EL 10 de octubre presentamos el libro “Insurgencia obrera en la Argentina”, de Ruth Werner y Facundo Aguirre, en el terciario de Villa Constitución.
Estuvieron presentes alrededor de 30 estudiantes y 3 docentes.
Comenzó Titín Moreira, a cargo de la charla, recordando que en la ciudad aún está el cura Samuel, un cómplice de los genocidas, bautizando hijos de obreros y dando misas, mientras Von Wernich iniciaba su cadena perpetua.
Después de la introducción al libro, uno de los debates giró en torno del Plenario en el club Ribera en el primer Villazo en abril de 1974 que contó con la presencia de dirigentes del clasismo como Salamanca y Tosco; los ejes de la discusión fueron la posibilidad que abría el plenario respecto a la organización independiente de los sectores combativos de la clase trabajadora, sus limitaciones y el rol jugado por los dirigentes que no avanzaron hacia una coordinación nacional.
Otro debate fue la independencia política de los trabajadores. En los ’70, con el peronismo y otras experiencias latinoamericanas, la clase trabajadora fue siempre “columna vertebral” de proyectos burgueses. La huelga general de junio-julio del ´75, conocida como “el Rodrigazo”, fue un punto de inflexión donde importantes sectores de los trabajadores empezaron a romper con el peronismo. Pero en aquel momento ya era tarde; lo que hacía falta no se podía construir de un día para el otro. Una organización política propia de los trabajadores donde la clase obrera sea la cabeza y no la columna vertebral sigue teniendo gran vigencia frente a la re-edición de movimientos de conciliación de clases como el chavismo y el gobierno de Evo Morales en Latinoamérica.

Del mismo modo frente al planteo de una compañera de que las organizaciones guevaristas o guerrilleras no actuaban desvinculadamente de los trabajadores, el panelista aclaró que estas organizaciones verticalistas impedían el debate y por lo tanto las decisiones no provenían de la voluntad mancomunada de la base, evitando así la autoorganización. Y en este punto coincidían tanto el estalinismo castrista, moscovita, como el propio Che Guevara y por esta vía también acordaban en el tipo de estado deformado y burocrático alcanzado después de una revolución que expropiara a la burguesía como fue en Cuba.
Quedamos en que el debate había tenido un buen nivel de reflexión y que teníamos que continuarlo.

Valeria, Secretaria General del Centro de Estudiantes ISP 3