El 20 de agosto de 2008, en la sede del Tribunal Oral Federal, comienza el primer juicio oral contra 8 represores que actuaron en la región, luego de que fuera suspendido su inicio previsto para el día 11. Se juzgarán sólo 17 de los 90 casos denunciados, centralmente de víctimas que fueron secuestradas y que pasaron por el Centro Clandestino de Detención “La Escuelita”, donde fueron torturadas y mantenidas privadas de su libertad en condiciones infrahumanas. Presidido por Orlando Cocia, y como vocales Oscar Albrieu y Eugenio Krom. Los Organismos querellantes serán la APDH Neuquén y el CeProDH.
Desde la querella representada por el CeProDH, aunque somos críticos de que en este juicio no estén imputados todos los represores por todos los compañeros, intervendremos en el mismos solicitando que se condene a los represores por el delito de genocidio. Entendemos que esta pelea se relaciona con la verdad histórica de lo que fue la dictadura, contra las diferentes teorías que, de diversas formas, han justificado el genocidio o han ocultado sus objetivos. Lo que quede plasmado en la sentencia sin dudas será parte de nuestra historia y por ello queremos que se reconozca que fue un genocidio de clase. Cuando decimos genocidio nos referimos a un plan sistemático de exterminio y aniquilamiento de todo un “grupo nacional”. En este caso, el grupo a eliminar eran todos aquellos que constituían un obstáculo a la implementación del plan económico, social, político e ideológico que buscaba ese genocidio. Este grupo lo constituyeron los trabajadores, los estudiantes combativos, los militantes de diversas organizaciones, todos los que peleaban por el cambio revolucionario y se oponían al orden imperante.
El ascenso obrero, que desde el Cordobazo venía poniendo en jaque a la clase capitalista, sólo pudo ser derrotado con la implementación del plan genocida, un plan profundamente de clase, de la clase
capitalista contra los trabajadores. Una condena por genocidio implicaría que se pueda avanzar no sólo contra las fuerzas represivas, sino también hacia los civiles que lo impulsaron, que fueron parte, que se benefi ciaron económicamente con el mismo y que lo justificaron después.
Desde la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final sólo hubieron 3 condenados a nivel nacional, y únicamente en dos casos, los de Etchecolatz y Von Wernich, se condenó “en el marco de un genocidio”. No podemos retroceder de esta conquista. Ello podremos lograrlo si unificamos la pelea en las calles, si los trabajadores y el pueblo nos movilizamos ampliamente.
La Triple A en Neuquén
El inicio del plan genocida
El genocidio que se consolidaría en la dictadura comenzó con el accionar de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). En la zona, Remus Tetu fue uno de los integrantes de esta organización paraestatal que fue creada para asesinar dirigentes combativos, activistas, militantes populares y fue impulsada por el mismo gobierno de Isabel Martínez de Perón. Remus Tetu fue interventor de la Universidad Nacional del Comahue, era “católico integrista”, miembro del ala más reaccionaria del peronismo. Fue Rector- Interventor de la Universidad Nacional del Sur con sede en Bahía Blanca en febrero de 1975. Este personaje nefasto operaba desde la Universidad, en común con la Policía Federal. También formaba parte de la Triple A el infiltrado Raul Guglielminetti, quien había trabajado en la universidad y en LU 5, habiéndose infiltrado en grupos de activistas y militantes.
En Neuquén la triple A se forma en 1975, como preludio de lo que vendría. Muchos de sus integrantes luego conformarían los “grupos de tareas”, encargados de secuestrar a las víctimas
Los imputados
Mayor Luis Alberto Farías Barrera, a cargo de la División I Personal del Comando de la VI Brigada de Infantería de Montaña.
Mayor Oscar Lorenzo Reinhold, jefe de la División II Inteligencia del Comando de la VI Brigada de Infantería de Montaña.
Capitán Sergio Adolfo San Martín, se desempeñaba en el Destacamento de Inteligencia 18 de Neuquén.
Capitán Jorge Eduardo Molina Ezcurra, se desempeñaba en el Destacamento de Inteligencia 18 de Neuquén.
Teniente Coronel Mario Alberto Gómez Arenas, a cargo del Destacamento de Inteligencia 18 de Neuquén, Sección Primera.
Teniente Coronel Enrique Braulio Olea, Jefe del Batallón de Ingenieros de Construcciones 181 de Neuquén y Jefe del ˜área de Defensa 521.
Mayor Hilarión de la Pas Sosa, a cargo de la Sección Sanidad del Comando de la VI Brigada de Infantería de Neuquén, Comando de la Subzona 5 , del Ejercito.
Sargento Ayudante Francisco Julio Oviedo, se desempeñaba en el Destacamento de Inteligencia 18 de Neuquén, encargado de la sección de contrainteligencia.
En este momento se encuentran alojados todos en la Unidad 5 (cárcel de Roca) pues el Tribunal Oral suspendió las prisiones domiciliarias
Las víctimas
Edgardo Kristian Kristensen, secuestrado el 0 /07/76, traslado a “La Escuelita” del 9 al 13 de agosto de 1976.
Norberto Osvaldo Blanco, secuestrado y torturado en “La Escuelita” entre el 14 y 1 de agosto de 1976
Marta Rosa De Cea, secuestrada del 3 al 11 de septiembre del 76 y alojada en “La Escuelita”
Antonio Enrique Teixido, secuestrado desde el 6/09/76 al 4/1 /77, trasladado a “La Escuelita” entre el 6 y el 16 de Septiembre de 1976.
José Carlos Venancio, secuestrado el 07/09/76, trasladado a “La Escuelita” hasta el 1 de Septiembre de 1976.
Benedicto del Rosario Bravo, secuestrado el 15/09/76 y trasladado a “La Escuelita”.
Oscar Alberto Paillalef, secuestrado y trasladado a “La Escuelita” entre el 19/09/76 y el 7/09/76. Fue trasladado a la Unidad N° 9 y a la Cárcel de Rawson hasta el 19 de octubre de 1977.
Rubén Obeid, secuestrado entre el 14/10/76 y el 10/03/79, habiendo estado en “La Escuelita” entre el 14 y el 6/10/76.
Francisco Alberto Ledesma, privado de su libertad en Comodoro Rivadavia el 19/01/76. Fue trasladado a la Unidad N° 9 de Neuquén y de allí a “La Escuelita”
María Cristina Lucca, secuestrada el 11/11/76 y trasladada a “La Escuelita” donde estuvo 8 días, trasladada a Paraná y mantenida detenida hasta 1983.
Marta Inés Brasseur, secuestrada el 11/11/76 y trasladada a “La Escuelita”, donde fue torturada, estando allí por lo menos diez días.
María Celina Rucchetto, secuestrada el 7/11/76 y trasladada a “La Escuelita” donde estuvo once días.
Pedro Alfredo Trezza, secuestrado el 3/11/76 y trasladado a “La Escuelita”.
Islanda Becerra, secuestrada el 15/1 /76, trasladada a “La Escuelita” siendo liberada el 31/1 /76.
Graciela Inés López, secuestrada el 10/11/76, y trasladada a “La Escuelita”, donde fue torturada durante 10 días y llevada a la ciudad de Paraná donde estuvo presa hasta 1983.
David Leopoldo Antonio Lugones, detenido el 8/03/76 en la Ciudad de La Plata, trasladado a Neuquén el día 7/1 /76 y el 8/1 /76 a “La Escuelita”.
Oscar Alfredo Ragni, detenido en su domicilio el 3 de diciembre de 1976, conducido al centro clandestino de detención “La Escuelita”, permaneciendo aún desaparecido.
Restricciones del Tribunal
A menos de una semana del 11 de agosto, fecha inicialmente fijada para el inicio del juicio, el Tribunal Oral Federal suspendió su comienzo, argumentando “el colapso” del cielorraso del edificio de la Vieja Legislatura. Finalmente, el juicio comienza el 20 de agosto, pero con la novedad de que el lugar de realización será la sala del propio tribunal, lugar en el cual no caben ni 50 personas. Esto agrava las restricciones ya dispuestas anteriormente por el TOF, que limitan el accionar de la prensa, impidiendo la transmisión en directo del juicio. Sumado a esto, y como parte de una política nacional, se dispuso que se ponga un vidrio que separe el estrado del público, argumentando “cuestiones de seguridad”. Desde el CeProDH manifestamos nuestra oposición a cada una de estas medidas, y solicitamos que el juicio se realice en un lugar en el que puedan participar todos los que durante años luchamos contra la impunidad de ayer y de hoy y por ello es indispensable que el juicio sea transmitido en todo el país. Llamamos a movilizarnos contra estas restricciones y porque se condene a todos los genocidas, por todos los compañeros.
20 de agosto - 9 hs.
TODOS al Tribunal Oral Federal
Carlos H. Rodríguez 46
Prensa
