Se estrenó en Buenos Aires la película del director palestino Hanny Abu-Assad, El Paraíso Ahora. La película fue centro de grandes controversias, desde su filmación, hasta el momento en que fue nominada al Oscar como mejor película extranjera (premio que no le otorgaron). La película narra un día y medio en la vida de dos jóvenes amigos palestinos, de Nablus. Khaled y Said trabajan en un taller mecánico y son informados de que su pedido de ser reclutados juntos para realizar un atentado suicida fue aceptado, y que al día siguiente cruzarán la frontera hacia Tel Aviv cargando en sus cuerpos los explosivos.
Impresiona la situación de los palestinos de Nablus, que como en toda Cisjordania y Gaza padecen desde hace varias generaciones la ocupación criminal de sus territorios de parte del ejército israelí. Es impactante también la vibrante realidad que expresa la película, que fue filmada en el año 2000 (cuando se desarrollaba la conocida como segunda intifada), mientras el lugar originalmente elegido para la filmación, Gaza, era bombardeado día y noche. Incluso durante la filmación en Nablus un misil lanzado por Israel cayó a unos metros de los actores. El director de la película dijo que “no puedo condenar los ataques”, refiriéndose a los ataques suicidas cometidos por palestinos dentro de Israel, ya que “los ataques suicidas son una consecuencia de la opresión y eso es lo primero que tiene que parar. Pero la ocupación continúa.” Es este posicionamiento político del director lo que llevó a que el Estado de Israel presionara porque se la “bajara” de la nominación a los Oscar, cuestionando, además, que se había presentado como una “película Palestina”, y para Israel “Palestina” no existe.
El diálogo donde Said quiere convencer de que lo dejen intentar cometer el atentado por segunda vez es un momento de gran conmoción. Su padre fue colaborador con la ocupación, y fusilado por este motivo por los palestinos. Said acusa a Israel de que a la vez que ocupan y convierten a los territorios palestinos en una prisión para todo un pueblo, quieren convertirse ellos, los ocupantes, en las victimas. La ocupación es la responsable, también, de la muerte de su padre. Por eso la resistencia o la humillación son las únicas alternativas que siente posibles. Nacido en un campo de refugiados, rodeado por los tanques y acosado por los ocupantes de sus tierras, Said dice que “Con la ocupación ya estamos muertos”: la resistencia es una necesidad para Said, aun a costa de su propia vida.
Estrenada en Bs. As. cuando Israel ataca brutalmente los territorios palestinos, la película permite abrir un gran debate sobre la necesidad de defender al pueblo palestino de los ataques del “gendarme de EE.UU.” en la región, el Estado de Israel. Y un debate también sobre los métodos y la política reaccionaria de las direcciones islamistas, que promueven los atentados suicidas, colocando en una situación sin salida a la resistencia palestina y llevando a la desesperación a esos jóvenes que se inmolan, provocando la muerte incluso de trabajadores dentro de Israel. Lo que se expresa a lo largo del film es la realidad de la inexistencia de una alternativa de clase y socialista que se proponga una lucha de liberación nacional encabezada por los trabajadores. “El paraíso ahora” es una película de ficción, pero en Palestina es real el infierno todo el tiempo.