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Debates

La izquierda y las elecciones

Un debate sobre la unidad

27 de octubre 2005

El retroceso electoral de los partidos de izquierda con respecto a elecciones pasadas- es uno de los datos a tener en cuenta de los resultados de esta elección. A partir de este hecho muchos compañeros y compañeras señalan que la falta de unidad es la causa del retroceso. Mientras tanto, los medios de comunicación se hacen eco de esta idea para señalar la fragmentación como un «mal endémico» de la izquierda argentina a la que tildan de sectaria.
Antes que nada, queremos contestar que es como mínimo parcial el argumento interesado de los periodistas, que culpan a la desunión por la baja cantidad de votos. En el año 2001 una izquierda que se presentó en diferentes y variadas opciones supo cosechar una elección superior y obtener cargos legislativos. En ese entonces, el clima social comenzaba a enardecerse ante la crisis económica, la decadencia de la Alianza y la centroizquierda estaba de- saparecida frente al fracaso del Frepaso, y la izquierda capitalizó aquella ausencia. Por el contrario, al día de hoy el clima social es conservador y en la clase obrera y un sector de la pequeñoburguesía priman las ilusiones reformistas. La centroizquierda se revitalizó en sus variantes más burguesas como el kirchnerismo, el ARI o Binner. De esta forma, la izquierda se vio perjudicada poniendo en evidencia una de sus principales debilidades, las expectativas puestas en el crecimiento electoral ocupando los espacios políticos del régimen.

Medios y fines. ¿Unidad para qué?

Desde un primer momento el PTS planteó la necesidad de un frente de la izquierda obrera y socialista para enfrentar al kirchnerismo y todas las variantes patronales y centroizquierdistas. Insistimos junto al MAS en la formación de un frente 100% de izquierda llamando al PO. De haberse concretado consideramos que una agitación ofensiva por la independencia política de clase hubiera ubicado a los socialistas revolucionarios y los luchadores obreros en mejores condiciones para enfrentar la nueva fase del kirchnerismo donde prevalecen las expectativas en un posible reformismo.
Lamentablemente, la política de la izquierda conciliadora y reformista del PC que buscaba hacer un acuerdo amplio para ocupar el espacio del centroizquierda, mediante un frente de conciliación de clases, fue la que marcó el paso de los que se reivindican socialistas revolucionarios. Subsidiarios de esta lógica los MST’s, hace tiempo que se orientaron a estimular la candidatura y los acuerdos con carreristas políticos caídos del peronismo y el ARI -como Mario Cafiero (MST’s). Pero también el PO, buscó hasta último momento la unidad con el PC y se negó al frente que le proponíamos junto al PTS-MAS. El PC por su lado desechó a ambas expresiones para soldar su alianza con los socialistas (que antes integraron la Alianza y el ARI)
Que el PC levante esta política no es novedad, es más, ahora reivindica como un paso adelante el triunfo del socialista-kirchnerista Hermes Binner en Santa Fe. Pero en el caso de la izquierda que se reclama obrera y socialista constituye una adaptación a la política de conciliación con los patrones de los reformistas con el único fin de obtener cargos legislativos, objetivo por el cual todo se sacrifica.
A los compañeros y compañeras que sostienen que el error está en la división, en la falta de unidad, les contestamos que nosotros consideramos una obligación de los socialistas revolucionarios el de impulsar el frente único obrero junto a la izquierda y los activistas para impulsar la solidaridad y las luchas obreras y populares, el enfrentamiento a la burocracia sindical, la autoorganización y la democracia obrera. Pero que rechazamos la unidad a cualquier costo con que se intenta presentar la subordinación de los trabajadores y la izquierda socialista a los políticos patronales y los carreristas pequeñoburgueses. Es por esto, que reivindicamos nuestra campaña junto al MAS por ser la única política unitaria orientada a difundir la idea de la independencia política de los trabajadores. Ya que a pesar de nuestras modestas fuerzas -frente a la maquinaria electoral de los políticos patronales- señalamos un camino distinto: el de utilizar a las elecciones -y los virtuales cargos que se puedan obtener- como un medio para agitar un programa y una política independiente que ayude a desarrollar la ruptura con los partidos de los capitalistas, la movilización extraparlamentaria de las masas y la lucha de clases.

Izquierda y clase obrera

Las actuales ilusiones reformistas en Kirchner van a chocar más tarde o temprano con los límites de un gobierno comprometido en garantizar las ganancias de los grandes empresarios, en pagar la deuda externa y en dejar intacta la dominación del imperialismo. Por otro lado, consideramos que la resolución de la interna peronista en favor del oficialismo le otorga fortaleza táctica, pero pone en duda la continuidad del PJ como fuerza política, planteando una crisis que de desarrollarse debilita estratégicamente las posibilidades de contención de las masas por los políticos patronales y la burocracia sindical, que empieza a ser cuestionada allí donde las bases encaran seriamente las luchas.
Es precisamente en la lucha de clases, donde los trabajadores están iniciando una experiencia con el kirchnerismo y su política. Es en la multitud de activistas y luchadores que se están fogueando en los combates por las reivindicaciones postergadas, donde la izquierda obrera y revolucionaria va a encontrar la savia para nutrir sus filas de nuevas fuerzas y preparar la nueva etapa. Advertimos a los trabajadores sobre la incapacidad de la burguesía para resolver su crisis más estructural y romper el sometimiento nacional. Confiamos que es la propia decadencia capitalista la que junto al desarrollo de la lucha de clases y una militancia activa, creará las condiciones y un cambio en la conciencia de las masas que abonarán nuevas acciones y crisis revolucionarias.
Lejos de un ocaso de la izquierda revolucionaria como profetizan los periodistas a sueldo de la burguesía y sin hacer caso de sus llamados a la moderación política, desde el PTS llamamos a luchar por poner en pie, en las fábricas, las universidades, las escuelas, los barrios un poderoso partido de trabajadores revolucionario. Llamamos a dar la batalla política e ideológica por defender la centralidad política y social de los trabajadores y la necesidad de la revolución socialista para terminar con el capitalismo, su Estado y sus gobiernos.

Prensa

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