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Nacionales

Un régimen descompuesto, pero todavía en pie

12 de diciembre 2002


Hace un año la rebelión popular le ensartaba una estocada al viejo régimen. Superando toda la legalidad constitucional, el pueblo autodeterminado derrocaba a un ilegítimo presidente elegido por el engañoso sufragio universal.
Pero el régimen, aunque agonizante, se mantuvo en pie.
La intensa actividad de un amplio sector de vanguardia en estos meses, no alcanzó para hacer efectivo aquel grito revolucionario de "Que se Vayan Todos".
Apenas sucedidos aquellos acontecimientos históricos, contra la mayoría de los análisis facilistas del resto de la izquierda, desde estas páginas decíamos que era muy difícil que la situación revolucionaria iniciada el 19 y 20 de diciembre tuviese un desenlace rápido. Esto era así porque en las Jornadas distintos elementos y factores impidieron que intervinieran los principales batallones del movimiento obrero, los que mueven las principales palancas de la economía nacional, los trabajadores del transporte de cargas y pasajeros, los de las empresas de eléctricas y comunicaciones, los bancarios, los obreros de las principales empresas exportadoras. Los únicos capaces de dislocar al régimen y al Estado aliándose al resto de las masas explotadas y oprimidas.
Esta realidad continuó durante todo el año en curso. Ya nadie recuerda cuáles son las diferencias entre Daer y Moyano que durante estos meses no aparecieron ni para la foto: unificadamente impusieron una tregua en los meses de mayor cantidad de despidos y caída del salario de los que se tengan memoria. Y lo más criminal es que esto aconteció en medio de una situación favorable para la mayoría nacional: desconcierto e incertidumbre en las clases dominantes y una crisis histórica de su régimen de dominación.
"La Argentina de Pie, y en Paz", es el principal lema del ilegítimo gobierno de Duhalde. Los que están "de pie" son los verdaderos saqueadores, los grandes pulpos exportadores y la oligarquía agro-ganadera, que a través del mecanismo de la devaluación han visto cuadruplicar sus ingresos, mientras que el Estado les licuó gran parte de sus deudas multimillonarias a través de la pesificación. "La Paz" para la Argentina explotada y oprimida tiene un significado preciso: hambre, desocupación, tarifazos, los más bajos salarios de la historia y la trampa electoral de abril para que se queden todos.

Sus personeros intentan mantener al viejo régimen intacto. Pero la imposibilidad de cambiar de cuajo la relación de fuerzas establecida entre los explotadores y los explotados a partir de diciembre para reestablecer su legitimidad ante millones, hace que sus pestilentes llagas supuren sin solución de continuidad. Lo que está en cuestión no es sólo un gobierno de turno, sino las principales instituciones en las que se basó el engaño de esta democracia nacida hace 19 años sobre la base de 30.000 luchadores asesinados y la derrota nacional en Malvinas.
La expresión máxima de esto es lo acontecido en la Corte Suprema de los per saltum¸ la impunidad a los genocidas y la flexibilidad laboral. Su redención en el Congreso por parte de duhaldistas y menemistas, lejos de resolver el desprestigio de esta institución pilar del poder constituido, lo acentuó. A la renuncia del ministro Bossert, ahora se le agregó el escándalo de Fayt y su cuenta bancaria: un "triunfo" coyuntural del gobierno (y de la burguesía pesificadora), pero que termina de desarticular a la sacrosanta Corte Suprema de Justicia de la Nación. El reaccionario órgano estatal encargado de dirimir entre las distintas fracciones burguesas e interpretar a piacere y en forma inapelable la Constitución, está virtualmente disuelto.
A la par se da el escándalo por coimas del gobernador del Neuquén Sobisch, no casualmente para garantizarse su Corte adicta (a los negociados de la Repsol). El gobernador Miranda de Tucumán anuncia su retiro de la política luego del escándalo de los pibes muertos por hambre; el vice gobernador de Entre Ríos renuncia y el gobernador Montiel está a punto de ser suspendido.
Policías secuestradores dirigiendo las brigadas "anti-secuestros"; jefes de "defraudaciones y estafas" armando causas truchas con abogados y un juez.
Mientras que la apatía popular hacia las elecciones crece día a día (ningún candidato supera el 18% de expectativas de voto a cuatro meses de las elecciones), el gobierno de Duhalde no logra conseguir un candidato potable ni dirimir su disputa con el menemismo. El PJ -el único partido del viejo régimen que queda en pie -, está dividido en tres fracciones irreconciliables, lo que dificulta y condiciona todo acuerdo en el repudiado Congreso, virtualmente paralizado como se ve con la designación del nuevo presidente del Banco Central.

Mientras que los trabajadores y el pueblo no logren barrer a este régimen, distintas expresiones de las clases dominantes y de la burocracia sindical aprovechan para tratar de maquillarlo, reformarlo o cambiarlo por arriba, incluso apelando a la movilización popular.
Luego de coquetear por unas semanas con el "que se vayan todos", mientras Duhalde aceleraba su "red de contención social" repartiendo dos millones de planes, aquel "Espacio Ciudadano" de la Carrió, De Gennaro y Zamora terminó de demostrar su impotencia. La diputada del ARI terminó siendo una de las primeras en anotarse para participar en la trampa electoral.
Ahora surge una derecha conservadora que al igual que su adalid italiano Berlusconi, bajo la consigna de "manos limpias" aprovecha la podredumbre del régimen para intentar alistar lo que queda del viejo cavallismo, la Ucede y a un sector del radicalismo. Utilizando el argumento de que todo lo que maneja el Estado es sinónimo de corrupción, postulan privatizar hasta la recaudación de impuestos e incluso el manejo de los planes sociales, a la par de achicar legislaturas y concejos deliberantes. Una "nueva" derecha que se diferencia de Menem en su "pulcritud", pero coincide 100% en su programa de alineamiento incondicional con el imperialismo yanqui.
Por ejemplo, el escándalo neuquino surge por la denuncia de un diputado radical hoy ligado a López Murphy. Conspicuos abogados del establishment, como Luis Moreno Ocampo, junto a personalidades ligadas a fundaciones norteamericanas (Horacio Verbitsky), se unieron para apoyar al diputado acusador. Y desde allí, pretenden dirigir la rabia popular hacia una salida "institucional": que se vayan algunos, que se "limpien" las instituciones, para que el verdadero poder vuelva a ser funcional a sectores de la gran patronal y el imperialismo.

Hay que barrerlos a todos. Que el pueblo tome en sus manos su destino. Contra las trampas y engaños: Boicot activo a la trampa electoral. Asamblea Constituyente Revolucionaria. Huelga general activa para imponerla.

Prensa

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