El Gobierno de Néstor Kirchner junto a las principales empresas formadoras de precios y los grandes supermercados se unieron, por encima de la puja de intereses particulares, intentando culpabilizar a los aumentos de salarios, como la principal causa de la inflación.
Empresas como Disco, Coto, Carrefour obtuvieron ganancias extraordinarias, gracias a la devaluación y los salarios por el piso. A pesar del incremento en un 50% de sus ventas, ahora vuelven a la carga trasladando a los precios los aumentos salariales. En este marco las paritarias arregladas a espaldas de los trabajadores entre el Ministerio de Trabajo, las Cámaras Empresariales y el Sindicato de Comercio, pactaron un “aumento” del 18% -una parte en agosto y otra en septiembre- que es que una burla para los trabajadores del sector, que tenemos unos de los sueldos más bajos de la Argentina.
No sólo es un aumento miserable comparado con las hiperganancias de las grandes cadenas, si no que ni siquiera es un aumento real, todo quedó en un blanqueo de lo que estaba en negro. La situación es peor para los trabajadores de los pequeños mercados, ya que se flexibilizaron las vacaciones y el aguinaldo.
La bronca de los trabajadores no se hizo esperar, llegando a presionar a la burocracia, que tuvo que ponerse al frente de paros escalonados como en algunas sucursales de Disco que arreglaron un aumento real del 15%, o en Carrefour que se convocaron asambleas y amenazaron con medidas de fuerza. En la cadena de Alfredo Coto, quien declaró que “en este país se ve mal que a los empresarios les vaya bien”, fuimos más allá, con medidas más radicalizadas cuestionando a la burocracia y su intento de reacomodamiento frente a la predisposición que demostramos para salir a luchar por recuperar las conquistas que entregaron desde los ‘90. Al ver nuestros recibos de sueldo, en las sucursales de Núñez y Belgrano en las que hay delegados de izquierda y antiburocráticos, junto con una gran participación de todos los compañeros, organizamos asambleas, llegando a tomar las sucursales mientras repartíamos volantes a los clientes explicándoles que estamos en contra de los aumentos de precios y que emprendimos esta lucha por un verdadero aumento salarial, por el franco dominical, que los domingos se paguen al 100% y que no sancionen, trasladen ni despidan a ningún compañero más. También en algunas sucursales del Gran Bs. As se llevaron adelante asambleas y otras medidas de lucha.



Los trabajadores de comercio, empezamos a ponernos a tono con los signos de recomposición del movimiento obrero, recuperando el método de asambleas, el paro e incluso tendencias a la coordinación entre las sucursales y con otros sectores como los trabajadores del Hospital Garrahan al que fuimos a llevarles nuestra solidaridad. Hay que profundizar este camino logrando la unidad de todos los mercantiles, efectivos, contratos, repositores externos y de mantenimiento y reclamarle al sindicato un paro nacional por un verdadero aumento de $1.800 indexado a la inflación, franco dominical y domingo al 100%.