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Una nieta más que recupera su identidad, nos faltan 400

Este lunes Abuelas de Plaza de Mayo confirmó que la hija de Gladys Castro y Walter Domínguez, secuestrados en Mendoza en diciembre de 1977, recuperó su

María Victoria Moyano

3 de septiembre 2015

Una nieta más que recupera su identidad, nos faltan 400

Recibimos la noticia con inmensa alegría por encontrar una nueva nieta. Ahora somos 117 personas las que accedimos a nuestra verdadera identidad. Con cada uno de nuestros casos demostramos que en el país hubo un genocidio. Pero también, con cada uno de nuestros casos, queda claro que solo con la lucha de Abuelas, familiares y víctimas de la dictadura y porque muchos nietos nos animamos a iniciar los trámites, pudimos recuperar nuestra identidad.

Aún nos faltan 400 nietos, aproximadamente el 75% de niños que durante la dictadura fueron robados, y que después de 39 años, su identidad sigue apropiada. Cada nieto que vamos encontrando nos marca esta contradicción, la inmensa alegría de ser uno más, y a la vez la ausencia de los que faltan.

Que abran los archivos

Todavía están en manos del Estado los archivos de la dictadura. Tampoco este gobierno los abrió para que se conozca la verdad. Hace más de 30 años que muchos de los que integramos organismos de derechos humanos, independientes de todo gobierno de turno, venimos reclamando la apertura de todos los archivos, tanto los que están en manos del Estado como de la Iglesia.

La Iglesia tiene esos archivos porque fue cómplice de la dictadura. Por eso la diputada nacional del PTS en el FIT, Myriam Bregman, abogada del CeProDH y querellante en causas de lesa humanidad, en una de las causas de robo de bebés llamó a indagatoria al entonces cardenal Jorge Bergoglio, quien por entonces se negó a entregar información con la que se sabe que cuenta, como de la apropiación de la sobrina de Estela de la Cuadra.

Mientras tanto seguimos peleando para que nos entreguen la nómina de quiénes fueron los genocidas, para saber qué pasó con nuestros padres y a quiénes entregaron los niños que nacieron en cautiverio.

En 1987 recuperé mi identidad, fui la nieta número 53. Pasaron 28 años y sólo encontramos 64 nietos. Este gobierno no se puede arrogar el derecho a decir que cada nieto que aparece se debe a la política de derechos humanos que implementaron. Por el contrario, tiene que hacerse responsable de haberse negado a entregar los archivos para imputar y encarcelar a los responsables del genocidio, porque la apropiación de bebés nacidos en cautiverio fue parte del plan genocida.

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