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PRECARIZACIÓN

Ocho millones de precarizados: el fin del relato K

La propaganda pasa una y otra vez. La presidenta recorre una planta y sonríe junto a los hombres que la acompañan. “Esta es la década ganada para los trabajadores” arranca un discurso de fondo.

Lucho Aguilar

12 de septiembre 2013

Ocho millones de precarizados: el fin del relato K

La propaganda pasa una y otra vez. La presidenta recorre una planta y sonríe junto a los hombres que la acompañan. “Esta es la década ganada para los trabajadores” arranca un discurso de fondo.

Nico apaga la tele en Pacheco. “La entrevista de esta semana es la tercera fábrica en el año. Así me la paso de agencia en agencia, tres meses y chau. Hay algunas que son peores: te toman dos días, descargás un camión y te vas. Manpower, Adecco, Randstan, una peor que otra. Y en la fábrica te matas haciendo extras para poder quedar y si un día decís “no” te miran mal. Para los empresarios, los jóvenes trabajadores somos material descartable”.

Sergio apaga la tele en Jujuy. “Trabajo como cuarta en los ingenios azucareros desde los 10 años. Tengo 22. La precariedad sigue empeorando. La campaña anterior trabajamos con una empresa tercerizada de Tucumán. Nos dijeron que nos hacían aportes jubilatorios y después nos enteramos que no aportaron nada. Nos hicieron fraude y el sindicato nos dejó solos: no nos reconoce como trabajadores del ingenio”.

Pato apaga la tele en un barrio de Tigre. “Las empleadas domésticas somos esclavas modernas, con el sueldo más bajo de todos los trabajadores, jornadas de 9 horas de lunes a sábados en barrios privados. Muchas somos jefas de hogar, el 90% está en negro y para el 10% que está en blanco las condiciones no son mucho mejores. La Presidenta sacó una ley pero nadie la cumple, y el gobierno no controla”.
Beto apaga la tele en la pieza que alquila en Capital. “En los talleres textiles el 70 % estamos en negro, sin derechos sindicales, con jornadas de 12 a 14 horas. Llegamos a vivir en los talleres hacinados con nuestras familias. Si logramos salir de los talleres clandestinos vamos a las fábricas donde tampoco se respeta el convenio, todo con la complicidad de los sindicatos vendidos y el Ministerio de Trabajo”.

Julia apaga la tele en Capital. “Sí, el Estado es como los peores patrones. El 60% de los trabajadores del Ministerio de Trabajo estamos contratados. Tomada tiene a los empleados de limpieza tercerizados como a aquellos ferroviarios que se revelaron en 2010. En la Administración Pública Nacional somos más de 85 mil contratados, y 9 mil en el gobierno de Macri”.

Se apaga la tele y se enciende la realidad.

La década preKarizada

En la Argentina de hoy, hay 8,3 millones de trabajadores y trabajadoras que sufren alguna forma de precarización. Que están contratados o tercerizados. Que trabajan en negro o tienen menos derechos que sus compañeros. Que tienen jornadas de 14 horas. Que caen como moscas de los andamios o a los 25 años están todos “rotos”.
Los jóvenes son los que peor pagan los costos de la “recuperación económica”.
Es la Argentina de Sergio, Beto, Patricia, Julia. Y 8 millones más. Precarización “para todos y todas”.

La explicación es sencilla. En estos años se han mantenido muchas de las conquistas que los empresarios obtuvieron durante la dictadura y los años 90. Los puestos de trabajo creados incluyen muchas de las modalidades que inventaron los capitalistas para aumentar la explotación obrera, principal fuente de sus ganancias.
El relato de la “década de plena restitución de derechos” no se sostiene. La necesidad de restaurar el régimen político tras la crisis de 2001, las nuevas fuerzas de la clase obrera, y las luchas que fueron sacudiendo la pasividad de los peores años, obligaron al kirchnerismo a hacer concesiones. Pero manteniendo todo lo posible las conquistas patronales de los ‘90. Se anuló la “Ley Banelco”, pero persisten en los convenios colectivos las mismas cláusulas de flexibilidad “noventistas”. Se modificó la Ley de Trabajo Agrario, pero los capitalistas del campo pueden seguir disponiendo de sus peones “de sol a sol”. Se modificó la Ley de Riesgos de Trabajo, pero la vida obrera sigue en manos de las ART. Siguen vigentes decenas de artículos de la Ley de Contratos de Trabajo (LCT) modificados por la dictadura. O el artículo 30 de esa Ley, que avala la tercerización. Como sigue en pie la Ley de Trabajo Domiciliario que utilizan los talleres textiles esclavistas, lo mismo que las Agencias de Trabajo Eventual.

Militar contra la precarización

Las patronales reclaman la precarización, el Estado la garantiza y la burocracia la aprueba. Pero hay quienes la enfrentan. Desde la lucha contra las tercerizadas en el subte y el ferrocarril, pasando por la rebelión de los petroleros en Las Heras y Cerro Dragón, hasta la pelea por el pase a planta en las fábricas de la alimentación de la Zona Norte, en esta década también quedó clara la decisión obrera de decir “basta” a las condiciones de explotación que el kirchnerismo sostiene.

Entonces hoy, ante el agotamiento del kirchnerismo, las internas dentro del peronismo y la crisis de la burocracia sindical, se abre una enorme oportunidad para el avance de la izquierda obrera. No sólo impulsando agrupaciones clasistas en todos los gremios, o coordinando a los sectores en lucha, sino también organizando políticamente a los trabajadores y la juventud.

Por eso la participación en las listas del FIT de cientos de referentes obreros, luchadores contra la precarización y la burocracia sindical, es un paso enorme (ver recuadro).

Porque no se podrá enfrentar la precarización sin luchar por recuperar los sindicatos para los trabajadores y por poner en pie una alternativa política contra el capitalismo, el sistema que la engendra y eterniza.

Prensa

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