El programa 678 en su edición del martes 25/6, se dedicó casi por completo al encuentro de Félix Díaz con el papa Francisco. El panel del programa, que hasta hace unas semanas se mostraba bastante pro-papal, le pegó como corresponde a la Iglesia Católica asesina de indígenas, pero sobre todo a Díaz por haberse reunido con el papa (no criticó con el mismo énfasis a Cristina cuando lo fue a visitar). Incómodos con la visita, se dedicaron casi exclusivamente a minimizar la lucha protagonizada por la comunidad Qom “La Primavera” y a desacreditar el rol de Félix Díaz como representante de las comunidades originarias: presentaron su informe nada más y nada menos que con el título “El sector minoritario de los qom fue recibido por el papa”. Pero por el contrario no mencionaron con indignación aquellos asesinatos de Roberto y Mario López que aún siguen impunes, así como tampoco el robo de su territorio por parte del gobierno y terratenientes.
La metamorfosis del panel también se expresó en la imagen que se reflejó de Gildo Insfran, gobernador de Formosa. Hasta hace no mucho intentaban distanciarse de esta figura por las atrocidades cometidas por su gobierno, que difamaban el perfil progre del gobierno nacional. Sin embargo, esta vez mencionaron todos los “logros” en la provincia formoseña para relativizar la lucha por territorio que llevan adelante las comunidades originarias. Es que la imagen de Gildo Insfran en primer plano junto a Cristina en la fiesta del 25 de mayo, parece haberles “bajado línea” mostrándoles claramente quiénes son los verdaderos aliados del "gobierno popular".

Líder cuestionado
Uno de los invitados al programa fue Roberto Ñancucheo, quien se presentó como líder mapuche ocultando deliberadamente que es un funcionario K (es nada menos que el director de la Dirección de Pueblos Originario y Recursos Naturales de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación). La función de Ñancucheo fue hacerle creer a los televidentes que vivimos en un Estado plurinacional y de cara a la gran problemática de los pueblos originarios propuso la creación de un “ministerio de asuntos indígenas”. Parece que con el INAI y sus sucursales provinciales no alcanza para cooptar más dirigentes que pongan paños fríos a la lucha.
Sin embargo, hoy la Confederación Mapuche de Neuquén emitió un comunicado en el que se desmentía que Ñancucheo fuera autoridad de la Confederación, tal como se presentó. También denuncian que la Confederación Mapuche no ha firmado ninguna solicitada avalando la política oficial (como apareció en 678) y que quien aparece firmando en su nombre es una empleada del INAI. Por último condenan el triste papel que cumple un hermano de su comunidad, otrora luchador, defendiendo la violencia física y cultural contra los pueblos originarios de Argentina.

Habemus embustero
Daniel Fernández, presidente del INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas), se dedica a mentir descaradamente al afirmar que “no hubo quema de casas, no hubo indígenas desalojados en la Primavera”, haciendo al mismo tiempo una defensa incondicional de la política del gobierno nacional hacia los pueblos originarios, afirmando que ninguna violencia sobre individuos originarios fue implementada con anuencia del Estado Nacional y que la política del gobierno no es la represión del conflicto social.
Remata su intervención deslizando que Félix Díaz reclama unas tierras que no le pertenecen legalmente, ya que “sale a discutir 700 hectáreas que están por fuera del título de propiedad comunitaria indígena”. Y que la lucha apoyada en la ancestralidad de la tierra son luchas por algo imposible, ya que generan conflictos que no tienen solución.
Sandra Russo da su toque maniobrero (porque todo tiene que ver siempre con lo mismo) diciendo que si Díaz se proclama “como representante de todos los pueblos originarios es por la culpa de que muchos otros líderes están invisibilizados por la no aplicación de la ley de medios”. ¡Menos mal que aunque sea tenemos este programa alternativo a los “hegemónicos” para darle voz a los reclamos populares!
A los periodistas y funcionaros K -que cumplieron muy bien el nefasto rol de defender a capa y espada a un gobierno que tras 10 años de poder continúa con los desalojos y represiones a los pueblos originarios, manteniendo la impunidad de los asesinatos, que continúa y profundiza un modelo sojero que mata a decenas de indígenas y destruye el medio ambiente- se les “olvidó” que quienes conducen las provincias donde estos atropellos y violaciones a los derechos humanos ocurren a diario, son aliados incondicionales de su gobierno.
Sin embargo esto no quita la penosa imagen de Félix Díaz, su compañera Amanda Asijak y Pérez Esquivel, sonriendo con quien hoy está a la cabeza de esta reaccionaria institución y gran propietaria de tierras, la Iglesia Católica, responsable del genocidio hacia los pueblos originarios, de la destrucción de sus culturas y comunidades desde hace 500 años.
Pueblos originarios, campesinos pobres y trabajadores debemos organizarnos de manera independiente de gobiernos, terratenientes e instituciones que defienden sus intereses como la iglesia.
Juntos, los oprimidos debemos levantar las banderas de nuestra propia lucha y encararla hasta el final, para de una vez y para siempre recuperar el territorio robado a los pueblos originarios y honrar la sangre derramada.