus cargos de la Biblioteca Nacional.
No hay ningún “atrevimiento” en aceptar este convite. Como confiesa el mismo González: “no pude negarme a un pedido del Presidente”5. Parece que no es sólo “la carga de lo simbólico”, sino la oportunidad –¿la seducción?- de acceder al poder –estatal- y a los 7 millones de pesos de presupuesto6, la que los lleva a la integración con este gobierno burgués. Tarcus ya había declarado que era necesario un “trotskismo de gestión”: “Los viejos términos… de la vieja izquierda sobre la diferencia entre reforma y revolución, entre gestión reformista al interior del orden burgués y revolución mediante el asalto al Palacio de Invierno, están totalmente caducos”7. Y proponía imitar la “gestión” –fondomonetarista y represora- de la DS de Brasil8.
Aunque Mempo Giardinelli hable de una “extraordinaria oportunidad”, esta… ¿“trinchera”? obtenida –cedida por K-, terminará de quitar todo filo a la “crítica”. Un derrotero que, con los retrocesos de las últimas décadas, hoy lleva a esta “intelectualidad” a desdeñar, a cerrar los ojos a los nuevos e importantes fenómenos obreros, a las luchas “desde abajo”, para aceptar –los cargos– y las políticas “desde arriba”, estatales, de reformismo kirchnerista.
Como ya se ha escrito, Sarlo y todos los de esta “especie”, obran –desde sus respectivas posiciones y ‘avanzando’ en sus trayectorias- como “ideólogos de la pasivización”9.
Contra el escepticismo y adaptación de esta “intelectualidad invertebrada”, blanda, urge la búsqueda de otra, que desarrolle una ligazón orgánica con la clase trabajadora. La tarea de la hora es fusionar la intelectualidad marxista con la vanguardia de la clase obrera. Quienes escriben y colaboran con el periódico Nuestra Lucha, son un importante ejemplo en este sentido.



1 “¿Cómo convivían Barthes y Mao?”. Responde: “practicamos una especie de doble conciencia teórica”, que remitía “a la lucha de clases” y por otro, “a los gustos”. “Ese universo de nuestros gustos convivía mal con la teoría política… un compañero importante del partido en el que yo militaba… me dijo que tendría que decidir… entre Barthes y Gramsci”. “Los setenta en discusión”, reportaje “No siento ninguna nostalgia”, Ñ N° 34, 22/5/04.
2 Ídem.
3 Ídem.
4 Ídem.
5 Página/12, 01/06/04.
6 Ídem. El presupuesto “pasó de 12 millones de dólares a 7 millones de pesos”.
7 Página/12, 02/06/03. “… cuando un sector de la izquierda tradicional argentina gana un centro de estudiantes lo pierde al año siguiente. ¿Por qué? Porque no es una izquierda pensada para llevar adelante algún tipo de gestión”.
8 M. Rosseto de la DS, que está al frente del Ministerio de “Desarrollo” Agrario del gobierno Lula, es quien manda a reprimir a los campesinos Sin Tierra. Véase la “Carta aberta”: É necessária uma campañha unificada contra o ‘ministerialismo’, de ER-QI, grupo hermano del PTS en la FT-CI (http://erqi.org ).
9 Véase “Doctores y matreros: ideologías de la pasivización”. Revista Lucha de Clases N° 2/3, abril 2004.

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