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Debate sobre situación Nacional y Partido

Las votaciones del FIT y la “radicalización política embrionaria”

Una discusión que se dio en algunos equipos y abordó el Congreso fue respecto a la definición de radicalización política embrionaria, término que usamos para señalar un giro a la izquierda, aún embrionario pero nuevo, de algunos centenares de miles de trabajadores y estudiantes que votaron al FIT en las Primarias

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15 de diciembre 2011

Una discusión que se dio en algunos equipos y abordó el Congreso fue respecto a la definición de radicalización política embrionaria, término que usamos para señalar un giro a la izquierda, aún embrionario pero nuevo, de algunos centenares de miles de trabajadores y estudiantes que votaron al FIT en las Primarias (1). Allí explicamos que esa votación expresó fenómenos anteriores. No se trató de una figura aislada tipo Luis Zamora, sino de partidos que teníamos que ver con la vanguardia obrera, con el movimiento estudiantil y con un fenómeno más nuevo en la intelectualidad de izquierda.

En el informe y en otras intervenciones, señalamos que si en las Primarias esta caracterización podía ser más discutible por el peso que tuvo el apoyo democrático de amplios sectores a nuestra denuncia contra el carácter proscriptivo del “piso” electoral, en octubre obtuvimos 500 mil votos completos, 660 mil si sumamos los que votaron diputados nacionales y más si contamos los que votaron concejales, todo esto sin “apoyo democrático” y frente a varias opciones de centroizquierda, desde el propio discurso electoral “progresista” que usó CFK, hasta Proyecto Sur, pasando por Binner, que incluso fue un fenómeno electoral en ascenso.

En el informe tomamos en cuenta un estudio de un blog kirchnerista que hace estadísticas electorales (“El blog de Andy Tow”) donde mide el “grado de pobreza” de los votantes. Muestran que los votos del FIT en octubre son “más pobres” que los de las Primarias. Esto confirma algo que Christian Castillo había percibido durante la campaña: en agosto hubo un voto más “democrático” pero por el “efecto de masas” enorme que fueron las Primarias (que hizo que gente insospechada diga “¿al final pasó el Frente de Izquierda?”) el FIT fue un impacto para sectores más plebeyos que probablemente no nos hayan votado en las Primarias y que sí lo hicieron en octubre. En esto también incidió la propia campaña del Frente de Izquierda en octubre dirigida a los problemas de la clase obrera, los jubilados y la juventud con los spots. Graciela R˜ömer decía que entre los más pobres y los más jóvenes el FIT obtenía el 8%, arriba de Carrió y Alfonsín.

En este punto se discutió un argumento en contra de la categoría de radicalización embrionaria: que la votación del FIT es un espacio no consolidado, en buena medida “ajeno”. Es verdad que, electoralmente, si se presentaban Zamora, Pino Solanas y otras figuras de izquierda o centroizquierda, como ocurrió en Capital, probablemente hubiéramos sacado muchos votos menos. Pero los triunfos y las derrotas no se pueden soslayar.

Son hechos. Proyecto Sur tuvo una derrota enorme por no querer enfrentar el intento de proscripción de las Primarias. Si nosotros decimos que es “espacio ajeno” no estamos asumiendo la responsabilidad política que significa que 500 mil trabajadores y estudiantes votaron al FIT sabiendo que estaban votando a Altamira-Castillo, a la extrema izquierda, que no estaban votando a Pino Solanas ni a Zamora, que estaban votando partidos y no a autonomistas independientes, aunque después en las facultades una parte de esa juventud vote a La Mella o al Frente Darío Santillán. Y, lo que es decisivo, en la clase obrera, decenas de miles de trabajadores, muchos de los cuales nos tienen como referentes “sindicales” en fábricas y establecimientos, por primera vez nos dieron su apoyo político, aunque sea a través del mecanismo “delegativo” y pasivo que impone el régimen electoral burgués.

Además, ¿qué desarrollo político podemos prever de estos sectores a partir del giro a la derecha del gobierno? ¿Los que votaron al FIT se van a arrepentir y los que votaron a Cristina van a estar cada vez más contentos? Evidentemente la tendencia es al revés. Los que comienzan a dudar son los que votaron a Cristina, sobre todo los que lo hicieron con la ilusión del “nunca menos”.

En el debate del Congreso acordamos que, en realidad, todo el PTS debe prepararse para dialogar tanto con los votantes de la izquierda como con los sectores de los trabajadores y la juventud que pierdan las ilusiones en el gobierno K, así como con la base de las corrientes “semi k” como los “independientes de izquierda”.

Abrir el debate en el FIT sobre la construcción de un partido revolucionario

En este marco, en las resoluciones del Congreso ratificamos la propuesta política nacional e internacional que formulamos a los partidos integrantes y adherentes al FIT, que desarrollamos en el comunicado público votado por los propios delegados:

“El Congreso del PTS ratificó la propuesta que oportunamente se le hizo llegar al resto de las fuerzas del FIT para utilizar este gran capital político no sólo en el terreno electoral y para la agitación política sino para ponerlo al servicio de la construcción de corrientes clasistas en el movimiento obrero, que se preparen para enfrentar la arremetida del gobierno y las patronales contra el nivel de vida de la clase obrera e impongan un programa de los trabajadores que responda a los intereses de las mayorías nacionales, y abrir el debate sobre la construcción de un gran partido revolucionario en la Argentina, el principal desafío que deben tener las fuerzas integrantes del Frente de Izquierda en esta etapa.

En vistas al agravamiento de la crisis capitalista mundial, a la resistencia que comienzan a ejercer los trabajadores y la juventud en varios países de Europa y el proceso revolucionario abierto en Egipto, el XII Congreso del PTS convocó a los compañeros de las fuerzas integrantes y adherentes del FIT a realizar una deliberación programática y estratégica para discutir las condiciones de una eventual Conferencia Internacional por la reconstrucción/refundación de la Cuarta Internacional, el partido mundial de la revolución socialista, haciendo extensiva esta propuesta a las organizaciones internacionales que cada corriente integra. El PTS es parte de la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional (FT-CI) que cuenta con organizaciones en doce países de América Latina y Europa”.

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