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TEORÍ

EXTRACTOS DE LA INTERVENCIÓN DE CHRISTIAN CASTILLO EN LA APERTURA DEL CURSO EN LA UBA

Comenzaron los cursos sobre el Manifiesto Comunista

En estos días comenzaron algunos de los cursos sobre el Manifiesto Comunista en Córdoba, La Plata, Gran Buenos Aires y CABA. Más de 500 compañeros y compañeras ya participaron del primer encuentro y cientos más lo harán en próximos días. Presentamos una síntesis de la apertura del curso en la UBA que realizó Christian Castillo. El video completo puede verse en www.ips.org.ar

PTS

27 de febrero 2014

Ante un auditorio repleto, con más de 200 compañeros estudiantes secundarios, terciarios y universitarios, el martes 25 se inició en la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, el curso sobre “La vigencia del Manifiesto Comunista”. Este primer encuentro contó con la presencia especial del dirigente del PTS y diputado de la provincia de Buenos Aires, Christian Castillo, quien expuso sobre el tema inicial del curso: “La lucha de clases y la abolición de la propiedad privada”. Luego de la proyección del corto ficcional “Marx ha Vuelto”, realizado por TvPTS/Contraimagen y el IPS, con la actuación de Carlos Webber, Castillo comenzó planteando que el Manifiesto no sólo es un texto fundador del socialismo científico, sino también “un texto fundamental para el movimiento obrero moderno”. Destacó que si bien fue escrito hace 166 años, y debe ser necesariamente abordado y ampliado a la luz de la experiencia posterior, lo fundamental de su contenido fue puesto a prueba con éxito en todo ese lapso de tiempo, incluso meses después de su publicación, en el proceso que se conoce como “La primavera de los pueblos” que se inició en 1848, cuando más allá de los levantamientos democráticos liderados por la burguesía contra regímenes absolutistas, se pudieron ver, también, los primeros enfrentamientos abiertos entre burgueses y proletarios: los primeros indicios del enfrentamiento de clases fundamental bajo el capitalismo señalado en el Manifiesto.
Castillo continuó haciendo alusión a una de las definiciones principales del Manifiesto, que define la historia de la humanidad como “la historia de la lucha de clases”. Haciendo una mirada retrospectiva, planteó que frente a las teorías que sostienen que siempre han existido clases sociales y que el ser humano no puede vivir sin esta división social, la historia demuestra que los seres humanos vivieron la mayor parte de su existencia como especie bajo lo que se dio en llamar “comunismo primitivo”, es decir sociedades de subsistencia donde al no haber un excedente, tampoco existía una apropiación por parte de un grupo social. El desarrollo de la capacidad de los hombres para modificar el medio en que viven (las “fuerzas productivas”), supuso la producción de un excedente (una producción mayor a la que la comunidad necesita para su subsistencia), y a partir de la apropiación de éste por una pequeña parte de la sociedad, se han dado las diversas formas de división de la sociedad en clases.

Ante esto, Castillo planteó que, frente las teorías que mostraban al régimen capitalista y a la sociedad burguesa como “el fin del antagonismo entre las clases”, como el “régimen de la igualdad y la libertad”, el acierto del Manifiesto es resaltar la continuidad del mecanismo de apropiación del excedente (en este caso por parte de la burguesía bajo la forma específica de explotación del trabajo asalariado) en detrimento de la gran mayoría de la sociedad desposeída de medios de subsistencia, y por ende obligada a vender su fuerza de trabajo. Retomando esta definición, polemizó con la idea de un “capitalismo justo”, ya que en tanto “el capital vive de la explotación del trabajo asalariado, siempre que haya capitalismo habrá explotación”. Y esta relación de explotación es la que lleva a “la lucha de clases”, que tiene como base la lucha por la apropiación del excedente.

Además, destacó el acierto del Manifiesto en definir la tendencia a la polarización entre las clases sociales, entre proletarios y burgueses. Planteó que “a pesar de sus transformaciones, la clase obrera (es decir todos los que están obligados a vender su fuerza de trabajo), no sólo no ha dejado de existir, sino que ha crecido exponencialmente hasta cubrir todos los rincones del planeta”. En la medida que el capitalismo se ha desarrollado “ha creado una fuerza social del otro lado: el proletariado”, cuya principal debilidad es “no reconocerse a sí mismo como clase”, pero que “cuando se reconoce como tal, ahí cambia la historia”, ya que toma verdadera conciencia de su fuerza social, como lo demostró por primera vez en toda su dimensión la Revolución Rusa de 1917.

Finalmente, Castillo destacó la idea de Marx de que “toda lucha de clases es una lucha política” ya que “toda lucha de clases verdadera es una lucha contra el poder del Estado”. “La clase obrera cuando lucha por conquistas parciales –dice Marx- a veces triunfa a veces es derrotada pero esas derrotas y esos triunfos son efímeros […] Lo fundamental es que en cada lucha por parcial que sea, por salario, contra los despidos, por cambiar las condiciones de trabajo, el proletariado se une, saca la idea de que es una fuerza organizada y eso es lo esencial de cada lucha previa”. Y agregó: en un primer momento “en la fábrica los obreros ven la lucha contra el patrón”, pero “la clase capitalista domina mediante el control del aparato del Estado, por ende toda lucha de clases verdadera es una lucha política, es decir, por el poder del Estado”. De aquí que la clase obrera debe constituirse en partido político, ya que “requiere de su organización como sujeto político, que enfrente el poder del capital, que se proponga no simplemente ser menos explotado sino abolir el sistema de explotación”.

Castillo concluyó la charla con una reflexión sobre la actividad política, y el rol de los sujetos en la lucha contra la explotación. Destacó que “los marxistas creemos que la política revolucionaria es un agente de transformación”, y por eso el marxismo (y el Manifiesto Comunista que expresa sus ideas centrales) por sobre todas las cosas es “una guía para la acción” que se apoya sobre las experiencias históricas en pos de transformar el orden existente, es decir, en pos de que el proletariado, organizado como clase derrote el dominio del capital, para construir una sociedad emancipada de toda explotación y opresión.

El segundo encuentro del curso se realizará el próximo viernes 27 en el aula 512 de la Facultad de Sociales.

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