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PASION, LOCURA, MUERTE… Y NEGOCIOS

Bravas Barras

A Roberto Camino lo reventaron de 5 balazos la madrugada del 19 de marzo, en Rosario. El “Pimpi” había comandado la barra de Newell’s durante los años que dirigió el club Eduardo López. Los diarios hablan de una fuerte “interna”.

Daniel Satur

1ro de abril 2010

A Roberto Camino lo reventaron de 5 balazos la madrugada del 19 de marzo, en Rosario. El “Pimpi” había comandado la barra de Newell’s durante los años que dirigió el club Eduardo López. Los diarios hablan de una fuerte “interna”.

Dos bandos de la barra de Estudiantes se tirotearon en la estación de trenes de La Plata, horas antes de un partido que iba a jugarse en Quilmes, el 3 de marzo. Días después, los tiros volvieron a escucharse en la zona de Ringuelet.

A “Chaperito” Bustos, ex jefe de la barra de Central, lo mataron el 12 de marzo a balazos, en la puerta de su casa. Dicen que lo sentenció “Pillín” Bracamonte, su máximo enemigo en la “interna” canalla.

El jueves 11 de marzo, en Florencio Varela la “interna” de Defensa y Justicia se cargó a Marcos Galarza, que perdió la vida a puntazos. El motivo: el reparto de viajes a Sudáfrica 2010.

Asuntos internos

Años atrás eran moneda corriente las batallas entre barras de clubes antagónicos, en defensa de “la camiseta”. Hoy se trata de brutales pujas hacia el interior de las mismas barras, con fines menos “heroicos”. Hoy la cosa pasa por el reparto de plata y poder.

Si el fútbol es un gran negocio -el gobierno, por ejemplo, dice que el “Fútbol Para Todos” facturaría unos $400 millones al año-, es claro que a su alrededor generará otros negocios paralelos. Cada barra maneja hoy una parte de las entradas. Pero también “gerencia” el choripán de la esquina, el gorro, la bandera, la bincha, el estacionamiento durante cada partido y otros rubros. Según Olé, miembros de “La Doce” se reunieron hace un par de semanas con parte del plantel de Boca y les aclararon que “esto es una PYME, acá se factura por resultados. Por culpa de ustedes estamos dejando de recaudar”.

Pero esos negocios, que pueden calcularse en decenas de miles de pesos por fin de semana, no sólo son manejados por quienes defienden los “trapos” desde el tablón. Si otras sucias “máquinas de hacer dinero” como la prostitución, el narcotráfico, el robo de autos y el juego, son controlados por comisarios, sargentos y cabos de la Federal y las policías provinciales, ¿cómo tamaña pasión popular iba a escapárseles a las “fuerzas de seguridad”?

En Rosario son conocidos “El Toro” y “El Angelito Negro”. Uno está exonerado de la policía santafesina, donde revistó en los ’70. El otro está en actividad y es hombre de confianza de Osvaldo Toledo, el Jefe de la Policía de Binner. Dicen que “El Angelito Negro” fue quien citó al “Pimpi” Camino en el bar de “El Toro”, a donde lo irían a buscar pocas horas después para matarlo.

En La Plata el caso de Fabián Gianotta es paradigmático. Durante años fue agente de la “maldita policía” de Duhalde, hasta que en 1997 lo exoneraron. Desde entonces se dedicó a los mismos negocios que tenía cuando usaba “la gorra”. En 2006 la feroz interna contra Omar “El Hache” Alonso se dirimió en su favor. No sólo pasó a gobernar la barra de Estudiantes hasta hoy, sino que sus buenos contactos judiciales mandaron al “Hache” a la cárcel por un tiempo. Hoy La Plata es testigo del regreso de la “interna”, ya que Alonso quedó libre y volvió a buscar el liderazgo perdido. Pero durante su cautiverio la barra pincha siguió trabajando. Quedó involucrada en el triple crimen de la Planta Transmisora de la Policía en octubre de 2007; también en el asesinato de Juan Maldonado, en agosto del año pasado, un pibe que fue baleado por patovicas en un boliche de Berisso (donde también estuvo implicado un barra de Lanús); y la lista sigue…

En Rosario y La Plata la ferocidad llega a niveles extremos. La sangre salpica, y mucho. Todavía no se sabe cómo se están salvando varios funcionarios de “seguridad” de Santa Fe, sospechados de contactos con las barras. En Buenos Aires Scioli tuvo que reunirse de urgencia con el presidente de Estudiantes (quien dijo que expulsaría a los barras), al tiempo que el comisario Rubén Pérez, titular del Comité de “Seguridad” Deportiva Provincial (COPROSEDE), fue procesado por sus vínculos con la barra “pincha”. Más allá del procesamiento, Scioli hasta ahora lo sostiene, tratando de evitar otro agujero en su gestión.

Pero aunque estos sean los casos más resonantes, historias parecidas envuelven a todas las barras bravas argentinas. La “pasión” es un buen refugio para que, al calor de los partidos, la policía maneje otro de sus jugosos negocios. En este caso se trata de un negocio que, al desajustarse, estalla en brutales crisis dejando un tendal de muertos y heridos.

Punteros derechos

“La base del poder de una barra son los contactos con el Estado, el poder político y la policía, y los contactos con la dirigencia del club” . El periodista Gustavo Grabia explica la situación con claridad. Pero su libro “La Doce”, una historia de la barra de Boca, fue escrito mucho antes de que se presentara en sociedad “Hinchadas Unidas Argentina”, un rejunte de barras bravas comandado por un conocido puntero del PJ de Quilmes y ladero de Aníbal Fernández, Marcelo Mallo.

Gracias a “Hinchadas…” los estrechísimos lazos entre barras, punteros y funcionarios dejan de ser un secreto a voces. Ahora, y por iniciativa del propio kirchnerismo, se está ejecutando una operación de blanqueo de las patotas que siempre estuvieron al servicio de ministros, intendentes y punteros. El toma y daca histórico, donde a cambio de protección e impunidad, las barras prestan apoyo en actos y manifestaciones y realizan trabajos sucios por encargo, ahora sube un escalón e intenta institucionalizarse. Hasta se hacen llamar ONG e inauguraron un local en el barrio porteño de Balvanera.

Por ahora sus impulsores pertenecen a unos pocos clubes. Entre los más visibles están los barras de Independiente, club donde pisa fuerte Hugo Moyano (difícil olvidar esas imágenes del chofer de su hijo Pablo, Madonna Quiróz, enfrentándose a tiros con la UOCRA junto a otros barras del rojo en 2006, cuando trasladaban los restos de Perón a San Vicente).

También se suman los de Huracán. Según el propio presidente del club, Carlos Babington, la barra del globo gestiona la venta de gaseosas y otros aperitivos durante los partidos. Pero el saldo de dos muertos que dejó una pelea de la “interna” en junio del año pasado no ayuda a pensar, mal que le pese a Babington, que en Huracán la cosa sólo pasa por el pancho y la coca.

Central, Vélez, Chacarita, Gimnasia, Colón, Atlanta y otros clubes también aportan sus cuadros a “Hinchadas Unidas Argentina”.

Si algo faltaba para conocer las razones extrafutbolísticas de esta “reunión de voluntades”, ellos mismos lo explican: “existe una idea política, hace más de 60 años que en las Hinchadas del fútbol argentino se canta la marcha peronista ¿y qué tiene de malo? No es nada sorprendente, tampoco es nada sorprendente que estas ideas peronistas fueron puestas en práctica por Néstor Kirchner. Al peronismo no sólo se lo lee o se habla de él; sino se lo ejecuta y se lo practica; y quien mejor lo expresó en estos últimos años, sin ninguna duda, es Néstor Kirchner”.

Es un sentimiento, no pueden parar

Al menos 300 miembros de esa ONG kirchnerista compuesta de patoteros a sueldo van a estar en Sudáfrica alentando a la selección. Y aunque el gobierno y su nuevo socio, Julio Grondona, aclaren que de las arcas estatales no saldrá ni un peso para financiar esos viajes y estadías, los lazos entre barras, funcionarios y burocracias sindicales, son una buena base para juntar los fondos que lleven el “aguante” también a tierras lejanas.

Hoy el kirchnerismo asienta gran parte de su poder en los intendentes del Conurbano, los gobernadores y las burocracias sindicales con Moyano a la cabeza. ¿Cómo no interpretar, entonces, la creación de “Hinchadas…” como un blanqueo de quienes hace años vienen actuando como fuerzas de choque al servicio del poder en los municipios, las provincias y los sindicatos?

Varios luchadores obreros y populares ya vivieron en carne propia el accionar de las patotas (sindicales o directamente patronales) formadas por sicarios reclutados de entre las barras bravas. Ejemplos como el del Hospital Francés en 2006, el Casino en 2007, el Subte durante todos estos años y decenas de hechos que nunca aparecen en los diarios; evidencian que el “frente común” entre los empresarios, gobiernos (con sus policías) y burocracias sindicales tiene en las barras bravas un aliado de primer orden, cuando de atacar a los que se organizan contra el poder de forma independiente se trata.

Habrá que ver si “Hinchadas Unidas Argentina” finalmente se pone a tono con las necesidades del gobierno y brinda sus servicios contra los próximos hechos que protagonicen el “sindicalismo de base” y los sectores populares que salgan a luchar. Habrá que ver si, en el camino, no terminan reventándose entre ellos mismos en sus disputas por el reparto del botín.
Habrá que ver si la descomposición social, de la cual las barras son producto, acaba generando nuevos hechos que llenen las páginas policiales de los diarios. Habrá que ver todo eso, y quizás mucho más. Pero claro, después del Mundial.

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