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Universidad de Buenos Aires

Represión y bochorno en la Asamblea Universitaria

21 de diciembre 2006

Kirchner y los decanos: un 19 y 20 de diciembre al revés
Salieron de la clandestinidad

En varios artículos sostuvimos que mientras que a nivel nacional De la Rúa y el fiasco de la Alianza se escapaban en helicóptero a fines de 2001, dejando un reguero de represión y muertos, los decanos y la casta de profesores radicales y peronistas, temerosos de una crisis y movilización semejantes en la UBA, que cuestionara las bases de su persistencia burocrática, se refugiaron en los claustros y en los consejos directivos, pasaron a un segundo plano avalando la elección de Jaim Etcheverry, y esperaron el momento adecuado para, zas, volver a poner un rector afín, que les ampare abiertamente la ya asentada práctica de “institución pública, negocios privados”. La política de Kirchner de mantener y legitimar las instituciones y leyes más reaccionarias del régimen político, fue este momento adecuado. Así como legitimó a la burocracia sindical de San Vicente y a viejos punteros menemistas y duhaldistas, así como mantiene miles de represores de la dictadura en las fuerzas de seguridad, el gobierno quiere entrar en la UBA pactando con Hallú, un declarado defensor de los preceptos de la Ley de Educación Superior menemista, los decanos radicales, y habilitando el congreso y cientos de efectivos de la Policía Federal para reprimir a los estudiantes, bochornosamente, a 3 meses de la desaparición de Julio López.. El veterinario Hallú mugiendo que los estudiantes de la FUBA son “delincuentes”, mientras carga sobre sus espaldas los restos de la asociación ilícita llamada shuberoffismo, no hace más que confirmar lo bizarro de la “renovación” K.

Los peores medios para los peores fines
El pseudo progresismo de los decanos K1, que tantas veces ataca a un supuesto apotegma de la izquierda de que “el fin justifica todos los medios”, defiende un “pacto de olivos” con lo más rancio de la burocracia radical, que se entrona con el apoyo del “setentista” (pero de la dictadura) Atilio Alterini y del macrismo, custodiado por la policía responsable de las muertes de casi una decena de jóvenes en Plaza de Mayo, hace tan sólo 5 años, y transportado por la “popular” empresa Metrovías. ¿Justificará para ellos el “fin” de acumular poder en la UBA, “medios” tan honorables? Esta no es una cuestión menor. La camarilla universitaria cerró su “pacto de olivos” con la promesa de reformar tibiamente los estatutos de la UBA, para mantener en esencia el contenido actual, la dominación burocrática del puñado de profesores titulares y adjuntos concursados. Aunque es evidente que incluso este compromiso2 es una formalidad, un saludo a la bandera, que confirma la legitimidad de los reclamos estudiantiles pero que busca negarlos, esto alcanzó para conformar a las humildes pretensiones de cambio de los decanos de la centroizquierda. Estratégicamente, esto deslegitima y debilita a las políticas reformistas de esta clase de decanos, que ayer se mostró subordinada 100% al “todo vale” de los más habituados al poder decanos radicales y peronistas. El gabinete que conformó Hallú habla a las claras de lo farsesca de la política de reforma que impulsa el bloque de los “4 decanos progres” y, en ese sentido, su fracaso estratégico: el graduado radical Carlos Mas Velez, será Secretario General; el macrista Hernán Piotti López, irá a Hacienda; el radical Oscar García, de Farmacia, será Secretario de Extensión. Un gabinete alla Shuberoff, para un rector privatista…

Una crisis que sigue abierta…
La asunción de Hallú de ninguna manera cierra la crisis orgánica del régimen universitario en la UBA. Para graficar el canibalismo de las diferentes camarillas, la reunión del Consejo Superior inmediatamente después de la Asamblea Universitaria, se explica porque el bloque de 4 decanos que apoyó a Sorín como vicerrector3 exigió que se vote rápidamente, por temor a ser “mejicaneados” por los decanos que impusieron a Hallú. Este es el verdadero contenido del pacto de gobernabilidad de la UBA. La bochornosa asunción de Hallú obliga a redoblar la lucha por la democratización de la UBA, para refundar la universidad sobre bases sociales y políticas completamente diferentes. Es más, la ilegitimidad de una UBA que funciona custodiada por la Policía Federal, puede empujar a sectores más amplios de estudiantes a organizarse y movilizarse por esta lucha.

…y la necesidad de un programa
La discusión de con qué programa interviene el movimiento estudiantil se hace vital, mucho más frente a la demagogia de la promesa de reformar los estatutos. Queremos enumerar, para abrir el debate, una serie de demandas que creemos que deben incorporar todas las organizaciones estudiantiles. El movimiento estudiantil, machacamos, debe mantenerse totalmente independiente de todos los decanos. Los compañeros del Partido Obrero, el MST y la CEPA-PCR deben romper su participación en la gestión de los decanos Sorín y Trinchero en Arquitectura y Filosofía. En aquellas facultades dirigidas por los 4 decanos “progres”, debemos movilizarnos y exigir la renuncia de todos los que avalaron el “pacto de Olivos” y la bochornosa votación de Hallú ya que, como venimos denunciando, no demostraron ser ninguna alternativa a los alterinistas. Los estudiantes debemos exigir la mayoría estudiantil en todos los órganos de gobierno, incorporando la exigencia de que exista un único claustro de docentes, como ya hay en otras universidades como la de Rosario, disolviendo el claustro de graduados, e incorporando como profesores a los docentes interinos, ayudantes y jefes de trabajos prácticos. Los no docentes deben contar con representación en los consejos directivos y Superior; asimismo, las organizaciones obreras deben contar con participación en las discusiones sobre el proyecto de la UBA. Ningún funcionario de la dictadura, o de los gobiernos capitalistas, puede tener un cargo en la UBA. Las organizaciones estudiantiles, docentes y no docentes combativas deben movilizarse y reclamar un salario para todos los docentes ad honorem, y la resolución del grave problema edilicio de las facultades de la UBA. La UBA debe movilizarse y rechazar la Ley de Educación Superior, pero no para redactar un requecho de esta ley, como hizo la CeTERA con la Ley Federal, que es lo que pretenden Hallú y cía. La CONEAU, el organismo evaluador que acredita carreras y facultades según las orientaciones del Banco Mundial, debe ser eliminada. Hay que exigir becas para que todos los hijos de los trabajadores y desocupados que quieran estudiar en la UBA, puedan hacerlo, para afrontar el creciente elitismo de la pública UBA.
Este es el contenido que desde En Clave ROJA-PTS creemos que asume la lucha por construir una universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo.

1 Nos referimos al denominado “bloque de los 4”, compuesto por Federico Schuster de Sociales, Hugo Trinchero de Filosofía, Jaime Sorín de Arquitectura, y Jorge Aliaga de Exactas.
2 El rector último de la UBA, Guillermo Jaim Etcheverry, asumió a principios de 2002, con una promesa similar de reformar los estatutos, pero, al ver que toda discusión de transformar al régimen universitario implicaba poner en cuestión la base de la camarilla profesoral, esto fue pospuesto por tiempo indeterminado.
3 En la UBA, el rector debe ser electo en la Asamblea Universitaria, mientras que el vicerrector es electo en el Consejo Superior.

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