(21/05/2013) Los trabajadores de PepsiCo Snacks hemos denunciado el intento de fraude electoral por parte del Sindicato de Trabajadores de la Alimentación en las elecciones de comisión interna de la fábrica convocadas para este miércoles 22, a partir de las 4 de mañana.
La dirección del Sindicato, en común con la empresa, dispuso que un grupo de personas elegidas por ellos ingrese a la fábrica, bajo la figura de “contratados”, con el único fin de votar en las elecciones de comisión interna, incluso con menos de un mes de “antigüedad”, para luego sacarlos de la fábrica. Muchos de estos supuestos “contratados” expresaron que fueron “reclutados” con este único fin.

La ley 23.551 y su decreto reglamentario establecen que votan sus representantes todos aquellos trabajadores que tienen más de seis meses de antigüedad en las fábricas. Esto impide que las empresas puedan contratar gente para cambiar los resultados electorales. Violando la ley, se pretende consumar un fraude escandaloso.

En las asambleas de fábrica se decidió rechazar el fraude y disponer de todas las medidas necesarias para que no se viole la voluntad de los trabajadores de PepsiCo.

Como es sabido, la Comisión Interna de PepsiCo está integrada por trabajadores de la oposición a Rodolfo Daer. Es parte de la Lista Bordó que sacó el 40% de los votos en el gremio y mantiene una oposición cerrada a los dirigentes burocráticos que, como Daer, viven como empresarios, se manejan con patotas e hinchadas de fútbol y entregan las conquistas de los trabajadores.

Este accionar de la burocracia sindical cuenta con el amparo del ministro de Trabajo Carlos Tomada y la viceministra Noemí Rial, incluso cuando estos burócratas actúan como autores intelectuales de un crimen como el de Mariano Ferreyra, como quedó en evidencia en las conversaciones telefónicas que se hicieron públicas durante el juicio que condenó a Pedraza y su patota.

Por lo tanto, hacemos responsables al Gobierno nacional y a la empresa por ser cómplices de este intento de fraude que, de consumarse, sentaría un precedente nefasto, ya que de ahora en más las empresas podrían intervenir en las elecciones sindicales poniendo gente para votar, cambiando los resultados, y sacándolos luego de las fábricas. Se terminaría con la libertad de elección de las internas con el fin de que queden solo los dirigentes burocráticos como Daer, que es el símbolo del sindicalismo menemista.

Al mismo tiempo, reclamamos el fin del fraude laboral hecho en base a contratos y tercerizaciones, como el que hace PepsiCo, y exigimos el pase a planta permanente de los trabajadores contratados.

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