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INTERNACIONAL

CONTRA LA MASACRE DE IGUALA Y LA REPRESIÓN

Surge un amplio movimiento democrático en México

La indignación popular con la masacre de Ayotzinapa, donde 6 estudiantes normalistas fueron asesinados a balazos y otros 43 desaparecidos en una acción conjunta de la policía metropolitana y elementos armados de la banda Guerreros Unidos, despertó un amplio movimiento democrático que recorre las calles en todo México y que muestra la podredumbre del Estado capitalista y de sus instituciones.
Este miércoles 22 se llevó adelante la jornada global de lucha con cientos de acciones en todo el país que movilizaron a decenas de miles por la aparición con vida y en repudio a la represión. En Argentina, Bolivia, Brasil (San Pablo y Río de Janeiro) y Venezuela acompañamos la jornada con concentraciones frente a consulados y embajadas de México.

Pablo Oprinari

23 de octubre 2014

Surge un amplio movimiento democrático en México

La semana pasada, paros y asambleas masivas en la Universidad Autónoma de México (UNAM) y otras universidades mostraron la incorporación del movimiento estudiantil a la lucha. Y las movilizaciones recorren distintos Estados, como la multitudinaria marcha que se realizó el viernes pasado en Acapulco, Guerrero, o la quema reciente de la sede estatal del PRD (Partido de la Revolución Democrática).
Esto recrea lo que vimos en la historia reciente: ante el avasallamiento de las libertades democráticas, surge un profundo movimiento en las calles. Existe una larga tradición de lucha contra los atropellos perpetrados por la democracia de los ricos y poderosos. Como en 1994 frente a la ofensiva militar contra la rebelión de Chiapas, en febrero del 2000 ante el encarcelamiento de los estudiantes huelguistas de la UNAM, o en el 2006 ante el fraude electoral y la salvaje represión en Oaxaca.
Estos movimientos democráticos son motivados por la aspiración de millones hartos del autoritarismo. En los años recientes, la degradación de las instituciones “democráticas”, se expresó en una “guerra contra el narco” que se cobró cerca de 200 mil muertos y desaparecidos.
El movimiento actual concentra el repudio a esta “narcoguerra” y la indignación ante una masacre cuyas víctimas son activistas sociales reconocidos: los estudiantes normalistas. Una vez más, la lucha democrática es la forma que asume, en México, el hartazgo con las instituciones responsables de la represión y las llamadas reformas estructurales que privatizan las empresas estatales y destruyen la educación pública.

La primera gran crisis
Esta es, sin duda, la primera gran crisis del gobierno de Enrique Peña Nieto, que enfrenta la indignación popular hacia una “democracia” basada en la militarización y la represión a los opositores.
Recientemente militarizó el Estado de Guerrero, enviando fuerzas federales que desarmaron a los policías municipales (grupos de vecinos armados formados mayormente para defenderse del narco). En el Estado hay movilizaciones constantes, así como toma de Municipios por parte de la población indignada. El PRD, que gobierna Guerrero, se niega hasta ahora a exigirle la renuncia al gobernador, lo cual seguramente profundizará el descrédito de esta fuerza de centro-“izquierda” cada vez más integrada al régimen y el Estado.
Más allá de la dinámica inmediata, la pérdida de legitimidad “democrática” del gobierno y del régimen político aparecen como algo difícil de remontar, que requerirá de toda la “ingeniería política” de un gobierno que no alcanza aún los 2 años.

Hay que fortalecer el movimiento
Las movilizaciones actuales se potenciarían si participasen las organizaciones sindicales. El movimiento obrero viene de duras derrotas; sin ir más lejos, la reforma energética pasó sin un paro nacional ni una movilización unificada de las principales organizaciones. Y mientras las direcciones sindicales mayoritarias no participaron de las recientes acciones por Ayotzinapa, sectores como el magisterio y otros sindicatos han empezado a sumarse.
Mientras las organizaciones de trabajadores no están presentes, el movimiento democrático y los estudiantes ocupan el centro de la escena, repitiendo la historia de otros episodios.
Hay un antes y un después de Ayotzinapa. Cabe preguntarse si este amplio movimiento logrará impactar y abrir el camino para que sectores importantes de la clase obrera irrumpan con sus métodos de lucha. Hay que apostar a que emerja en toda su potencia el México bronco y profundo.
Desde el MTS, llamamos a la más amplia lucha contra esta democracia bárbara del PRI-PAN-PRD, para lograr la aparición de nuestros compañeros y para imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana. Una Asamblea con representantes electos por voto universal y sin ninguna restricción para las organizaciones obreras y populares, donde se discutan las grandes demandas de la población: la lucha contra la represión y la militarización, la ruptura con el imperialismo y el conjunto de las reivindicaciones de la clase trabajadora y la juventud.
Imponer esta Asamblea no vendrá de los partidos del Congreso: será con la movilización revolucionaria, para lo cual es fundamental que la clase trabajadora encabece la lucha. Por lo cual llamamos a los sindicatos a que le pongan fecha a un gran paro nacional contra esta democracia bárbara del PRI-PAN-PRD y en solidaridad con los normalistas.
Impulsamos esta perspectiva a la par que planteamos que, para acabar con los padecimientos de las grandes mayorías obreras y populares, hay que luchar por un gobierno de los trabajadores, los campesinos y el pueblo, que expropie a los expropiadores y construya una sociedad sin explotadores ni explotados.

ÚLTIMO MOMENTO: MOVILIZACION MULTITUDINARIA

La movilización convocada en el Distrito Federal, en el marco del Día de Acción Global por Ayotzinapa, desbordó el Zócalo (Plaza central). Es la acción más multitudinaria desde que inició el movimiento.
Más de 100.000 jóvenes, estudiantes, sectores populares y trabajadores marcharon, en una verdadera marea humana, contra el gobernador de Guerrero y Peña Nieto. Miles y miles de estudiantes llegaron en contingentes directamente de las tomas y paros en sus establecimientos.
Los padres de los normalistas desaparecidos dieron un ultimátum al gobierno: “Dos días, sino, que se atengan a las consecuencias”. Como en muchas asambleas y movilizaciones, se pasó lista a los 43 desaparecidos, respondiendo “presentación” a cada nombre. El clamor popular es claro: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos” y “Ahora, ahora se hace indispensable, presentación con vida y castigo a los culpables”.
El MTS participó con un nutrido contingente en la movilización, así como en los contingentes de las distintas universidades, levantando una política para desarrollar un gran movimiento en las calles.

Prensa

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