logo PTS

Historia

Malvinas: ¿Una guerra entre democracia y dictadura?

6 de abril 2006

En la propaganda oficial del gobierno británico, durante y después de la guerra de Malvinas, se encuentra el argumento recurrente de que la guerra de Inglaterra contra la Argentina estaba justificada porque en este remoto país del conosur gobernaba un gobierno dictatorial mientras que del lado inglés luchaban las fuerzas democráticas. Este argumento, bastante ridículo en boca de la “demócrata” Thatcher, sin embargo, fue retomado de otra manera por los “progresistas” argentinos, después de la derrota de Malvinas.

El programa y la política de los marxistas en la guerra de Malvinas

Gran Bretaña envió 120 buques de guerra y 17.000 soldados a las aguas del Atlántico Sur. El carácter de la guerra era uno solo: una guerra de agresión imperialista contra una nación semicolonial.
El triunfo de los ingleses en la guerra sólo podía reforzar, como sucedió finalmente, la opresión imperialista sobre el país.
Los marxistas revolucionarios como Lenin y Trotsky definieron a la fase actual del capitalismo como su época de decadencia, de capitalismo imperialista. Trotsky decía: “debemos trazar cuidadosamente la distinción entre los países imperialistas y los atrasados, coloniales y semicoloniales. La actitud de la clase obrera en y hacia ambos bandos no puede ser la misma. La guerra entre China y Japón es un ejemplo clásico. Es absolutamente indiscutible que de parte de Japón es una guerra de rapiña y de parte de China es una guerra de defensa nacional. Sólo los agentes conscientes o inconscientes del imperialismo japonés pueden poner a ambos países en un mismo plano” (China y el pacifismo, 25-09-1937).
La diferencia entre la guerra de Malvinas y la situación en China, como ya señalamos en este artículo, es que la guerra comenzó con una acción aventurera de parte de los militares con el objetivo de salvarse de la crisis abierta. Sin embargo, una vez desatada la guerra misma, la posición de los marxistas revolucionarios tenía que ser ubicarse en el campo militar de la nación semicolonial contra la potencia imperialista. Sin otorgarle ningún apoyo político a la dictadura, y luchando porque la clase obrera y los revolucionarios le disputaran la dirección de guerra misma. Porque la burguesía “nacional” argentina nació atada de dependencia al imperialismo, y es incapaz de ninguna lucha hasta el final con sus “socios mayores”.
¿Cómo se podía llevar adelante una política revolucionaria? En primer lugar profundizando el enfrentamiento con el imperialismo, apuntando al corazón de sus ganancias. Unos días antes del 2 de abril empresas inglesas retiraron 2.000 millones de dólares de los bancos, para evitar una incautación de parte de la Argentina. Pero esa incautación nunca se produjo. La expropiación de los grandes grupos económicos imperialistas (ingleses y yanquis) hubiera sido una medida básica de defensa nacional contra los agresores y de fortalecimiento de nuestro país para el enfrentamiento político y militar. Junto con esto era elemental dejar de pagar la deuda externa a los mismos países que con esos millones financiaban su agresión militar.
La otra medida básica era incentivar el alistamiento militar del conjunto de la población trabajadora para enfrentar al imperialismo, y garantizar el entrenamiento militar y la entrega de armas a millones de trabajadores. Pero para que este entrenamiento militar fuera efectivo no podía dejarse en manos de los torturadores y cobardes milicos argentinos. Había que llevarlo adelante desde los propios sindicatos de trabajadores, los únicos interesados en defender sus propias vidas y derrotar a los imperialistas.
En contraposición a esta política revolucionaria, en la izquierda argentina nos encontramos con dos posiciones centrales, ambas equivocadas. Por un lado los que tomando en cuenta solamente el rol reaccionario del régimen militar, y su intento de solucionar su propia crisis mediante la guerra, perdieron completamente de vista el hecho de que en la guerra había que apostar a la derrota del imperialismo. Una posición “pacifista” tomada aún hoy por muchos sectores progresistas. EL PC llevó hasta el final esta política planteando “Somos partidarios de resolver el conflicto con Gran Bretaña por la vía de las negociaciones pacíficas. No hay que permitir que el imperialismo yanqui utilice el conflicto para crear un nuevo foco de guerra que ponga en grave peligro la paz mundial. No hay tarea internacional más importante que defender la paz mundial.”
Y por otro lado están los que considerando solamente la contradicción del país con el imperialismo, se subordinaron a la dirección de los militares, hablando de la “gran gesta de Malvinas”, y exaltando el falso patriotismo de los genocidas. EL PCR Argentino sostiene aún hoy esta visión.
La guerra de Malvinas dejó algunas conclusiones fundamentales para la lucha contra el imperialismo. En primer lugar porque demostró que el ejército de la burguesía argentina no puede encabezar ninguna lucha seria contra el imperialismo. En segundo lugar, que la política revolucionaria correcta era ubicarse en el campo militar contra el imperialismo. La democracia burguesa alfonsinista fue marcada desde su nacimiento por la derrota y en el sentido común se impuso la idea de que contra el imperialismo no se podía luchar. Junto con el genocidio, y el posterior golpe inflacionario, fueron elementos que posibilitaron el neoliberalismo de los ’80 y ’90.
No puede sostenerse, tampoco, la visión de que la transición al régimen democrático burgués fue producto de una “revolución democrática” como siguen haciendo sectores de la izquierda actual.1
A la caída de la dictadura se abrió un vacío de poder que podía ser aprovechado de manera revolucionaria, pero este proceso fue abortado. El partido militar se desprestigió completamente en la Argentina, pero la democracia burguesa se asentó en la derrota de la movilización independiente de las masas contra la dictadura.

1 Esto fue formulado por Nahuel Moreno y es sostenido actualmente por los dos MST y otros grupos menores.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: