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Elecciones Brasileñas

¡Votar a Lula es votar al burgués Alencar!

30 de septiembre 2002

Según las encuestas la gran mayoría de los trabajadores y del pueblo se inclina por el voto al frente Lula-Alencar.
Sin embargo, a pesar del nerviosismo que un triunfo de Lula-Alencar, genera en los mercados, el voto a esta opción es una estafa a las ilusiones de los trabajadores hastiados del Plan Cardoso, ya que esta fórmula es una variante de conciliación de clases.
Esto se expresa en la coalición electoral entre el Partido dos Trabalhadores de Lula y el Partido Liberal de Alencar y sus socios estalinistas (PC do B y PCB), junto a otros partidos menores. Es una alianza entre los que se dicen “representantes” de los trabajadores y sectores importantes de la burguesía, representada por el poderoso empresario textil de Minas Gerais, José Alencar, que tiene en su biografía el apoyo al golpe militar de 1964. Por eso es que no debe de extrañarnos que en la fórmula electoral PT-PL, en Minas Gerais, haya un candidato que figura en los archivos de Tortura Nunca Mais que figura como uno de los torturadores de militantes de izquierda.
La burguesía, asustada por la situación política convulsiva de otros países de la región y la lucha de masas cuyo punto más alto fueron las jornadas revolucionarias de Argentina de diciembre, intenta prevenirse frente a futuros escenarios y levantamientos obreros y populares que puedan hacer peligrar a su régimen de dominio, como en el vecino país. Esta es la función política de este gran Frente Popular de carácter preventivo, de colaboración de clases entre los representantes políticos de los trabajadores (PT) y los representantes políticos y sociales de la burguesía (PL-Alencar y otros burgueses de la misma envergadura).
La burguesía viene permitiendo, hace más de una década, que el PT llegue a los diversos gobiernos municipales y estaduales con la condición que defienda el capitalismo contra los enemigos del sistema, los trabajadores. El PT viene cumpliendo escrupulosamente esta tarea. Es por eso que hoy sectores concentrados de la burguesía apoyan esta gran alianza contra los trabajadores, el pueblo pobre y los campesinos sin tierra. El PT recibe el apoyo y se alía con viejas alas reaccionarias de la burguesía que vienen de la entraña de la dictadura militar como el ex presidente José Sarney. Asimismo el discurso de ética y moralidad del PT está desmentido por su alianza con venerables corruptos como el ex gobernador de San Pablo; Orestes Quercia. Otro ex presidente, Itamar Franco, el “padre” del Plan Real es otro aliado que apoya Lula. Estos forman un ala del PMDB, unos de los partidos que formó parte de la alianza que apoyó a Cardoso, que ahora apoyan a Lula y Alencar.
Frente a esto el gran desafío que tenemos los revolucionarios es establecer una política que ayude a los trabajadores a salir de la influencia política de los partidos del régimen y la izquierda domesticada.
Por eso decimos ¡Votar a Lula-Alencar es votar por la conciliación de clases! ¡Vote trabajador! ¡Voto crítico indistinto en los candidatos del PSTU y del PCO!

Una política marxista revolucionaria en estas elecciones
La llamada “izquierda petista”, que actúan dentro del propio PT, entre las que se encuentra la pequeña organización CST (corriente hermana del MST argentino), la corriente O Trabalho (El Trabajo) y otros grupos intentan realizar todo tipo de malabarismo para esconder el carácter de conciliación de clases de la alianza Lula-Alencar.
En estas elecciones, el Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado (PSTU) y el Partido Causa Operaria (PCO) presentan candidatos propios. Lamentablemente, se presentan con una política que no utiliza la propia tribuna electoral para denunciar esta “democracia de los ricos” y estas elecciones y el papel que juega el reformismo en las luchas de los trabajadores.
El hecho que estos dos partidos se presenten separados no es una mera casualidad.
El PSTU pasó más de un año luchando para construir un frente electoral con el PT y el PCdoB –los sostenedores de este régimen de dominio de los patrones y el FMI. Una capitulación al reformismo y al stalinismo y un oportunismo sin límites.
Por su parte, el PCO no tuvo ninguna iniciativa de impulsar una candidatura obrera independiente discutida en encuentros de los trabajadores y sectores populares. No abrió ninguna discusión en los sindicatos que influencia ni en entidades estudiantiles y populares sobre el programa a levantar. Propusieron una política sectaria que todos debían adherir al PCO.
Tanto el PSTU como el PCO, privilegian sus mezquinos “espacios” y no la unificación de fuerzas para alcanzar una política independiente para la clase obrera y la vanguardia.
Su electoralismo se verifica por el hecho de que en medio del actual proceso de convulsión política en América del Sur, ni el PSTU ni el PCO, tienen una política de armar a la clase obrera para los grandes acontecimientos que están por venir. Su campaña electoral se limita a una serie de reivindicaciones políticas por fuera de la actual situación de la lucha de los trabajadores de los países vecinos, y cuando hablan es para afirmar lo que todo mundo ya sabe, que están quebrados económicamente. Ninguna palabra de la actual guerra de los trabajadores, de los procesos en Argentina de ocupación de fábrica que producen sobre el control obrero, para garantizar el empleo y parar los despidos en masa y el cierre de las empresas. Nada sobre las formas de organización de los trabajadores piqueteros desempleados, las asambleas populares de barrio, las coordinaciones regionales de organizaciones combativas. En ningún momento dicen que los trabajadores y la juventud brasileña deben seguir esos ejemplos para hacerle frente a los ataques patronales e imperialistas, unificándose contra la catástrofe social que está siendo preparada contra las masas.
En estas elecciones los que conformamos el grupo Estrategia Revolucionaria-Cuarta Internacional no podemos presentar candidatos propios, debido a los obstáculos que el régimen reaccionario de la burguesía pone a las pequeñas organizaciones para que puedan levantar una candidatura obrera independiente.
Por eso a pesar de todas nuestras diferencias con el PSTU y el PCO, llamamos al voto crítico indistinto en los candidatos de estos partidos por el hecho de que son partidos que se reclaman de la clase obrera. ¿Esto significa apoyar sus políticas? ¡Claro que no! Llamamos al voto crítico indistinto con el objetivo de ayudar a los trabajadores a que no voten a los partidos patronales ni a los reformistas que los sustentan con sus frentes populares preventivos aliándose a sectores concentrados de la burguesía. Aunque sea apenas una pequeña vanguardia, llamamos a que no voten a Serra, Ciro, Garotinho, ni en el frente popular preventivo Lula-Alencar.
Llamamos al voto crítico indistinto en el PSTU y el PCO, no porque estemos a favor de sus programas, y sí porque estamos a favor de aquellos trabajadores que los apoyan, creyendo que en esos partidos pueden encontrar una política independiente. Fraternalmente, les decimos a los militantes y simpatizantes que apoyan al PSTU y al PCO que esos partidos “utilizan frases revolucionarias y radicales, pero no tienen una política independiente, pues se adaptan a los que traicionan a los trabajadores cotidianamente”.

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